Sin dudas, es uno de los nombres más importantes en el mundo de la danza local. Por ello, el fallecimiento de Belén Álvarez produjo gran pesar en esta disciplina y en el ámbito de la cultura en general.
Paola Aste, bailarina y docente en danza moderna, compartió mucho con ella y señaló que “fue una de las intérpretes y coreógrafas transgresoras en la ciudad. Creó el ballet contemporáneo en 1974, y será recordada como una de las primeras bailarinas, teniendo la formación clásica del Ballet Municipal de Santiago, en realizar una apertura del lenguaje hacia la danza contemporánea en los setenta. Eso creo que es inolvidable, su labor coreográfica y de creación”.
Además, agregó que “personalmente, fue mi gran inspiradora para entrar en el universo de la composición coreográfica. Cuando la conocí, tenía el ballet al que entré y me encantaba ver cómo creaba, con los cuerpos en el espacio, cómo trabajaba con la música igual. Tenía un oído privilegiado, y para mí fue una musa en eso, en la coreografía. Tuve unos maestros, pero ella fue la primera en mostrarme otra forma de relacionarse con la danza más allá de la interpretación, de desarrollar una idea y llevarla a escena con todo lo que implica un montaje. Eso me impactó harto”.
María Angélica Ojeda, gerenta de la Corporación Cultural de San Pedro de la Paz -donde trabajó de 2006 a 2018- comentó que “deja un tremendo legado. Las nuevas generaciones, sus alumnas, pudieron conocer a esta gran mujer, que a pesar de los tiempos que vivió pudo romper cierta barreras sociales, logrando desarrollar una carrera tan distinta en esos años. Quienes compartimos con ella pudimos admirar su talento, pasión, entrega, constancia y bondad”.