Recién asumido en el cargo de director regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), se refirió a sus principales desafíos y cuáles serán los ejes de una gestión que partió con la contingencia de la paralización, de más de tres semanas, que llevan adelante los trabajadores del sector.
Por Lilian Arredondo Acevedo
Si bien siempre ha estado ligado al mundo público, es primera vez que llega a un cargo relacionado a la cultura. Alejandro Astete asumió recientemente como director regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat) en un momento marcado por varias contingencias, entre ellas el paro de los trabajadores del patrimonio, Asociación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Servicio Nacional del Patrimonio (Anfupatrimonio) y Asociación Nacional de Trabajadores del Patrimonio (Anatrap), que ya se extiende por más de tres semanas. Junto con ello, también se refirió a los desafíos y ejes que proyecta para su gestión.
Tenemos muchos, pues tenemos que reconocer que estábamos un poco al debe de este gran servicio en la región. Y cuando digo al debe, lo hago con responsabilidad absoluta porque la creación de este servicio a través de la norma y la ley no se hizo realidad en su minuto, como sí sucedió en otras regiones.
Primero estamos construyendo nuestra casa, y luego entraremos en la carrera directa de los desafíos que tiene la región. Aquí no puedo dejar de nombrar, por ejemplo, que Concepción ya se merece un museo regional, que además tenga la posibilidad de depósito, no por una cuestión antojadiza, sino que necesaria. Hoy día tenemos muchas piezas patrimoniales en distintos museos, ya sean nuestros, particulares o de otras organizaciones y de alguna manera están en riesgo. La obligación de este servicio por ley es justamente estar atentos que eso no ocurra, porque son piezas patrimoniales.
Por otro lado, y en los mismos términos, se debe contar con una biblioteca regional. Hoy día hemos tenido un éxito enorme porque la región ha sido beneficiada con varias bibliotecas en distintas comunas y ciudades. Efectivamente tenemos que seguir avanzando a otros lugares, pero no podemos dejar de lado nuestra casa matriz, la biblioteca regional.
Igualmente, levantamos una especie de primer diagnóstico para ir generando las iniciativas que nos permitan incluso apalancar recursos para la mejora de edificios. También hay un trabajo enorme que tenemos que levantar con lo que significa el patrimonio inmaterial de nuestra región.
Están los museos, bibliotecas y hay varias subdirecciones también. Dentro del área de las bibliotecas están las de carácter digital, “bibliomóviles” que se mueven en distintas comunas, sobre todo en las zonas de Arauco y Biobío.
La Oficia Técnica Regional (OTR), que tiene que ver con la materia de hallazgos y son un equipo técnico profesional que cuando se encuentran especies o sepulturas antiguas, se acercan y verifican si tienen algún registro histórico, las estudian y resguardan. Pero es un servicio que tiene, aproximadamente, 50 trabajadores hoy, desde auxiliares a profesionales.
Una es ver cómo resolvemos las piezas patrimoniales que están en poder del Museo Stom, que hace rato enfrenta una crisis de administración e infraestructura. Hay piezas que están en riesgo porque el espacio está en muy malas condiciones, y existe una voluntad del dueño para que el servicio pueda disponer de un dispositivo que vaya en su rescate.
Ya solicité al equipo que se enviara lo antes posible una convocatoria a la administración del museo para poder tener una reunión y podamos levantar un acta y acuerdo que nos permita ir en rescate. Y por otro lado, ya hemos tenido conversaciones con el Museo de Historia Natural de Concepción para resguardar las piezas.
Ya me he reunido con el directorio de representantes de los trabajadores de la región. La verdad de las cosas es que no queda más que solidarizar ellos, y puedo indicar que estoy confiado, con toda la fe para que se den líneas de acercamiento. Está su voluntad y la del servicio a nivel nacional para seguir trabajando en una mejora.
Lo que me queda es confiar que el camino del diálogo nos permitirá seguir avanzando. Tal vez siempre hay cosas que van a quedar en deuda, pero creo firmemente que mientras mantengamos el diálogo, una conducta de trabajo en conjunto esto se va a resolver.
No puedo dejar de agradecer profundamente la disposición de cada uno de los trabajadores movilizados. Si bien es cierto hay servicios que tenemos con puertas cerradas, los museos están atendiendo la agenda que tenían planificada desde antes y recibiendo delegaciones.