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Rectoría UdeC 2022-2026: Dra. Jacqueline Sepúlveda Carreño

¿Cuál será su prioridad? ¿Por qué su candidatura es la mejor alternativa para dirigir la Universidad de Concepción? ¿Qué propuesta de las candidaturas de la primera vuelta usted incorporaría a su gestión en la UdeC? De cara a la elección del próximo martes 5, volvemos a entrevistar a la candidata sobre sus planes y programas para dirigir la institución. Jacqueline Sepúlveda aceptó el desafío, propiciando la discusión y el voto informado de la comunidad universitaria.

Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Dra. Jacqueline Sepúlveda Carreño

  • Profesión: Química Farmacéutica UdeC
  • Edad: 57 años
  • Lema de campaña: #AvancemosUdeC
  • Formación académica: Dr. rer. nat., Universität Gratz, Austria

¿Qué propuesta realizada por la candidata Soraya Gutiérrez y los candidatos Jorge Fuentealba y Bernardo Castro le pareció interesante y usted incorporaría a su gestión como rectora de la UdeC?

JSC – Tuvimos muchas similitudes programáticas con Soraya, Bernardo y Jorge. Antes de ir al fondo de la pregunta creo importante destacar que a las cuatro candidaturas no oficialistas, que hubo en primera vuelta nos unen muchos puntos de vista y eso explica por qué el 61% de los académicos se inclinó por alguna de ellas. Ahora bien, yo diría que un aspecto en que las cuatro candidaturas coincidimos es en la necesidad de impulsar un gobierno abierto que propicie un mayor bienestar para todo el personal que trabaja en la Universidad, el que se han visto muy afectado no solo por el alza constante de la inflación, sino también por el cansancio de la pandemia, la desazón y la falta de reconocimiento, como la mayoría de las personas me lo hicieron presente en las conversaciones que tuvimos en los distintos departamentos, centros, facultades y campus.


En dicho sentido, las candidaturas alternativas coincidieron en que es necesario buscar formas creativas de reconocer y compensar de algún modo la pérdida de poder adquisitivo que afecta a los funcionarios, pues no hay que olvidar que durante la última negociación colectiva la oferta económica de la Universidad partió siendo cero, algo insólito.

Para ello, estamos diseñando diversas estrategias, junto a nuestro equipo económico, que no quisiera adelantar aún pues es necesario revisar a fondo las cuentas de la Corporación y queremos ser súper responsables, pero es un hecho que vamos a hacer todo lo posible por mejorar la situación de quienes laboran en la Universidad.

Bajo su rectoría, ¿Qué mantendría y qué modificaría en cuanto a las carreras y/o programas que ofrece la Universidad de Concepción?

JSC – La oferta académica de la Universidad, como es lógico, se sustenta en las disciplinas que nuestra planta académica desarrolla. Por ello, más que modificar la oferta, esperamos fortalecerla, generando flexibilidad curricular y aumentando de ese modo la pertinencia de la misma pero, igualmente, queremos incorporar nuevos aprendizajes a medida que el medio lo vaya demandando, en la forma de micro-certificaciones y programas tipo “minor”, dándole a las y los estudiantes mayor autonomía en la definición de sus opciones formativas.

En el postgrado, hay que mirar la internacionalización y generar alianzas más fuertes con el sector productivo, el Estado y comunidades, de modo de que el talento de la UdeC se enfoque en abordar las problemáticas que son relevantes para la comunidad y sus territorios.

Es importante señalar que el foco de la oferta formativa de pre y postgrado debe ser la pertinencia, la visión de futuro y la vinculación estrecha con los afectados por las grandes problemáticas que nuestras y nuestros graduados y titulados están llamados a enfrentar.

Después de recorrer los campus Chillán y Los Ángeles durante este proceso y conocer las necesidades de infraestructura expuestas por la comunidad universitaria, ¿Qué iniciativas usted considera prioritarias y factibles de realizar en el periodo 2022-2026?

