Abrazar, acurrucarse, hablar y jugar con tu bebé es importante para su proceso de apego, crecimiento y desarrollo. El doctor Oscar Hincapie, director médico del negocio de nutrición de Abbott en Chile, comenta algunos beneficios del apego, científicamente respaldados.
Fortalece su sistema inmune: el contacto piel con piel promueve la lactancia, que es muy importante para la buena salud del sistema inmunológico. “La leche materna es nutritiva y apoya el desarrollo del bebé de muchas formas. Una de ellas es a través de las sustancias bioactivas, como los oligosacáridos o HMO, que son el tercer componente más abundante en la leche materna. Estos probióticos apoyan el sistema inmune y constituyen aproximadamente el 10% de la leche materna”, explicó.
Apoya su desarrollo cognitivo, ya que durante el primer año de vida, el “cerebro del bebé está construyendo cientos de miles de conexiones neuronales por día, más rápido que en cualquier otro momento de su vida. Está preparando el terreno para el aprendizaje, la memoria y la capacidad de procesar información, que lo acompañaran hasta la adultez”, aseveró el profesional.
Ayuda a entender sus necesidades nutricionales, pues la cercanía hace más factible entender sus señales de hambre, como chuparse los puños, llorar o chasquear los labios, lo que te ayudará a encontrar el mejor horario para su alimentación. “Por otro lado, las señales de saciedad- como morder, escupir el pezón o quedarse dormido – puede ayudarte a prevenir la sobrealimentación, que podría resultar en problemas digestivos”, señala el doctor Hincapie.