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Luis Riveros Cornejos: “Actuamos sobre la firme convicción de igualdad de derechos y deberes”

El próximo 23 de abril los Venerables Maestros de las 245 logias masónicas de todo el país elegirán al Gran Maestro de la Gran Logia para los próximos 4 años. Son dos candidatos y el exrector de la Universidad de Chile plantea aquí sus ideas y propuestas para un nuevo mandato en la institución.

Por: Silvanio Mariani 10 de Abril 2022
Fotografía: Gran Logia Chile

Luis Riveros Cornejos es exrector y actual decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, doctor en Economía y magíster en Economía y Desarrollo. Profesor de Estado, autor de 21 libros sobre temas de Educación, Economía y Desarrollo. Sirvió como Gran Maestro de la Gran Logia de Chile en los periodos 2010-2014 y 2014-2018.​

El país ha vivido periodos complejos a raíz del estallido social y la pandemia y eso seguramente está en el foco de observación de la Orden. ¿Qué balance hace usted respecto a estas situaciones?

LR – Chile ha sufrido graves embates producto de la crisis social que estalló el año 2019 y de la pandemia desatada a partir del año 2020. Las situaciones de graves problemas nacionales no adecuadamente enfrentados por años, causaron una explosión cuyos efectos aún experimentamos. El reclamo por mejores pensiones, por una mejor educación para todos nuestros niños y jóvenes, por una salud digna del país que ambicionamos ser y de una seguridad ciudadana que proteja nuestras vidas y nuestra integridad fueron los reclamos que marcaron las protestas. Se había advertido, pero no se escuchó, y los ecos de ese estallido se combinaron con el estancamiento que sufrió Chile el año 2020 debido a la pandemia, felizmente superado ya el año 2021, pero aún legando problemas de difícil solución en lo económico y social.

¿Cómo ha sido, desde la Orden, enfrentar a la pandemia?

LR – La Masonería sobrellevó los efectos de la pandemia y del aislamiento con mucha decisión y compromiso de trabajo. La Masonería es una institución educativa, a la que es inherente la actividad presencial. Pero se sobrepuso a los efectos de la pandemia y la imposición de restricciones para la actividad presencial, trabajando telemáticamente, como un sustituto poderoso y efectivo, más no integralmente satisfactorio, para el desempeño periódico y normal de las Logias. Pienso que se salió exitosamente de esta experiencia tan impactante e inesperada.

Una de las principales labores de la masonería es la formación. Formación en valores y en ética, por ejemplo. ¿Ese aporte se ve reflejado en el Chile de hoy?

LR – La Masonería siempre ha sido un actor importante en la sociedad, llevando su mensaje de fraternidad, tolerancia, libertad, igualdad y justicia en todos los ámbitos en que se desempeña. Su rol ha sido históricamente clave en la educación, pues la masonería piensa en el perfeccionamiento del ser humano como el instrumento más vital del verdadero progreso. La masonería debe cumplir un rol activo en el proceso de cambio que vive Chile, considerando que ella ha sido siempre un aporte crucial a la República en el marco de los principios que he enumerado.

 

“El Gobierno está recién partiendo y es temprano para evaluar su accionar. Por cierto, la relación con la masonería se dará en las instancias que corresponda, especialmente por la vía de nuestros aportes en lo que corresponda, donde nuestros miembros deben dar prueba siempre de su sentido nacional y patriótico”.

¿Qué percepción tiene usted sobre el trabajo de la Comisión Constitucional y qué propuestas o valores la masonería considera importante que sean plasmados en la Constitución?

LR – La Convención Constitucional está culminando un trabajo que desde sus inicios se consideró delicado y arduo. Ciertamente, el objetivo de que una nueva Constitución sea la Casa Común, que albergue a todos los chilenos y chilenas, debe siempre ser mantenido como el gran propósito, que no puede descuidarse en función de ideologismos o visiones sectarias. Por eso preocupa la serie de comunicaciones que levantan temas controvertidos para el gran objetivo diseñado que era el de buscar la unidad de los chilenos y la propuesta sobre grandes objetivos en común. Siento que es todavía necesario crear ese espacio de encuentro y tolerancia, que permitirá avizorar mejores días para el país, especialmente en el marco de los reclamos que dieron origen a la revisión Constitucional y que he enumerado más arriba. Creo que la nueva Constitución debe tener como valor esencial en sus preceptos el de la unidad nacional, enmarcado en el proyecto país que debe consensuarse y que debe resumirse en Libertad, Igualdad y Fraternidad, sin crear nuevas instancias de enfrentamiento que la ciudadanía no quiere para el futuro y las nuevas generaciones.

¿Qué visión tiene la Orden sobre los pueblos originarios?

LR – Siempre hemos rendido culto a sus raíces, a su trascendencia histórica y al hecho de ser parte fundamental de nuestras raíces como nación.

En Chile hubo un cambio de autoridades, desde alcaldes, pasando por gobiernos regionales, Congreso, hasta la Presidencia de la República. ¿Qué opina de estos cambios?

