Por tercer año consecutivo, esta arteria penquista se convirtió en un gran paseo cultural al aire libre, con artesanas, artesanos, artistas y editoriales de las 33 comunas del Biobío, en una jornada familiar organizada por la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Biobío.
En un día brillante en Concepción, cientos de familias, vecinos y vecinas recorrieron la Diagonal Pedro Aguirre Cerda para ser parte de una nueva versión de la Expo “De Mar a Cordillera: Artes y Oficios Creativos del Biobío”, organizada por la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Biobío, en conjunto con la Secretaría Ejecutiva de Economía Creativa y la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad del Bío-Bío (UBB).
La feria, realizada este sábado 6 de diciembre, volvió a instalar el arte y la cultura en el espacio público, consolidando por tercer año consecutivo este corredor como un punto de encuentro entre la comunidad y las economías creativas regionales.
Durante toda la jornada, entre las 11:00 y las 21:00 horas, más de 300 artistas y cultores dieron vida a la Diagonal con artesanía, oficios creativos, música, teatro, danza, circo, cuentacuentos, teatro Lambe Lambe, editoriales independientes y oferta gastronómica local, configurando una verdadera fiesta ciudadana.
La seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Biobío, Paloma Zúñiga, destacó la continuidad de esta iniciativa y el mandato de reactivar los espacios públicos a través del arte. “La Expo De Mar a Cordillera nació hace tres años y nuestra intención es proyectarla en el tiempo. El Gobierno del Presidente Gabriel Boric nos ha pedido tomarnos los espacios con la cultura y eso fue lo que hicimos hoy: más de 300 artistas compartiendo música, teatro, danza, artesanía y patrimonio local en una fiesta abierta para toda la comunidad”.
Zúñiga subrayó también el trabajo colaborativo que permite levantar la feria. “Este año nos articulamos con el gremio gastronómico, la junta de vecinos y los emprendedores de la Diagonal, y seguimos trabajando con la Universidad del Bío-Bío, que se ha transformado en un aliado estratégico para profesionalizar la artesanía en la región del Biobío. Esa red es la que da fuerza y proyección a esta expo”.
El delegado presidencial regional (s), Humberto Toro, puso el acento en la dimensión simbólica y de memoria del espacio intervenido por la cultura. En sus palabras, la actividad “devuelve voces a un lugar que estuvo silenciado por años, trayendo recuerdos, paisajes, color, poesía e historias de vida que se proyectan al futuro. Estos espacios de alegría rompen con la dureza de la violencia y de la delincuencia. Cuando la cultura se toma los espacios y aparecen los libros, la música, el baile, el canto y la creación, se rompe cualquier sensación de inseguridad. No hay mayor seguridad que hacer cultura”, enfatizó.
Uno de los momentos más esperados de la jornada fue la presentación de Cantando Aprendo a Hablar, cuando el escenario se llenó de colores, música y personajes entrañables que de inmediato captaron la atención de las familias. Niños y niñas que recorrían la expo junto a sus madres, padres y cuidadores se acercaron al frontis del escenario para cantar, bailar y seguir las canciones de Bulublú y el Conejito Barrigón, creando un ambiente alegre y festivo que convirtió a la Diagonal en un gran espacio de juegos.
En paralelo, el Taller “Cajita de luz en greda”, a cargo de la artesana Carolina Pierart, dio vida a uno de los espacios más concurridos con la demostración de oficios. Durante la actividad, muchas personas se animaron a trabajar con sus manos y a modelar greda, para la mayoría su primera experiencia creando una obra artesanal propia. Entre conversaciones, curiosidad y atención a las indicaciones de la artesana, el taller se transformó en un lugar de encuentro intergeneracional donde el oficio cerámico se vivió como una experiencia cercana, creativa y profundamente significativa.
Desde el mundo de la artesanía, Darwin Godoy, artesano en carbón de piedra de Coronel, comentó que “no es la primera vez que participamos y siempre lo encontramos espectacular. Es muy bueno para la gente y para los artesanos, porque podemos encontrarnos con colegas y ver trabajos realmente increíbles. Nosotros venimos con artesanía en carbón de piedra y también con creación de origen mapuche, y este espacio nos permite mostrarlos de mejor manera”.
El experimentado orfebre Esteban Sánchez Binimelis, de Tomé y reconocido con el Sello de Excelencia a la Artesanía por una pieza de filigrana, resaltó el aporte de la expo al trabajo asociativo. “Es muy positivo que esta actividad se mantenga en el tiempo, porque da la oportunidad a cultores de todas las comunas de encontrarnos y mostrar nuestro trabajo en un lugar tan relevante como la capital regional. La artesanía suele hacerse puertas adentro, en talleres individuales, pero la comercialización y muchas etapas del oficio son asociativas, y estas instancias permiten fortalecer esos vínculos entre colegas”.
Desde las artes del libro, Álvaro Fuentes, de la Cooperativa Editoriales Fiofío, señaló que “es la tercera vez que estamos acá y se siente la confluencia de distintos oficios que dan forma a la región, desde Alto Biobío hasta Lebu. Nosotros aportamos con ediciones hechas en Concepción, pero al mismo tiempo nos encontramos con creadores de muchos otros rubros. La gente puede pasearse, descubrir libros, oficios y piezas únicas, así que para nosotros es un espacio muy valioso que esperamos se siga repitiendo”.
La dimensión musical de la Expo también conectó con la memoria de la ciudad. El músico Camilo Sandoval, de la banda CAP Swinger, relató cómo este tipo de actividades evocan los antiguos carnavales que animaban la zona. “Me hace recordar cuando acá mismo se hacían los carnavales y el Festival de la Primavera. Tocábamos en Plaza Perú y la gente bailaba hasta tarde sin problemas. Ese espíritu que se echaba de menos, y hoy vuelve a aparecer en la Diagonal”, comentó.
La Expo “De Mar a Cordillera” cerró su tercera versión con una alta participación de público, una oferta amplia de artes y oficios creativos y la presencia de creadoras y creadores de las 33 comunas del Biobío, consolidándose como una plataforma clave para la descentralización cultural, el fortalecimiento de la economía creativa y la recuperación del espacio público como lugar de encuentro, memoria e identidad regional.