Voluntarios buscan crear consciencia en la ciudanía, sobre la relevancia de los espacios biodiversos presentes en sus comunas, sobre todo, al ser relictos carentes o en vías de protección medioambiental. Realizan caminatas y jornadas de limpieza junto a vecinos de los sectores.
La educación ambiental hace responsable a las personas sobre su entorno, sobre todo porque al adquirir conocimientos se amplía la conciencia y en ese sentido brinda herramientas para la toma de decisiones en lo que respecta a la protección de los espacios biodiversos.
En esa línea son varias las iniciativas que grupos ambientalistas llevan a cabo en Biobío y para conocer un poco más de su trabajo en espacios carentes o en vías de protección, Diario Concepción habló con los voceros de tres agrupaciones de la zona, quienes detallaron su labor ambientalista y el porqué de su motivación.
Desde febrero del 2021, bordeando el Río Andalién, un grupo de voluntarios y voluntarias ha venido recogiendo, a costa de mucho esfuerzo, la basura y escombros que cada semana se acumulan en el borde del curso de agua que atraviesa parte de Concepción.
La iniciativa que cuenta con cerca de 60 personas, agrupadas en la Coordinadora por la Defensa del Río Andalién, busca a través de la limpieza que llevan a cabo los fines de semana, recuperar y salvaguardar el último relicto de bosque nativo que queda en el lugar, puesto que existe evidencia arqueológica que demuestra que hubo presencia de asentamientos humanos.
Lo anterior, debido a que en la zona se encuentra un conchal, el cual ha sido escasamente estudiado y que la Coordinadora busca que se transforme en un sitio prioritario de conservación. Para ello han venido desarrollando, desde junio a la fecha encuentros culturales y caminatas por el sector.
“Además, construimos una huerta para el disfrute de la comunidad, en el borde de este bosque nativo que comprende Boldos y Naranjillos, donde les enseñamos el cuidado del medioambiente y el respeto por la naturaleza y la implicancia de los servicios ecológicos que presta el Río Andalién y los humedales del sector”, explicó el vocero de la Coordinadora, Javier del Río.
La Coordinadora con el propósito de llevar a cabo mejor sus operativos de protección, tomaron contacto con el departamento de Medio Ambiente del municipio penquista para ver la propiedad de cada uno de los sectores y así oficiar a los posibles dueños sobre la importancia de lo que llevan a cabo como organización ambiental .
Consultada al respecto, la directora de Medio Ambiente de Concepción, Andrea Aste, señaló que “nos solicitaron ayuda en elementos como carretillas, rastrillos, entre otros, además de la coordinación con el camión para retirar los residuos, lo que estamos realizando con éxito hasta el momento, junto con ello, estamos realizando gestiones para lograr que los dueños de los sectores aledaños, cierren las entradas por donde entran camiones a botar elementos, con el fin de resguardar este espacio biodiverso”.
En Hualpén, en tanto, se encuentra el Humedal Vasco Da Gama, denominado como uno de los relictos de lo que fue la desembocadura del Biobío y es parte del corredor biológico del Ifarle, canal que nace en el humedal Paicaví y llega hasta el Rocuant-Andalién en Talcahuano.
En él son varias la organizaciones ambientales que trabajan en su protección, entre las que destacan: Malvarrosa Hualpén, la Corporación Ucef, Chilebirds y Colectivo el Queule, agrupadas en el Comité de Defensa y Restauración del Vasco Da Gama, y apoyadas por la Junta de Vecinos de Parque Central.
La vocera argumentó que “declararlo como sitio prioritario es primordial, esto ante la amenaza de las inmobiliarias que buscan desarrollar más proyectos (…) hay mucho rellenos ilegales en este sector, lo que ha provocado inundaciones grandes en Parque Central, como lo fue en 2016, por lo que seguiremos trabajando para protegerlo”.
Boca Maule
Al otro lado del Biobío, en Coronel desde el año 2020 un grupo de jóvenes agrupados en el colectivo “Salvemos el Humedal Boca Maule”, vienen trabajando para que se declare humedal urbano el espacio, ya que es de suma relevancia para la comunidad.
“Nos organizamos en mayo del año pasado, cuando nos dimos cuenta de rellenos ilegales en el sector norte del Boca Maule, por parte de un particular, el cual también estaba identificado por la Municipalidad de Coronel y en base a ello, nos comenzamos a articular para hacer frente a esta problemática”, aseguró el vocero del colectivo, Sebastián Valenzuela.
Agregó que “activamos nuestras redes y logramos que el alcalde Boris Chamorro nos apoyara, realizando mayores fiscalizaciones por parte de la Dirección de Medio Ambiente del Municipio, deteniendo las obras que estaban destruyendo el ecosistema, fiscalizaciones que se han seguido realizando, por rellenos en otros sectores del humedal”.
Si bien, actualmente están un poco limitados debido a la construcción del parque que está montando el municipio en el lugar, el vocero Valenzuela detalló que se está trabajando en la declaratoria para declararlo Humedal Urbano, documentos que ya está en posesión de Ministerio de Medio Ambiente, por lo que esperan tener noticias favorables en diciembre próximo.