Los perros han visto disminuidos sus paseos, mientras que los gatos su tranquilidad. Juegos, caminatas e, incluso, aromaterapia son recomendables para disminuir los efectos de la pandemia en los regalones de la casa. Estrés, ansiedad y mal humor son parte de los signos que presentan.
El confinamiento prolongado produce, en algunos casos, ansiedad, estrés y mal humor en los humanos, pero , también, en nuestras mascotas.
Y es que al estar en casa compartimos más tiempo con ellos, muchas veces con atención excesiva, porque alegran y ayudan a combatir el aburrimiento del encierro, situación que para los más tranquilos puede molestar.
Ahora, si hay niños en el hogar, que tienden a molestarlos, sumado a la disminución de paseos producto del virus, constituyen, según veterinarios, factores que pueden generar un cuadro de estrés.
“Cuando partió la cuarentena preventiva, mi gato estaba bien, pero a la semana se puso mañoso, no quería comer. Creo que estaba aburrido con tanta gente en casa, antes estaba en casa solo y tengo un hijo de un año y medio que lo molesta mucho”, dijo Claudia Soto, dueña de Simba, de tres años, que según su veterinario presentó estrés.
Miguel Quezada, médico veterinario del Centro Control Canino y Felino del municipio penquista, explicó que las mascotas son seres sociales que requieren de estímulos externos para satisfacer sus necesidades, por lo que el confinamiento prolongado les afecta.
La médico veterinaria Kareen Correa, de Clínica Inmunovet, aseguró que las mascotas sufren las mismas “afecciones de los humanos, se estresan, se ponen ansiosos, cosa que los perros muestran mordiendo todo y ladrando más”, dijo.
Los especialistas explicaron que hay signos que nos pueden indicar, que una mascota está pasando por situaciones de estrés.
Los signos en el caso de los perros son: la intranquilidad, vocalizaciones, destrucción de elementos del hogar, agresividad desmedida, alteración en hábitos cotidianos (como la alimentación y horas de sueño).
Los felinos podrían mostrar, según Quezada, excesiva letargia, falta de apetito, aumento en el marcaje y aislamiento prolongado.
Los estímulos pueden ayudarles. “En el caso de los gatitos debemos mantener la tridimensionalidad de su entorno, es decir, tener lugares altos donde se pueda posar y descansar. Evitando la sobre-estimulación, ruidos fuertes o manipulación innecesaria”, dijo Quezada.
En los perros se puede propiciar “la estimulación olfativa, a través de comederos que permitan la entrega del alimento en forma gradual, o bien, esconder los juguetes con algún alimento olfativamente atractivo”, agregó.
Correa recomendó “darles una vuelta corta para que se distraigan, no olvidar limpiarle sus patitas con agua y jabón cuando lleguen a la casa, darnos mucho tiempo para ellos, hacerles más cariño y jugar más con ellos”.
Para los gatos, el tema está en entretenerlos, jugar con ellos con una pelota o darles un juego.
Ahora, si los signos de estrés persisten, es posible ayudarlos con aromaterapia, que “se usa mucho en medicina felina para gatos muy estresables y agresivos. Hay collares y difusores con feromonas que los ayudan a relajarse. También, aceites que se usan en perros y funcionan muy bien”, comentó.
Si un cachorro, sea de gato o perro, fue adoptado en pandemia estará acostumbrado a estar con sus dueños todo el día, situación que será diametralmente distinta cuando termine el confinamiento.
Se recomienda ir dejándolos solos de a poco, salir a ratos, sin dejar a mano cosas que pueda romper o comer, “porque cuando se aburren siempre hacen alguna maldad”, dijo Correa.
Quezada también recomendó un desapego paulatino para evitar posibles cuadros de ansiedad por separación. “La recomendación es permitir que la mascota se mantenga sola por periodos cortos de tiempo, donde logre entender que el estar solo no significa un peligro”.
Ambos profesionales aseguraron que por ningún motivo se debe dejar a la mascota sola por largos períodos y menos de forma inesperada.