En entrevista con Diario Concepción, el jefe comunal detalló los esfuerzos del municipio para combatir el problema y reconoció que lo más difícil es convencer a la ciudadanía para que no compre sus productos.
Tres años lleva vigente el plan de erradicación del comercio ilegal en Concepción, impulsado por el municipio penquista, junto a la Gobernación, Carabineros, PDI y los servicios públicos ligados al tema.
Tiempo en que se ha trabajado en convencer a la ciudadanía en los perjuicios de preferir este tipo de productos; en atacar a quienes son sus proveedores; en generar medidas de seguridad para el centro penquista, y en ofrecerles oportunidades para que se transformen en comerciantes establecidos.
Pese a las dificultades y a las críticas, el alcalde Álvaro Ortiz aseguró que el plan continuará este 2019, y habrá énfasis en combatir a los proveedores del comercio ilegal. Sin embargo, reconoció que lo más difícil es convencer a la comunidad que no compre en el comercio ambulante.
“Si hay un comercio ilegal que aumenta, es porque también hay una demanda. Entonces cuando se dice: ¿por qué las calles están ocupadas de comerciantes ambulantes?, es porque hay gente que compra”, dijo Ortiz. Por eso explicó que se decidió aplicar la ordenanza y hoy se multa a quienes compran en el comercio ilegal, a quienes venden en las calles y a los que distribuyen.
“Lo que pasa es que la gente hace el comentario inmediato: yo le compro a un ambulante y es más barato. Y yo respondo que puede que sea 200, 300 pesos más barato, pero no sabe la calidad del producto que le están vendiendo. Tenemos que entender que la principal actividad de Concepción es el comercio establecido”.
Otro de los mitos que rondan esta actividad es que se pretende no dejar trabajar a la gente de la comuna, “pero el 60% de ellos son personas que no viven en Concepción. Entonces hay que abordarlo como un problema metropolitano, porque la gente que pasa por un complejo momento laboral viene a trabajar a nuestras calles y cuando acá hay reforzamiento policial, los ilegales se van a Talcahuano. Estarán mañana (hoy) en el cerro La Virgen, el 1 de noviembre en el cementerio, y cuando tenemos el festival REC se van al parque Bicentenario. Siempre van a estar ahí, entonces es un trabajo de mucha paciencia”.
El alcalde insistió en que los comerciantes de hoy no son los de antes, que venían del campo a vender sus verduras. Hoy es una empresa, casi una mafia, de clanes familiares que tienen tomadas las calles del centro de la ciudad. Yo soy uno de los directores de la Universidad de Concepción, y esto ha sido tema, porque hay carros vendiendo choripanes. Es un tema no menor, entonces hay que fiscalizar y restringir, pero es una tarea titánica”.
En el trabajo de la mesa de comercio ilegal se apuntó también a quienes proveen de mercadería a los vendedores, donde se reveló que hay comerciantes establecidos detrás de esta actividad. “Nosotros sabíamos esto, la Cámara de Comercio nos había advertido. Y sabemos que un cambio cultural no se va a generar en 5 años. En algún momento tenemos que entender que queremos vivir en una ciudad limpia y ordenada. Todos tenemos que colaborar para que estas personas que tiene raptadas nuestras calles se vayan de allí. La gente también tiene que ejercer la autoridad y decir no quiero comercio ilegal en las calles”.
Por eso, desde el municipio también se han concentrado en sacar proyectos para fomentar la recuperación de espacios públicos, como la nanoplazas, que hay en Caupolicán con Barros Arana, Castellón con O’Higgins y la que hoy se construye en Tucapel, entre Barros Arana y Freire. “Que eran puntos que se prestaban para el comercio ilegal”, precisó el jefe comunal.
También se han concentrado en mejorar la seguridad: al llegar Ortiz a la alcaldía, en 2012, había 35 cámaras en la ciudad y hoy cuentan con 71, todas operativas. Adquirieron un dron para vigilar las actividades de alta convocatoria; adquirieron 3 retenes móviles para Carabineros. Además, entregaron 12 bicicletas para las dos comisarías de Concepción, para ser usadas por los carabineros y hoy afinan los detalles para cambiar, en 12 meses, todas las luminarias de la comuna.
“Es una utopía pensar que los comerciantes ilegales se van a ir por su voluntad. La gran mayoría se acostumbró a estar en la calle sin pagar patente, agua, luz, sin generar empleo, vender donde ellos quieren y dejando todo cochino, total después de la municipalidad limpian. No se les puede pedir consciencia y por eso creo que es la ciudadanía la que tiene que empoderarse, porque las calles no le pertenecen a los ambulantes”.