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Histórico primer meta de la UdeC sufrió aneurisma

Portero que defendió a la UdeC en el debut de la rama de fútbol, en 1994, se encuentra estable dentro de su gravedad. Sigue en coma inducido.

Por: Paulo Inostroza 12 de Abril 2017
Fotografía: imagenPrincipal-5019.jpg

Portero que defendió a la UdeC en el debut de la rama de fútbol, en 1994, se encuentra estable dentro de su gravedad. Sigue en coma inducido.

Este lunes, la UdeC festejó 33 años desde el primer partido de su rama de fútbol. Fue en El Morro, 1994, cuando el equipo arrancaba su aventura en Tercera División. Al frente estaba Deportes Talcahuano y en el arco del Campanil aparecía Nelson Quilodrán, que llegó a nuestra zona proveniente de Unión Española. El portero jugaría dos temporadas más en la institución universitaria y también tuvo buenas Campañas en Lozapenco, entre el ‘89 y el ‘91. Hoy está internado en la UCI del Hospital Regional. No hay tiempo para nostalgia, el guardameta oriundo de Curicó lucha por su vida.

El jueves sufrió un aneurisma y debió ser internado de gravedad en el hospital penquista. Por ahora, sigue estable y en coma inducido. En el recinto de urgencia aseguran que aun no se le puede disminuir la sedación porque tampoco presenta mejoras. El último escáner es similar al anterior. Curiosamente, Quilodrán había desempolvado sus guantes hace poco para sumarse a las filas de un club amateur de San Pedro, comuna donde reside hace unos años.

Quilodrán tiene larga identificación con clubes de nuestra zona. A esa histórica participación en la UdeC, liderando el equipo que dirigía Luis Vera, se suma el título de Tercera División que logró con el mítico Lozapenco de Luis Santibáñez, José Luis Sánchez, Mario Soto y el “Pato” Bonhomme. Se retiró del fútbol tempranamente, antes de cumplir los 30 años y cuenta breves pasos por Deportes Concepción, Ñublense e Iberia de Los Ángeles. También fue preparador de arqueros en Fernández Vial, el 2012, cuando competían paralelamente los “dos Viales”. Hoy está internado y pocos saben de su actual estado. Es momento de darle una mano a uno que siempre puso las dos.

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