LR – La Masonería es una entidad republicana, profundamente comprometida con Chile y su futuro y que durante casi 160 años, después del esfuerzo de nuestros hermanos patriotas, se ha jugado por un mejor futuro común, demandando de nuestros miembros, donde quiera que se desempeñen, aporten en la vocación y compromiso con nuestros principios, que cada uno asume cuando llega a ser parte de la francmasonería.

Respecto al nuevo Gobierno recién instalado, ¿Qué expectativas tiene? ¿Cómo se espera o debería ser la relación del Gobierno con la institución?

LR – El Gobierno está recién partiendo y es temprano para evaluar su accionar. Por cierto, la relación con la masonería se dará en las instancias que corresponda, especialmente por la vía de nuestros aportes en lo que corresponda, donde nuestros miembros deben dar prueba siempre de su sentido nacional y patriótico.

¿Cuál es su mirada respecto del fenómeno de la migración que afecta a Chile y al mundo, exacerbada hoy en Europa por la guerra?

LR – La migración es un proceso normal en el mundo de hoy. Lo crucial es que ella sea ordenada y se desarrolle sin causar daño a la población residente en el país. Eso requiere políticas públicas bien diseñadas, que en mi opinión han sido faltantes y han llevado a un escenario de desorden y de gran incomodidad para los habitantes de las regiones más afectadas por ese movimiento de población irregularmente ingresada.

Sobre los actos de corrupción que han afectado algunas de las instituciones republicanas, ¿cuál es su visión al respecto?

LR – Por supuesto la masonería rechaza todo acto que violente nuestro sentido de la moral y la ética. Hemos observado que las transgresiones a esos principios ocurren hoy en día en todos los ámbitos de la sociedad, y deben ser rechazados y castigados para poder preservar un sentido básico de credibilidad de las instituciones republicanas, pero también del hacer privado y de sus relaciones con el mundo político.

Dada la fuerte expresión feminista que se ha instalado en los últimos años en Chile ¿Cómo se aprecia la incorporación de la mujer en la masonería?

LR – La incorporación de la mujer debe obedecer a un proceso que ya está en marcha, tanto por el lado de ellas como de la masonería histórica. No actuamos bajo el mandato de slogans o modas, sino sobre nuestra firme convicción de igualdad de derechos y deberes, y de la mirada hacia un futuro que nos debe demandar nuevas formas de trabajo y nuevos compromisos. La Masonería cuenta con muchos Centros Femeninos, que han sido tradicionalmente la forma de incluir a la mujer en nuestras actividades, tarea que debe seguir profundizándose y ampliándose.

¿Qué opina usted sobre la descentralización?

LR – Desde hace mucho tiempo he insistido, y lo tengo por escrito en varias publicaciones, que el país necesita descentralizar decisiones, uso de recursos y políticas públicas. No podemos seguir con proyectos importantes en Regiones que son decididos, diseñados y proyectados en Santiago. El esfuerzo de descentralizar no puede reducirse a la elección de Gobiernos que ni siquiera cuentan con los recursos para realizar una relevante labor. No creo en un país Federal, con Regiones Autónomas, sino en un país integrado con sanas políticas de descentralización radicadas en las regiones del país.

La Orden está a punto de cumplir 160 años en Chile. ¿Cómo evalúa usted la evolución del trabajo realizado en más de un siglo? Y ¿a qué apunta la agenda de la institución para los próximos años?

LR – A los 160 años de vida, la masonería sigue siendo una institución robusta con presencia en todo Chile y con el mismo ánimo que inspiró a sus fundadores. Debe ella seguir siendo un faro de luz para llevar el sentimiento de encuentro y compromiso nacional a un país diverso, pero profundamente identificado con sus raíces y su historia.

Se viene una etapa electoral en la institución. ¿Cómo es ese proceso dentro de una institución como la Masonería, y qué usted espera o propone?

LR – Las elecciones al interior de la Orden Masónica son parte de un proceso normal que se practica desde siempre: renovar las autoridades y utilizar esa instancia para mirar el futuro y los desenvolvimientos que necesitará la institución para enfrentarlo. Desde mi punto de vista son tres los principales temas en que debemos reafirmar nuestro sentido de desarrollo: (1) mayor autonomía para que las logias realicen su labor, y se permita la mayor descentralización del trabajo de la masonería. (2) Preservación de nuestra regularidad que nos permita continuar con una relación fluida con el mundo masónico universal, que es donde debe radicar también el diálogo para seguir siendo una institución reconocida. (3) Una masonería con más presencia en la vida pública, capaz de llevar sólidamente los mensajes que hoy día resultan tan cruciales para recuperar nuestra capacidad de dialogar con tolerancia y con respeto.

¿Algún mensaje final?

LR – Veo a muchos jóvenes ingresando a la Masonería. Ellos buscan no sólo interactuar con otros y formarse para así contribuir a una mejor sociedad, sino también buscan el poder asumir prácticas que se encuentran pospuestas en nuestra sociedad: el diálogo sincero, la voluntad de encontrar acuerdos y caminos en común, de respetar verdaderamente la diversidad, de enaltecer al humanismo como fuente principal de formación y como objetivo final de una sociedad moderna y basada en el bien común. Pienso que tenemos que trabajar convencidamente para brindarle a esta juventud los caminos y opciones para formarse como personas capaces de aportar a la vida en común.

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