La doctora Carolina Hausmann-Stabile y la psicóloga Yanet Quijada explican las razones y el cómo se puede evitar que un menor tome la drástica decisión de terminar con su vida.
En comparación al resto del país, la Región del Bío Bío tiene el mismo porcentaje de suicidio adolescente, es decir, un 8% por cada 100 mil habitantes, si bien el porcentaje puede ser considerado bajo, no deja de ser preocupante la realidad mental de los miles de jóvenes que viven en las tres provincias.
Es por ello que, considerando el estrés, el bullying desatado por Redes Sociales y también de forma directa que sufren los jóvenes del Bío Bío día a día, y que en algunos casos los lleva a la muerte, Diario Concepción habló con dos expertas en la materia para entender qué lleva a un adolescente a tomar una drástica decisión.
Con más de 10 años investigando y aportando a la comprensión de la dinámica detrás de la alta prevalencia de intentos de suicidio en adolescentes, tanto de Estados Unidos como de América Latina, en general, la doctora Carolina Hausmann-Stabile, en compañía de la docente de psicología de la Universidad San Sebastián, Yanet Quijada, quien realizó un estudio sobre intento de suicidio en el grupo objetivo, explican las incidencias y cómo estas se pueden evitar.
– ¿Qué lleva a un adolescente a tomar la decisión de acabar con su vida?
– Y. Q.: Dentro de los síntomas, se encuentra la sintomatología depresiva y altos niveles de desesperanza, en no ver futuro, sobre todo, alrededor de los 15 años, a lo que se suma la impulsividad o la poca cohesión familiar y el consumo problemático de drogas y alcohol, que son fácil de adquirir por los jóvenes.
– ¿Un acto impulsivo y no pensado?
– C.H.: La conducta suicida, en general, y de acción suicida (pensar y planificar que me quiero morir), en la adolescencia no se ve planificación prácticamente, porque son actos muy impulsivos, no hay plazos para planear, sólo lo hacen por la misma desesperanza, la adolescencia es una edad muy complicada.
– ¿Hay un rango de edad donde se manifiesta una conducta suicida?
– C.H.: En cuanto a la letalidad, en los adolescentes esas conductas emergen alrededor de los 12 a 14 años y el pico más alto es en los 15 años, ya que es la peor edad en los adolescentes en términos de conflictos familiares.
– ¿Cuál es el rol que deben tomar los padres?
– C.H.: En esta época más que nunca, ya que la primavera es la época de mayores incidencias, porque todo revive menos el que está deprimido o agresivo. Es importante monitorear la conducta, porque problemas en la escuela conlleva a problemas en la casa, o viceversa, por ende, todos los adultos debemos estar alerta al bienestar de los jóvenes, sobre todo, cuando estos tienen cambios bruscos en su comportamiento, algo que también deben comunicarles a sus hijos para que puedan ayudar a sus amigos que están en riesgo.
– ¿Qué pasa con los niños que no presentan indicios?
– Y.Q.: El suicidio es muy diverso y la gente presenta diferentes perfiles. En el caso de Katy Winter, por ejemplo, si habían indicios, tanto en sus canciones como en su perfil de Facebook, por lo que es tarea de los padres acomodarse al nuevo lenguaje en Redes Sociales, debemos acceder a sus canales de comunicación, no podemos quedarnos al margen, lo que nos obliga a actualizarnos, ya que en nuestra generación la comunicación era cara a cara, hoy ya no lo es, se está reedificando, por ende, siempre hay indicios.
– Hoy ellos hacen charlas en colegios, ¿qué opinan de esta faceta?
– Y.Q.: Sobre lo que han hecho en cuanto a charlas en diferentes colegios, es algo muy bueno, pero haber editado su disco es peligroso para los otros niños, porque la transformaron en una estrella después de su muerte, algo que puede entregar un mensaje erróneo a los niños que están pasando por periodos complejos, es decir, con la muerte logró su objetivo, eso no es un buen mensaje para sus pares. – C.H.: Con esto no queremos estigmatizar, cada familia vive su duelo de forma diferente, en el caso de ellos, su deseo de colaborar en que esto no vuelva a pasar, es muy positivo.
– ¿Dónde está la clave para evitar la muerte en los adolescentes?
– C.H.: El antídoto es muy simple comunicarnos, estar atentos, sobre todo, considerando que hay nuevos canales de comunicación. Esto es un problema de la sociedad, tenemos una jornada laboral larguísima, donde los papás están cuando pueden estar, donde tampoco saben utilizar la tecnología, donde los adolescentes saben esconder en Internet sus pensamientos, son situaciones muy complejas.
– ¿Cómo se puede cambiar esta realidad?
– C.H.: Apoyando a los padres, si les ayudamos a comunicarse mejor, a generar confianza y apoyo frente a temas importantes, tales como: tengo miedo que te embaraces, ese novio no me gusta como te trata, etc. pero desde el diálogo, todo eso ayudará a mejorar los conflictos y si los padres o madres no pueden por diferentes circunstancias, podemos también ayudar a los pares y maestros, ya que todos podemos prevenir el suicidio, esto, porque muchos que intentan suicidarse piensan que no les importan a nadie.
A su vez, se deben bajar las horas de trabajo en Chile, cuántos padres podrán estar leyendo esta entrevista mientras están trabajando, teniendo que llegar tarde a cocinar para continuar la rutina, eso debe cambiar, porque los adolescentes están creciendo solos, con un estrés constante de mucha violencia a través de Redes Sociales y con familias muy demandadas.
– Se habla también de factores psicológicos y biológicos heredados que conllevan al suicidio.
– C.H.: Eso no está confirmado, está hipotetizado, es decir, en familias con historia de suicidio hay mayor riesgo de conductas suicidas, ¿es eso genético? No lo sabemos, pero sabemos que la bipolaridad, la depresión, el alcoholismo, esquizofrenia, entre otros, incrementa el riesgo de conductas suicidas, pero no sabemos si es a través del aprendizaje o si es un gen que se activa y nos hace más vulnerable.
– Hace unos meses un niño trans se suicidó en Copiapo, ¿cuál es la realidad de las minorías sexuales?
– C.H.: En cuanto a minorías sexuales, es un grupo muy vulnerable, esto por el rechazo que produce el bullying, principalmente en sus escuelas y en los mismos discursos sociales, porque el mensaje es: “tú no vales la pena, no queremos que vivas”, eso se internaliza y lleva a conductas suicidas, algo que también debe cambiar en la sociedad. Si intervenimos desde lo social, mejoramos las condiciones psicológicas de la gente, donde la política pública tiene un gran peso en mejorar las condiciones de vida de los grupos más vulnerables de la sociedad.