Se ubica en calle Víctor Lamas, a pocos pasos del Parque Ecuador. Sus murales y múltiples colores son todo un sello.
Por Vicente Irribarra
La escalera La Paz está ubicada en Concepción, al lado del Parque Ecuador, en la calle Víctor Lamas, y sirve como entrada al Barrio Universitario.
Es un lugar muy popular y vistoso gracias a sus múltiples colores y las pinturas que están presentes a los lados, siendo frecuentado por personas jóvenes, particularmente estudiantes de la UdeC, que se instalan para sus actividades recreativas, tales como fumar, beber y conversar.
La infraestructura, que fue creada a finales del siglo XIX, ayuda a las personas a moverse fácilmente en un lugar muy transitado.
Físicamente, la escalera es grande y los peldaños son fáciles de subir, ya que no requieren levantar mucho los pies. Está altamente decorada, llena de pinturas de flores y algunos grafitis. Al lado hay un dibujo de un violinista con rosas, está rodeado por pasto, arbustos y árboles, además de unas casas. También hay un poste de luz en medio del camino que puede dificultar un poco la navegación.
En conversación con peatones del lugar, Gabriel de la Peña cuenta que “arquitectónicamente se ve bonita, y lo que no me gusta es que de repente hay mucha basura”. Su hijo, Sebastián de la Peña, dice que “lo que me gusta son los murales, las pinturas, las baldosas que colocaron en los peldaños, y los colores que se ven al momento de subir, pero lo que no me gusta es que en cierta parte se ve un poco descuidado, porque hay muchas ramas sueltas”.
Otra peatona, Francia Flores, expresa que “me gustan los dibujos que tiene y cómo se incorporan con la naturaleza que la rodea, y lo que no me gusta es que tal vez podría estar con una iluminación distinta a la que está, que sea más ad hoc también a este espacio, que no sea tan invasiva pero que sea efectiva en la noche”.
Alberto Garrido, quien también circula por la Escalera La Paz cuenta que “lo que no me gusta es que pudieron haberla hecho calle, para que pudieran pasar los vehículos y porque cuesta mucho subir ya que es muy larga, y que a las personas con bicicleta les cuesta”.
Florentino López es uno de los vecinos del lugar. Su casa colinda con la escalinata. Como es habitual mira por una de las ventanas del hogar al compás de los pasos de las decenas de penquistas que día a día circulan por esa vía.
Para López “el paso está mal construido”. Para él hay un problema en la pendiente “y subir la escalera cansa, y cuando está bien calculada y está bien hecha de acuerdo a las normas no cansa, yo me subo y cuando voy en la mitad me tengo que afirmar, y a mucha gente le pasa eso”.
Otro de los puntos que reclama es que muchas veces se toma como espacio para celebraciones, por parte de particulares, lo que trae problemas de seguridad y ruidos. Eso sí, “lo que me gusta es que se ve limpia y bonita, pero usarla no me gusta”, agregó.
“Esta escalera es del año 57 o 58. Antes estaba cerrado y pertenecía al internado de la Escuela Técnica Femenina. Había una casa grande que era dormitorio, y aquí estaban los comedores de ese colegio”.