Deficiencias y falta de autorización sanitaria, pérdida de cadena de frío y alimentos alterados son parte de las fallas detectadas.
El año pasado, las 940 fiscalizaciones que la Seremi de Salud realizó en la Región, incluyendo a Ñuble, durante Semana Santa arrojaron un total de 40 sumarios sanitarios y 2.548 kilos de productos decomisados por fallas de distribución, cadena de frío o alteración de ellos.
Ahora, el panorama, según comentó el seremi de Salud, Héctor Muñoz, es mejor, pues no se han generado brotes de enfermedades de transmisión alimentaria y sólo se han efectuado 27 sumarios con 36,8 kilos decomisados, 17,3 de pescados y 19,5 a mariscos, principalmente, por procedencia desconocida en 40%, 34% de pérdida de cadena de frío y 16% características organolépticas alteradas.
La autoridad sanitaria se trasladó hasta el supermercado Jumbo, ubicado en el mall del Centro, donde Lino Alarcón, jefe de Seguridad Alimentaria de la Seremi de Salud, recalcó que es vital comprar productos en locales establecidos y evitar su compra y consumo ante cualquier duda sobre sus características organolépticas.
Mauricio Sotomayor, nutricionista y académico de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, recordó la importancia de consumir productos del mar, pues aportan aminoácidos esenciales para favorecer la síntesis de proteínas en nuestro cuerpo, y ácidos grasos como el Omega 3, que favorecen la salud cardiovascular, disminuyendo el riesgo de infartos.
Pescados y mariscos contribuyen, además, a reducir los efectos adversos de la obesidad, evitar la formación de trombos e, incluso, como neuroprotectores que favorecen el funcionamiento cognitivo y la muerte de neuronas, y porque en los recién nacidos y lactantes contribuye a la formación del cerebro y permite el desarrollo de la agudeza visual, entre otras.
Sotomayor recalcó que espera que las políticas públicas fomenten el consumo de pescados y mariscos por sus beneficios. Eso sí, destacó que debe ser una acción que se comprometa al respeto de los ecosistemas marinos, no sobreexplotarlos para así consumir productos de buena calidad nutricional.
Además, buscando reforzar la Ley de Alimentos y cuidar la salud de los niños, la Seremi revisó que los productos tuvieran el etiquetado correspondiente y entregó a la población información clara sobre el exceso de nutrientes críticos como el sodio, azúcar, grasas saturadas y calorías que indican los dulces, buscando contribuir a la disminución de la obesidad y enfermedades asociadas.
Hasta el momento se han realizado 37 fiscalizaciones, que dieron origen a dos sumarios en un supermercado por publicidad y en un colegio que vendía alimentos con sello, a pesar que la normativa lo prohibe.
La cadena de supermercados fiscalizada no obtuvo reparos de la autoridad sanitaria en los procesos relacionados a la conservación y almacenamiento de pescados, mariscos ni de dulces.