Este año entre ambos centros hospitalarios han realizado 6 cirugías. Especialistas llaman a la donación de órganos y a la prevención, a través de exámenes, pues la enfermedad generalmente es silente hasta que se desencadena.
La diabetes es la causa más común de una enfermedad renal terminal, patología que para asegurar la sobrevida del paciente requiere sí o sí de un trasplante renal.
Ahora bien, existen otras patologías secundarias que también pueden derivar en un trasplante renal, como son la diabetes e hipertensión arterial no controladas, enfermedades metabólicas que generan cálculos a repetición y también tumores con metástasis.
Pilar Musalem, coordinadora de la sección de trasplantes renales del Hospital Las Higueras, destacó, además de las enfermedades antes indicadas, que el tabaquismo, la obesidad y el uso de antiinflamatorios también aumentan la posibilidad de un fallo renal, así como la hiperplasia prostática, aumento de tamaño de la próstata, que ocurre sobre los 40 años, que obstruye la vía urinaria y daña el riñón.
A nivel nacional el año pasado se realizaron 365 trasplantes renales. Sin embargo, aún permanecen en lista de espera mil 750 personas.
En la Región, en 2023 el Hospital Regional realizó 13 trasplantes renales y Las Higueras 12. Este año el centro porteño ha realizado 2 y el penquista 4. Sin embargo, existe una alta lista de espera de 70 y 230 pacientes, respectivamente.
La piedra de tope, según los especialistas, no es la especialidad médica ni el equipamiento necesario para realizarlo, sino que la falta de donación de órganos, situación que revelaron en el Día Mundial del Riñón. “Cerca del 10% de las personas que necesitan un trasplante son intervenidas cada año”, dijo Musalem.
Eduardo Salazar, técnico mecánico de 43 años, en 2013, sin padecer de hipertensión sufrió una alza de presión que derivó en una falla renal sin causa conocida. Durante 8 años estuvo en diálisis, 3 veces por semana y estuvo 3 años en lista de espera.
“Fui trasplantado de riñón el 5 de septiembre de 2021 en el Hospital Regional. La operación cambió mi vida, con la diálisis quedaba agotado, sólo quería dormir. Ahora hago una vida normal, volví a trabajar, estoy a cargo de un taller y puedo compartir más con mi familia”, afirmó.
Salazar aseguró que el trasplante da una nueva oportunidad de vida a las personas e hizo un llamado a la donación. “Que las familias respeten la donación de quien se va para salvar más vidas”, dijo.
El doctor Esteban Arias, jefe del servicio de Urología del Regional, dijo que lamentablemente dependen de la comunidad para realizar más trasplantes, pues no basta con la voluntad que había indicado el fallecido, sino con la autorización de la familia. “Hay que generar conciencia para que los pacientes, que están en diálisis, puedan tener mayores posibilidades en el mediano y corto plazo.
Los riñones, en general, no presentan síntomas, a pesar de estar comprometidos por lo que es necesario someterse a exámenes que revelen cómo están funcionando los riñones.
El doctor Arias aseveró que es recomendable que todos los adultos se realicen cada 3 años exámenes de sangre y de imágenes (ecografía) para comprobar cómo están funcionando los riñones, pues, actualmente están operando entre 2 y 3 casos de tumores, que provocan cáncer, a la semana.
Ahora bien, en el caso de pacientes diabéticos e hipertensos, que son los que más probabilidades tienen de enfermar, Musalem aseguró que es necesario realizar exámenes una vez al año para diagnosticar precozmente y evitar una falla renal.
Si bien, en el Hospital Regional tienen menores con enfermedad renal crónica, que requieren diálisis, la mayor cantidad de pacientes está en riesgo de padecerla, ya sea por infecciones urinarias recurrentes, obesidad, nacer prematuros, o bien, por daño renal agudo, secundario a medicamentos, medios de contraste y deshidratación, entre otras.
Por eso, Marcela Valenzuela, jefe de la unidad de Nefrología Infantil del Hospital Regional, dijo que se debe concientizar a los padres y a los niños para que cuando sean adultos, sean conscientes de que pueden padecerla.
Dicha educación, que sirve para adultos y niños, impulsa la actividad física, hidratarse con agua, no concebidas ni café; alimentación sana, evitar la comida chatarra y procesada; descartar diabetes e hipertensión arterial. Además, en adultos, no fumar, porque produce daño renal, evitar los antiinflamatorios y realizar controles de niño sano.
Es importante, según Valenzuela, prevenir infección urinaria en niños, llevándolos al baño cuando quieren orinar, aumentando los tiempos de recreo en los colegios para que puedan ir al baño e impulsar el consumo de agua.