JSC – Tenemos grandes proyectos en ambos campus: el Polo de Desarrollo Agroalimentario en Chillán y el Polo de Desarrollo Social y Económico de Los Ángeles. El primero contempla, entre otras cosas, revisar el plan maestro del campus y construir un edificio ancla que sea un ícono de la UdeC en la capital regional, mientras que para Los Ángeles crearemos facultades y también dos centros, uno de Innovación y Emprendimiento y otro de desarrollo de negocios.

En ese sentido, más allá de las obras materiales que hemos comprometido, algo que nos interesa sobremanera es emparejar la cancha. Las comunidades de ambos campus sienten que han sido objeto de una marginación histórica frente a Concepción y eso genera frustración y una sensación permanente de que se enfrentan a autoridades centrales que no los tienen en cuenta. Es tiempo de terminar con ello y generar oportunidades reales y concretas para ambos campus.

¿Cómo pretende asegurar el cumplimiento de los estándares de calidad para mantener, a futuro, la acreditación institucional?

JSC – Se debe tener en cuenta que la UdeC es una institución fuerte y que es capaz de autorregularse. Desde esa base, entonces, deberíamos asumir que los criterios externos de acreditación son el nivel más básico a cumplir, pero es la propia Universidad la que debe plantearse qué nivel de excelencia aspira a lograr. En ese sentido, a través de una gestión ágil, basada en datos, en evidencia y con un uso efectivo de la tecnología, se puede monitorear en tiempo real el desempeño de los distintos aspectos que dan cuenta de la actividad universitaria, dando espacio a que el talento de la Comunidad UdeC se haga presente, generando iniciativas creativas e innovadoras para llegar a un nivel de clase mundial, o el que definamos como Comunidad.

Así, uno de nuestros objetivos será quitar presión a las académicas y académicos, restándoles tareas burocráticas que son propias de una gestión de los años ochenta, que no tienen ni el más mínimo sentido ya iniciada la tercera década del siglo XXI. Gracias a ello podremos llegar a ser una organización viva, ágil, innovadora, que desarrolle todo su potencial con un gran sentido de propósito, delegando el cumplimiento de los mínimos obligatorios a procedimientos y sistemas automatizados, que generen retroalimentación oportuna para prevenir desviaciones en los distintos estándares y que también permitan tomar acciones correctivas cuando corresponda.


¿Qué debe enseñar la universidad y cómo debe hacerlo para formar ciudadanos (as) que verdaderamente se preocupen por ser parte de la construcción de un mundo más sostenible y una sociedad más justa?

JSC – Una universidad como la nuestra no solo se preocupa de formar profesionales, sino que además debemos formar ciudadanos honestos, que adhieran a los más estrictos estándares éticos y laborales y que, además, estén imbuidos de los valores esenciales que nos animan: el humanismo y el respeto hacia todas las personas, independiente de sus ideas, de su etnia, de su orientación sexual o de cualquier otra consideración.

Una vía que para nosotros es esencial en ese aspecto es la vinculación con el medio, además del fortalecimiento del modelo de competencias genéricas diseñado y validado en nuestra institución, que ha sido dejado de lado por esta administración.

Este modelo parte de la base de que no se pueden desarrollar estas competencias de manera aislada en una asignatura o cursos y que toda la comunidad académica y universitaria debe compartir estos principios.

Así, son las y los docentes quienes deben comprender, valorar y ejercer las competencias asociadas a la sustentabilidad, la equidad, la justicia y la responsabilidad social, de modo de incorporar estos temas en sus asignaturas, dando contexto en cada materia que impartan. Ello, sin desmedro de incorporar de manera masiva asignaturas que introduzcan estas materias de forma obligatoria para todos los estudiantes, haciendo un uso eficiente y efectivo de las tecnologías de información.

¿Qué medidas ofrecería su administración en materia de paridad de género y para erradicar cualquier forma de acoso en todos los niveles?

