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Las razones que explican el nulo respeto al toque de queda

El sábado hubo 157 detenidos por incumplimiento de la norma sanitaria. Especialistas explican algunas causas de esta “desobediencia social”.

Por: Daniel Nuñez Durán 13 de Mayo 2020
Fotografía: Prensa Intendencia

A casi dos meses desde que se inició el confinamiento a nivel nacional y regional, con la implementación de distintas medidas preventivas como toques de queda, cuarentenas y cordones sanitarios, un tema que ha generado controversia es el poco respeto que la población ha tenido con las medidas sanitarias.

Esta situación se ve reflejada en la cantidad de detenidos que se han registrado todos los días después de las 22 horas, tiempo en el que se inicia el toque de queda obligatorio y que solo permite la circulación con algunas excepciones. La madrugada del sábado, personal de la Armada, informó de 157 personas detenidas por circular en las calles durante el toque de queda.

Las autoridades han sido enfáticas en solicitar a la población que respete las normas preventivas impuestas para tratar de estabilizar la curva de contagios. Pese a la insistencia, se continúa desobedeciendo los llamados.

Manuel Antonio Baeza, sociólogo y académico de la Universidad de Concepción, cree que este fenómeno se explica por el deterioro de la noción de autoridad. “Esto tiene que ver con un proceso de legitimación que hemos observado desde el estallido social. Estas deslegitimaciones hacen que el principio de autoridad esté dañado y que la gente no haga caso a las medidas impuestas por la autoridad política, aunque sean normativas preventivas pertinentes”, comentó.

Como una mirada más personal, el sociólogo considera que, en el contexto de pandemia, donde está en juego la vida de las personas, la desobediencia de la gente y el nulo sometimiento a la autoridad se explica como algo que tiene que ver con una mala lectura personal de lo que está ocurriendo y falta de comprensión de lo que está en juego.

“Quedarse en casa, sobre todo, los fines de semana es un sentido común que debiera prevalecer, pero que individualmente, pareciera estar ausente. Hay un tejido social dañado que hace que lo colectivo y social sea ininteligible y difícilmente aceptable por individuos que se creen autosuficientes para enfrentar situaciones que no los aquejan directamente a ellos. Es un tema que tiene dos aspectos: la crisis de la autoridad y el espejismo de individuos que tienen una mala lectura de lo que estamos viviendo”, señaló Baeza.

Mirada psicológica

Gisela Contreras, doctora en psicología del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción, explicó que los mensajes de “normalidad” entregados por las autoridades, que han sido poco claros, generan esta sensación del retorno a lo cotidiano. Otro factor es la sensación de invulnerabilidad sobre la pandemia (que se da en los más jóvenes, por lo general).

Otras causas son: ver todo a largo plazo con sensación de extrema seguridad y lo desafiante que es nuestra personalidad respecto a la autoridad, algo que forma parte de la cultura nacional.

“Hay que hacer una distinción respecto a por qué la gente no se cuida. Mucho tiene relación con el rango etario y por el individualismo, porque somos una sociedad de consumo e inmediatez y debo tener todo lo que quiero. Eso apela a lo que la sociedad nos ha acostumbrado. Esto se da, sobre todo, en los jóvenes”, comentó la psicóloga y miembro de la Unidad de Apoyo Psicosocial al Personal Universitario (UAPPU).

Adultos mayores: los que más respetan las normativas

Un aspecto para destacar en medio de este proceso es la obediencia que tienen los adultos mayores respecto a las normativas sanitarias impuestas por el gobierno.

“En cuanto a las conductas de protección, es clave destacar que los adultos mayores son quienes más se protegen. Evitan salir, no reciben visitas y no se exponen innecesariamente. Esto se explica porque son conscientes de que forman parte del grupo de riesgo”, explicó Gisela Contreras.

La psicóloga explica que las diferencias son muy sustanciales entre jóvenes, adultos jóvenes y adultos mayores. “El joven ve todo como lejano a su realidad. En cambio, el adulto y adulto mayor asume las consecuencias que puede tener el exponerse innecesariamente”, indicó la psicóloga.

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