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Las implicancias de la ley que busca despenalizar el aborto en Chile

Grupos feministas mantienen postura respecto de que es la mujer quien debe decidir sobre su cuerpo. Desde la vereda provida, indican que el acompañamiento es clave para continuar con el embarazo.

Por: Mauro Álvarez 25 de Enero 2021
Fotografía: Archivo

El artículo 344 del Código Penal advierte que “la mujer que causare su aborto o consintiere que otra persona se lo cause, será castigada con presidio menor en su grado máximo. Si lo hiciere por ocultar su deshonra, incurrirá en la pena de presidio menor en su grado medio”.

Y, con el fin de que cualquier mujer tenga la posibilidad de interrumpir un embarazo, la semana pasada la Comisión de Mujer y Equidad de Género de la Cámara de Diputados comenzó a discutir el proyecto que busca despenalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación.

“Con esto, lo que se busca es permitir erradicar la violencia obstétrica que sufren las mujeres y los seres gestantes al momento de hacerse un aborto clandestino. Es un proyecto que acoge a las mujeres más vulnerables, las que no pueden viajar a hacerse un aborto fuera de Chile”, argumentó la vocera de Feministas Articuladas en Movimiento (Faem), Paloma Zuñiga.

Comentó que “este es un proyecto tremendamente importante, contenedor, un mensaje social en avances respecto a la discriminación que sufrimos las mujeres, es un problema de clase, de salud pública, y lo más fundamental, pone a las mujeres como sujetos de derecho, libres de tomar decisiones por sobre su propio cuerpo y poder planificar su proyecto de vida”.

El poder decidir

En la misma línea, la vocera del Movimiento 8M, Francisca Rubio, explicó que “el aborto muchas veces nos impide sobrevivir. Nosotras debemos decidir si queremos tener o no un hijo, nuestro cuerpo es nuestro territorio. No se puede llevar el debate a una discusión moral, porque en la clandestinidad muchas mueren y eso no puede seguir ocurriendo”.

Daniela Esparza, de la ONG Amiga Yo te Creo, señaló “que la interrupción voluntaria del embarazo está consagrada en la Convención Internacional de DD.HH. Entonces, si en Chile no hay una legislación al respecto, claramente es una vulneración hacia los derechos de las chilenas”.

Agregó que “los abortos ocurren igual en Chile y esto no pasa porque nosotras queramos hacerlo por mero gusto, es porque muchas veces no están las condiciones económicas y sociales, como también soledad, son muchos factores”.

Desde la Fundación Chile Unido, su directora ejecutiva, Verónica Hoffmann, planteó que “desde la experiencia con nuestro trabajo, podemos constatar que cuando se acoge, se informa y se acompaña a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad, el 77 % continua con su embarazo”.

Hoffmann indicó, además, que “el aborto no resuelve la situación de vulnerabilidad que pueda estar viviendo una mujer embarazada, ella lo que está buscando es apoyo y acompañamiento, por lo tanto, nuestro planteamiento es que en Chile se debe avanzar en políticas públicas que fortalezcan los programas de acompañamiento a nivel nacional, para que toda mujer en nuestro país pueda contar con un apoyo real y concreto ante su vulnerabilidad”.

Paloma Zuñiga aseguró que” el debate que se genera, ve dos posturas enfrentadas entre sí, cuando en realidad ningún proyecto legislativo en relación al aborto, será obligatorio, las y los diputados deben velar por la seguridad de todas”.

Asimismo, Rubio dijo que “discutir desde la moralidad y la religiosidad, no es velar por las mujeres. Es discriminador y muchas veces violento que nos cataloguen de manera peyorativa por querer decidir sobre nuestros cuerpos, aquí no es relevante pensar quien se va al cielo y quien no, que es el argumento de los grupos provida”.

Una postura cimentada desde la perspectiva provida

Desde la vereda provida, el médico argentino, especialista en ginecología y obstetricia, doctor Jorge Maciel, quien ha expuesto en diferentes foros sobre la materia e incluso fue invitado a ser parte en el debate sobre la ley de interrupción del embarazo, precisó que se debe fortalecer la educación sexual y reproductiva, como también el acompañamiento a la mujer que no quiere ser madre.

“El ser humano lo es desde que es un cigoto, eso es así y lo dice la ciencia. Las feministas se quejan del aborto clandestino, pero son ellas mismas quienes facilitan los medicamentos para que estos ocurran, por ende, exigir que se despenalice es hipócrita desde su parte”, sentenció el facultativo argentino.

A su vez Maciel enfatizó en que “a las mujeres pobres se les debe acompañar y facilitar las condiciones médicas, como también ayudar en la futura crianza del menor. Al niño no se le tiene que matar, porque él no tiene culpa de las circunstancias de su origen”.

El ginecólogo argumentó que “se debe perseguir y enjuiciar a los médicos que realizan abortos ilegales tanto en clínicas privadas, como en la clandestinidad, porque la mujer que acude por un aborto lo hace por desesperación, porque se quedó sin pareja o porque tiene muchos hijos, entre tantas otras. Pero si se les ayuda económicamente, estoy seguro que esa mujer no va a abortar. Además, una sociedad que avala un asesinato de un ser indefenso ¿cómo se hace cargo de otros derechos? La solución está y no es la salida fácil de interrumpir el embarazo”.

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