JSC – Nuestro proyecto implica un modelo de universidad que reconoce tres principios esenciales: el pluralismo, la autonomía universitaria y la sustentabilidad. Al mismo tiempo, ese modelo reconoce la equidad de género y la inclusión como factores muy relevantes, esenciales, dentro del ambiente laboral y estudiantil, por lo cual nuestro objetivo es tener paridad en los cargos directivos y en esto quisiera aprovechar de comentar, además, que nuestro criterio de selección en torno a quienes ocuparán dichos puestos será estrictamente profesional. Vamos a terminar con el amiguismo y, por el contrario, nos preocuparemos de que las y los colegas que me acompañen sean personas capaces, comprometidas con la institución y que la conozcan a fondo.

Asimismo, buscaremos integrar a personas con distintos pensamientos políticos, religiosos o filosóficos, pues la pluralidad, que tanto hemos echado de menos estos últimos años, es uno de los valores fundacionales de la Universidad de Concepción y también del modelo que queremos para ella.

En cuanto al acoso, tenemos que ser implacables en torno a este, tanto en el ámbito sexual como en el laboral y, por supuesto, es necesario fortalecer todas las instancias de mediación y resolución que hoy existen, pero además requerimos de instancias de control más efectivas. En dicho sentido, acojo la idea planteada por el profesor Bernardo Castro en su campaña, en orden a que es necesario que el responsable del control interno, que es el contralor o contralora, sea una persona independiente, de modo que pueda entregar las garantías necesarias a todas las personas, por ejemplo, al momento de investigar una denuncia, algo que hoy día muchas personas no se atreven a efectuar, porque ven que no hay resultados y que las personas de confianza de la autoridad, que son denunciadas por acoso, nunca reciben sanción alguna, ni siquiera se las investiga.

En materia cultural, ¿cómo proyecta el rol de Corcudec para los próximos años?

JSC – La Orquesta y el Coro sinfónico son las caras visibles de la Corcudec y se trata de instituciones muy queridas y arraigadas en la comunidad, de las cuales nos enorgullecemos, por lo cual me preocuparé especialmente de que la gestión cultural que se realice en la Corcudec proyecte aún más su quehacer y al mismo tiempo dignifique el trato hacia los y las artistas que dan vida a la corporación y representan a nuestra Universidad. Ahora bien, hay que tener en cuenta que la UdeC carece de una Política Cultural, por lo cual la crearemos, teniendo en cuenta que poseemos varios proyectos en los que aprovecharemos como respaldo las capacidades y experiencia de la Corcudec y de sus integrantes.

Así, aprovechando también las otras capacidades de nuestra Universidad, crearemos un Conservatorio de Música, una Compañía Teatral Ciudadana y una Escuela de Artes Populares, todo lo cual irá además acompañado de un Centro de industrias creativas y de postgrados orientados hacia dicha especialidad.

En la misma línea, ¿cuáles son las metas para el Club Deportivo y sus ramas?

JSC – Queremos fomentar la actividad deportiva al máximo, tanto a nivel estudiantil como profesional, pero en el caso del Club Deportivo, antes de fijarle metas, nos interesa dimensionar su verdadera realidad financiera actual (incluyendo saber los detalles de la querella que enfrenta, por cerca de 900 millones de pesos) y conocer las razones de ciertas decisiones que se han tomado en los últimos años, como la eliminación de la rama de fútbol femenino, algo que sinceramente no entendemos.

Más allá de eso, la reflexión al respecto es semejante a lo que pasa en cuanto al tema artístico: tampoco tenemos, como universidad, una política respecto de la actividad deportiva, lo que es imprescindible. Por eso, aprovechando la sinergia que necesariamente se producirá con el deportivo y sus ramas definiremos dicha política, efectuaremos un diagnóstico de las capacidades institucionales al respecto y, algo muy importante: incluiremos la formación deportiva en el modelo educativo.

¿Cuál cree usted es el camino para destrabar el proyecto Parque Científico Tecnológico (Pacyt)?

JSC – El primer paso en este camino es saber por qué esta administración le dio la espalda a este proyecto y desaprovechó una inmensa oportunidad, que contaba con financiamiento del Gobierno Regional y el compromiso de diversas universidades. Aquí la falta de liderazgo, experiencia y capacidad de gestión de la actual administración ha quedado en evidencia una vez más. Hay muchas preguntas que no se han respondido y que la comunidad universitaria debe conocer.

