Ciudad

La importancia de la labor de los recicladores de base

Son parte fundamental en la economía circular y en Concepción se encargan de darle nueva vida a los “desperdicios”.

Por: Mauro Álvarez 01 de Marzo 2021
Fotografía: Andrés Oreña P.

“Siempre separo mis cartones y botellas en el shaft de basura del edificio en el que vivo, pero, no sé dónde va a ese material, no sé quién lo retira, incluso, he llegado a pensar que va todo a la misma basura, pero prefiero seguir haciéndolo porque es mi manera de contribuir con el medio ambiente”, comentó Alejandro Salazar, vecino de Concepción.

Sin embargo, sus interrogantes tienen respuesta, ya que en Concepción se realiza un trabajo arduo en la recolección de materiales, para contribuir a la economía circular, gracias a los diferentes puntos limpios en la ciudad, ya sea en el Parque Ecuador, Universidad del Bío-Bío o la recién inaugurada en Barrio Norte.

Así lo explicó el alcalde Álvaro Ortiz, quien comentó que semanalmente, en los cincos puntos limpios habilitados en la comuna se retiran entre 1,5 a 3 toneladas de residuos valorizables.

“En Concepción, a través de diferentes acciones se ha fomentado el reciclaje y en el caso de todo lo que se retira de los puntos limpios que como municipio tenemos a cargo y que es calificado como residuos valorizables se entregan a las y los recicladores de base de dos sindicatos: Temístocles Rojas y Biobío, quienes las comercializan para su sustento familiar”, explicó.

De la informalidad a la formalidad

Los recicladores de base forman parte de la economía informal y por décadas han luchado por ser respetados en la sociedad, ya que su labor es fundamental para el desarrollo sustentable, siendo recuperadores de toneladas de lo que antes se consideraba desperdicio y que para ellos es su bien puro.

En ese sentido, pese al tremendo aporte que hacen al medioambiente, no reciben un pago directo por lo que recolectan. Lo reunido en los puntos limpios, por parte del Sindicato de Recicladores Biobío, y en negocios, ferreterías y otros, por parte del Sindicato Temistocles Rojas, es acopiado, clasificado, limpiado y luego enfardado, para después venderlo a empresas de economía circular o intermediarios que les pagan por kilos, con precios que fluctúan variando del producto, pero que generalmente son menos de $1.000.

“Nosotros trabajamos directamente con la Municipalidad de Concepción, quienes nos traen desde los puntos limpios las ‘sacas’ (material recolectado) al sindicato. Dentro de los materiales que nos entregan, vienen: cartones, papel blanco, latas de bebida y chatarra, entre otros, los cuales clasificamos para luego vendérselos a empresas que sacan nuevos elementos. En cuanto a los precios, por ejemplo, por cada kilo de lata nos pagan $450; y por botellas $100 las blancas y $150 las de colores”, detalla Iris Mardones de Recicladores Biobío.

Mardones contó que, a raíz de la pandemia de los 50 trabajadores, muchos han dejado de trabajar, por lo que hoy sólo están activos 11, nueve mujeres y dos hombres, la razón es porque “debemos parar la olla”, comento. “Nos la hemos ingeniado y estamos recolectando vidrios y cartones de algunos edificios, cuando nos llaman, ahí juntamos sus lucas extras”, acotó.

En el caso del Sindicato Temistocles Rojas, Manuel Álvarez y su señora Pamela Becerra transformaron este trabajo informal en el sustento familiar.

“Nosotros retiramos materiales desde las tiendas establecidas del centro, entre ellos: restos de latas, madera, cartones y plásticos, que para ellos son desechos, y los clasificamos en nuestras casas, para luego venderlos. A diferencia del Sindicato Biobío, nosotros no tenemos un centro de acopio, así que nos organizamos en nuestras viviendas, ahí las enfardamos y luego los vendemos, es un trabajo arduo, porque hay que juntar varios kilos para hacerse un sueldo”, detalló Manuel Álvarez.

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