La Seremi de Salud confirmó la tarde de este lunes, un cuarto contagio por hantavirus en la Región del Bío Bío. Se trata de un hombre de 45 años, residente de Los Ángeles, quien presumiblemente adquirió el virus cuando realizaba actividades de desmalezamiento en un terreno en la localidad de Caliboro.
El Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus es una zoonosis viral trasmitida al ser humano por roedores silvestres (Oligorizomys longicaudatus), que se caracteriza por fiebre, mialgias, cefalea y en algunos casos trastornos gastrointestinales, seguido de aparición repentina de dificultad respiratoria e hipotensión.; y se transmite por la inhalación de aerosoles producidos a partir de la orina, fecas o saliva de roedores infectados.
“El paciente, que constituye el cuarto contagiado por Hantavirus en la Región, se encuentra actualmente en el Hospital Regional de Concepción, tras haber sido derivado desde el Complejo Asistencial de Los Ángeles”, confirmó el seremi Héctor Muñoz.
Los otros casos presentados en el año, dos se originaron en la provincia de Arauco y los otros dos en el Bío Bío, todos sin letalidad.
En tanto, a nivel país se contabilizan 50 casos, con una letalidad correspondiente al 20%, es decir 10 casos.
El año 2018 se registraron en la región 8 casos, sin letalidad, mientras que a nivel país la cifra llegó a los 33, con una letalidad del 21,1% correspondiente a 7 casos.
Del total de casos 2019, 100% corresponde a sexo masculino, con mediana de 41 años (van desde los 24 años a los 57 años). De acuerdo al factor de riesgo, un 25% tuvo exposición por excursión rural, un 25% tuvo exposición por trabajo rural y un 50% por residencia rural.
Respecto a la ocupación, al analizar los casos ocurridos entre 2015 y 2018 un 37,5% corresponde a trabajadores forestales, un 12.5% a operadores de máquina, 12.5% a temporeros, 12.5% a dueñas de casa, 12.5% estudiantes y 12.5% sin especificar.
En virtud del incremento de casos, el llamado de la Seremi de Salud es a realizar un adecuado manejo de basuras; guardar alimentos en envases herméticos y resistentes; no recolectar frutos silvestres que crecen a ras de suelo, en arbustos bajos o frutos caídos en el suelo; no caminar por senderos habilitados, no internarse en bosques densos o matorrales, recolectar leña en lugares ventilados, no usar como refugio establos, bodegas u otras construcciones que hayan permanecido cerradas por mucho tiempo, entre otras recomendaciones.