Bastaron 60 milímetros de agua caída para que sedimentos, provenientes del Cerro Manquimávida, generaran una nueva emergencia en Chiguayante, inundando de barro sus calles.

El Gobierno decretó alerta amarilla lo que permitió contar con maquinarias para realizar el despeje de más de mil metros cúbicos de sedimento.

Hasta el lugar, llegó el subsecretario de Obras Públicas, Juan Cristóbal Leturia, que junto al intendente Sergio Giacaman y al alcalde, Antonio Rivas, recorrieron las calles y conversaron con afectados del sector Santa Elisa, donde la piscina decantadora existente en calle Prat fue una de las que generó mayores consecuencias.

Leturia afirmó que se debe buscar una solución concreta para los próximos 20 años, por lo que el MOP ya está trabajando en el diseño de un proyecto de contención de la quebrada que estará listo en 2021.

El alcalde pidió un real compromiso, tanto de Obras Públicas como de Sernageomín que deber hacer un estudio del lugar, para que busquen una solución adecuada antes que ocurra una nueva emergencia.