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El cóndor que abrió el camino y dejó su huella

Carlo de Gavardo fue un gran deportista, pero una mejor persona. Un tipo afable, preocupado de todo su entorno al detalle y profesional a pleno en cada tarea que emprendía. Un ejemplo a seguir.

Por: Diario Concepción 11 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4724.jpg

Carlo de Gavardo fue un gran deportista, pero una mejor persona. Un tipo afable, preocupado de todo su entorno al detalle y profesional a pleno en cada tarea que emprendía. Un ejemplo a seguir.
 

Daniel Kuschel D.
daniel.kuschel@diarioconcepcion.cl

 

Hace exactamente un año atrás partía en Concepción una de las fechas más tristes del RallyMobil. Días antes, específicamente, el 4 de julio en la previa de esa histórica final de la Copa América entre Chile y Argentina, Carlo De Gavardo dejó este mundo.

Lo hizo en su ley, saliendo a entrenar en bicicleta, porque quería correr esta carrera en Concepción, la zona en la que había dado sus primeros pasos en esta nueva especialidad para él.

Corría el año 2011 y el emprendimiento denominado Orión Rally, impulso del empresario local Pedro Ortiz y del navegante nacional Ricardo Rojas, fichó al "Cóndor de Huelquén" como figura para el inicio de sus pasos sobre cuatro ruedas.

Crecí desde pequeño con un gusto por las tuercas. En la década del 90, admiraba los logros de un chileno que se abrió paso en el Rally Dakar, una carrera que para quienes vivimos al fin del mundo se veía muy lejana y en un nivel inalcanzable.

Las vueltas de la vida y mi trabajo me dieron la oportunidad de ese año, en el marco de mis labores para el Orión Rally, conocer quien fue uno de mis ídolos de infancia en persona. Ese mismo que yo veía en la televisión arriba de las motos por las dunas de África, ese que se veía inalcanzable, estaba a mi lado y me saludó como si me conociera de toda la vida.

Así era Carlo, un tipo afable, preocupado siempre por todos los de su entorno, que no dejaba detalle al azar y que siempre tenía una palabra de aliento.

Carlo te trataba como amigo. Teniendo muchos logros para poder hacerse respetar, lo hacía viéndote como un igual.

Fue un deportista ejemplo, tanto que hasta el día de hoy, ese camino que abrió en el Dakar es la huella que siguen los motociclistas nacionales, que pese a todas las complicaciones, siguen participando del Rally Dakar. Ese mismo ejemplo es el que hizo que un centenar y medio de amantes de las dos ruedas se reuniera en la Patagonia para correr en su memoria.

Carlo tenía mil historias para contar, y sí, a lo mejor su tono era aletargado y algo extenso, pero los datos que te aportaba eran un tesoro para quienes amamos las tuercas.

Al cumplirse un año de su partida, fueron innumerables los recuerdos en redes sociales del gran deportista, pero por sobretodo de la gran persona que fue Carlo de Gavardo, quizás tanto o más -hablando subjetivamente- de los que se acordaron del aniversario de la Copa América. Más allá de todo, el "Cóndor" sigue marcando el camino y dejando su huella.

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