En su nacimiento, una negligencia médica cambió para siempre la vida de Mauricio Orrego. Un mal procedimiento en el parto terminó con una parálisis braquial obstétrica en su brazo izquierdo. Sin embargo, él nunca se ha quejado de su condición. Al contrario, la ha hecho parte de su vida, a tal punto que no quiso operarse hace dos años. Una decisión que estuvo condicionada por algo que lo ha ayudado a sobrellevar esta limitación: el atletismo.
Sí, porque él mismo aseguró que de someterse a esa cirugía, debía abandonar el deporte. “No quise, porque me dijeron que tendría que dejar la actividad física, el deporte más ‘peligroso’, por el riesgo que implicaba en los golpes o en una caída. Por eso preferí no hacerlo”, dijo. Y es que las pistas se han transformado en una compañera inseparable desde 2014, cuando se metió en serio en este mundo. Un mundo que hace poco lo hizo conocido en todas partes, pues ganó una medalla de oro en los 1.500 metros planos en el Mundial Paralímpico que se realizó en Nottwil, Suiza.
“Comenté antes del torneo que había llegado en gran forma. Y la experiencia de estar en el mundial fue muy buena, todo lo que viví allá. Cumplí el objetivo que me había planteado, pude disfrutar con mi compañera Amanda (Cerna, que también ganó un oro) los triunfos y regalarle una medalla a Chile”, dijo.
Orrego participó en dos pruebas en Suiza. Primero, fue cuarto en los 400 metros planos, y luego estuvo en los 1500 metros, donde fue el mejor de todos. Según indicó, había estudiado a su principal rival, el británico Luke Nuttall, y la estrategia que planificó le dio resultado, pues lo pudo vencer aunque fue por un margen mínimo: 4 minutos, 21 segundos y 43 centésimas contra 4 minutos, 21 segundos y 92 centésimas.
“Gané por muy poco. Era un rival difícil, estaba mejor rankeado que yo en el listado paralímpico mundial. Lo había estudiado y por eso me fui de atrás. Se fue dando la carrera, como andaba bien no me sentía tan exigido y cuando quedaban 500 metros me dije ‘ahora salgo con todo, tengo que ganar’. De ahí en adelante, la carrera fue mía. Igual el británico me aguantó, pero le faltó un poco para pasarme”, señaló. El atleta indicó que, tras cruzar la meta como ganador, de lo primero que se acordó fue “de mi familia, pensé en la alegría que les iba a dar esto y que todo el trabajo que había hecho finalizó de la mejor manera… De la manera perfecta”.
Rápido ascenso Mauricio es alumno de Cuarto Medio del Liceo La Asunción de Talcahuano. En el establecimiento empezó en el atletismo, motivado por un profesor que captó de inmediato sus grandes condiciones. “Ahora tengo 17 años, y estoy en el atletismo desde los 14. Llegué por el colegio, por un taller y el profesor que me motivó fue Miguel Rodríguez… Como en Octavo Básico, estaba en atletismo con mis compañeros, y por cosas de la vida me salí. Y el profe Miguel me vio y tenía un nacional escolar. Me dijo ‘tú entrenando puedes llegar lejos. Eso me motivó, fui a ese Nacional y desde ahí no he parado”.
De su rutina actual, comentó que dedica por lo menos dos horas diarias al deporte. “Salgo del colegio a las 16.15 horas, llego a las 17 horas al estadio Ester Roa y estoy ahí hasta las 19, 19.30 horas. Recién como a las 21 horas estoy en mi casa”, dijo.
El 2017 era un año clave para su proyección en el deporte. De lo que pudiera conseguir esta temporada dependía su futuro en la actividad y, tomando en cuenta los grandes resultados que ha tenido -además del oro en el mundial ganó una medalla de plata en los Juegos Parapanamericanos de Sao Paulo-, ya definió que su prioridad será el atletismo el próximo año. “Afortunadamente, este año iba a decidir mi futuro, dependiendo cómo me fuera y hasta ahora ha salido todo excelente. Por eso, optaré por el deporte al menos el 2018. Ahora, si Dios quiere, salgo de Cuarto Medio y podré entrenar más, dedicarme 100% a esto, que es lo que más me gusta. Paralelamente haré preuniversitario, pues este año ha sido muy agitado, con muchas cosas, y no podré preparar una buena PSU… En el colegio no soy de los mejores (ríe), me mantengo dentro del 5, y me gustaría estudiar algo relacionado con educación física”, señaló.
En ese objetivo, espera contar con apoyo económico para su carrera, pues indicó que actualmente “no tengo de ninguna parte. Postulo a la beca Proddar, en marzo pude hacerlo tras el segundo lugar que obtuve en los Panamericanos de Sao Paulo ( fue plata en los 400 metros), pero aun no tengo respuesta. Ojalá que con esta medalla se agilice todo y pueda obtener ese apoyo”.
El joven atleta también se refirió a cómo ve esta disciplina en la zona, y aseguró que “en Concepción hay muchísimo potencial, pero lástima que muchos se pierden por la falta de oportunidades. En mi caso, soy un afortunado de tener la familia que tengo. Por ejemplo, ahora antes del Mundial ellos me hicieron un mate criollo para juntar plata, y no es la primera vez, siempre que lo necesito me apoyan en todo y gracias a eso he podido sobresalir. Pero estoy seguro que se pierde mucho talento y creo que hay más que en Santiago incluso. Falta infraestructura. Tenemos el estadio Collao, que es espectacular, pero son necesarios más recintos así”. Y con una medalla dorada de un mundial en su cuello, se proyecta en grande. “El otro año, en el Sudamericano Paralímpico adulto, mi meta es estar en el podio. Y a futuro, me gustaría ser campeón en unos Juegos Paralímpicos, y para eso estamos trabajando”.