Una vez que estos asuntos despejen el camino tomaremos las decisiones conducentes a destrabar el Pacyt y a ver cómo reorientarlo de acuerdo con la realidad actual, con las exigencias medioambientales, con el sentir de la comunidad universitaria y local y, especialmente, con los requerimientos y desafíos que nuestras regiones y el país presentan en materia de investigación, desarrollo científico, innovación y emprendimiento.

En materia de asociatividad de IES, ¿usted cree que la UdeC está bien dónde está, o debería revisar su participación en algunas instancias como CRUCH, G9, universidades Regionales, entre otras?

JSC – La UdeC no solo debe participar activamente en estas instancias, sino que debe liderarlas, y eso es algo que hemos echado de menos en los últimos años. Por su posición, historia y peso específico, la UdeC debería ser una de las universidades líderes en instancias asociativas como son el CRUCH, el G9, la AUR y otras más, no solo porque sean instancias que otorgan visibilidad e influencia, sino por algo que es esencial que nuestra comunidad debe entender: que por no tener detrás nuestro al Estado, a alguna iglesia o a algún grupo empresarial, como sucede con otras instituciones de educación superior, debemos necesariamente trabajar en asociatividad, con el fin de garantizar recibir un trato justo de parte del Estado, sobre todo en lo económico, teniendo en consideración el rol tremendamente relevante que la UdeC ha cumplido en la generación de bienes públicos y movilidad social a lo largo de su historia.

¿Qué haría usted para mejorar la inserción laboral de los egresados UdeC?

JSC – Estamos al debe con ello. Salvo iniciativas particulares en algunas carreras o facultades, nuestros alumnos salen al mercado laboral sin mayor preparación para enfrentarlo y sin redes que los apoyen. Una de nuestras preocupaciones al respecto será fortalecer el sistema de exalumnos y buscar que opere del mismo modo como lo hacen las grandes universidades del mundo, que son capaces de generar sinergias permanentes con sus exalumnos que van más allá de eventos puntuales o de envíos masivos de correos electrónicos, como se ha venido realizando hasta el momento. En nuestro programa, tenemos considerado la creación de un observatorio de empleabilidad que, entre otras cosas, dará seguimiento a los egresados y elaborará y desarrollará planes y acciones, destinados a conocer los perfiles de los profesionales que están siendo demandados, a objeto de conciliarlos con nuestra oferta y programas de formación académica.

¿Por qué su propuesta y programa son la mejor alternativa para dirigir la Universidad de Concepción?

JSC – En primer lugar, porque parte de un diagnóstico que no se efectuó entre un grupo de amigos, sino escuchando a toda la comunidad universitaria, lo que realizamos luego de reunirnos con todas las carreras, departamentos, centros, escuelas y facultades en todos los campus, junto al gran equipo que me acompaña.

Por ello, es un programa de trabajo que recoge las principales aspiraciones del cuerpo académico, pero también las de los trabajadores de la UdeC y de las fuerzas vivas de Concepción, Chillán y Los Ángeles, que son la razón de ser de la Universidad. Este programa, además, se ha visto complementado con una serie de aportes que recogimos de las candidaturas de los profesores Bernardo Castro y Jorge Fuentealba, quienes nos han apoyado en forma pública, por lo cual representamos a una gran cantidad de profesores que quieren un cambio.

La segunda razón es que estos últimos cuatro años han estado marcados por una pérdida de liderazgo y competitividad evidente, debido al desgaste emocional y financiero de las personas que trabajan en la UdeC y a una falta de transparencia, todo lo cual demanda un cambio en la conducción de nuestra institución y tenemos la convicción de que es hoy, no en 2026, cuando la UdeC exige que sea una mujer quien la dirija.

La tercera razón es porque en la Universidad no se puede seguir haciendo más de lo mismo. Nosotros representamos el cambio. Nuestro equipo tiene las mejores competencias y está preparado y dispuesto a llevar adelante las acciones que la Universidad necesita para crecer de verdad.

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