Desde la comunidad médica se entiende al tabaquismo como una enfermedad influida por la calidad de vida, el factor estrés y aseguran que para erradicarlo debe existir una mirada global centrada en la educación como impulso a cambios culturales.
El 31 de mayo es el Día Mundial sin Tabaco, momento en el que se recuerdan aquellas repercusiones en las personas fumadoras, como en quienes les rodean.
Las últimas cifras que presentó el Ministerio de Salud, en la presentación de la actual advertencia sanitaria de las cajetillas en 2022, dan cuenta que en Chile mueren al día 52 personas a causa del tabaquismo. Además el 16% de los fallecimientos que se producen en el país pueden ser atribuidos al tabaquismo. Más de 62 mil personas mueren por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) al año, y más de 8 mil 500 por cáncer.
La última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 indica que existe una prevalencia de consumo de tabaco en la población del 32,5%. Cifra que debiera ser actualizada para conocer los efectos que tuvo la pandemia en la cantidad de fumadores, según el médico broncopulmonar, Miguel Aguayo, profesor asistente de la Universidad de Concepción y ejerce en el Hospital Guillermo Grant Benavente.
Para el facultativo, la iniciativa del Día Mundial Sin Tabaco, es una de tantas iniciativas que debieran tomarse en torno a este problema, ya que en Chile fumar es considerado un acto social. “Creo que probablemente post Covid y post Campaña de Invierno, obviamente, el Ministerio debiera empezar a hacer campaña, paralela a la de salud mental y a concientizar sobre los diferentes tipos de adicciones”.
Aguayo plantea que el tabaquismo no puede ser considerado como un único consumo, sino que se debe también tener en cuenta el consumo de otras sustancias. “Lo que vemos en las noticias todos los días de las bandas de drogas y todo, es porque alguien las consume”, expresó.
Además, estableció que el tabaco también tiene un mercado ilegal, que son tabacos importados que se venden a precio mucho menor, pasando por alto todas las regulaciones.
“Falta la campaña de fumar hace mal, retomar todo lo que se estaba haciendo prepandemia. Se dejó muchos programas un poco de lado, porque todo el personal de salud se dedicó a la atención del Covid”, recalcó el médico broncopulmonar.
En cuanto a la Reforma Tributaria, denominada Saludable, que prepara el Gobierno en donde se considera el aumento del impuesto al tabaco, el facultativo indicó que “volver a subir el tabaco, yo creo que va a tener un efecto, porque la idea es que se vuelva cada vez más inaccesible, pero eso tiene que ser paralelo al control del mercado ilegal. Porque si tú no controlas el mercado ilegal, en el fondo el efecto se contrapone”.
Para el especialista broncopulmonar UdeC, lo principal es acudir a la educación para concientizar a niños y adolescentes, enseñarles que no sólo fumar hace daño, sino que también las otras drogas y que no son una forma social. “Yo creo que mientras más educación pones en esa etapa genera un efecto de que dejen de fumar y que el inicio de la edad del tabaco sea más tardía.
“Y en la población, que ya fuma también hacer campañas educativas de chequeo, no sólo la imagen que trae la cajetilla, sino que educación a través de los medios de prensa, de educación de cápsulas educativas en los canales públicos de televisión”, indicó.
En cuanto a las afecciones de salud que produce el consumo de tabaco, Miguel Aguayo enumeró: “es que el principal factor de riesgo cardiovascular en la población, infarto agudo al miocardio, síntomas coronarios, accidentes cerebro vasculares, enfermedad arterial periférica que afecta la circulación de las piernas. Cáncer no solamente pulmonar, sino que cáncer en la boca, en la lengua, en las amígdalas, todos los cáncer en laringe, llegando al pulmón. Enfermedades crónicas como la Epoc o el enfisema pulmonar, cuadro obstructivo que es progresivo y que requiere tratamiento con inhaladores”.
Respecto a otros efectos, mencionó: “además el tabaco favorece la transmisión viral, las personas que fuman tienen más riesgo de hacer bronquitis y las personas que lo rodean. La gente con tabaquismo pasivo y que inhala el humo del fumador, también tiene un riesgo de hacer bronquitis, infecciones respiratorias, neumonías, tuberculosis. O sea, no es sólo lo crónico, sino que también hay eventos agudos”.
Además, nombró los efectos más inmediatos que son: “que los dientes se manchan, la piel de la cara se vuelve más seca y hay otros efectos del cigarro que tienen que ver en salud mental y eso es la adicción”.
En tanto de las Universidad Católica de la Santísima Concepción, el médico de la Facultad de Medicina, Nicolás Saá, señaló que “la dependencia que puede provocar puede ser tanto física o psicológica. Por ejemplo, cuando los pacientes que dejan de fumar o disminuyen la cantidad de consumo sufren síntomas de abstinencia, también sienten alivio de estrés o ansiedad o se transforma en ciertos ritos que no pueden romper como fumar después de comer o al tomar una taza de café. Entonces, según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen, alcanzando más de ocho millones de personas. Más de siete millones de estas defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno”, explicó el médico de la Facultad de Medicina, Nicolás Saá.
Al respecto, Aguayo indicó que “a lo que más le tienen miedo las personas que fuman, cuando dejan de fumar, es subir de peso. Dicen: ya dejé de fumar una vez y subí 5 kilos. Los que tienen una adicción muy alta, dicen: yo dejo de fumar y me vuelvo muy irritable o dejo de fumar y me sudan las manos, me da taquicardia. O ¿Qué hago si no fumo? Entonces, por eso tú tienes que darle alternativas a todo eso. Ofrecer diferentes ayudas de apoyo psicológico, o si tiene una patología de salud mental, tratarla”.
“Hay sustitución de nicotina para que no hagan abstinencia a la nicotina y algunos medicamentos que pueden ayudar a dejar de fumar. Los medicamentos ayudan, pero siempre tiene que estar detrás la conciencia de querer dejar, la persona tiene que querer. Si no quiere dejar de fumar es muy difícil”, indicó el broncopulmonar.