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Salud reconoce graves falencias de infraestructura en unidad de Psiquiatría

Ambos organismos interpusieron acciones legales, tras constatar que había internos encerrados y engrillados, castigados por fumar marihuana.

Por: Carolina Abello 28 de Noviembre 2018
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

A principios de este mes, la Defensoría Penal Pública y el Instituto Nacional de Derechos Humanos presentaron recursos de amparo en favor de imputados y condenados, internos de la Unidad de Psiquiatría Forense, que depende del Hospital Regional.

Esto, tras constatar que fueron castigados engrillados y encerrados en sus piezas, lo que consideraron un trato inhumano, cruel y degradante, por lo que solicitaron que se investiguen estos hechos y no se repitan. Antes de fallar, la Corte solicitó informes a Gendarmería y al Hospital Guillermo Grant Benavente.

A través de estos documentos, se confirmó que los castigos fueron motivados porque los internos estaban fumando marihuana en el patio. Tras los exámenes de rigor, se confirmó que tres dieron positivo en el alucinógeno. La realización de estas pericias habría sido, según el documento, lo que alteró al resto de los pacientes.

En sus descargos, el recinto hospitalario afirma que los problemas que presenta la unidad se deben “a la incapacidad del sistema de filtrar a las personas con real diagnóstico de imputados con un perfil de personalidad antisocial que, lamentablemente, por la lentitud del sistema, pasan meses, incluso años, en nuestra unidad, exponiendo a pacientes psiquiátricos, que ya por su condición de salud son vulnerables a actos de abusos, tanto físicos como sexuales, maltratos, robos, amenazas e intimidación que se muestran temerosos, callando por temor a represalias”.

El documento continúa y dice: “en nuestra unidad conviven en un espacio reducido y que no cumple con las normas actuales de superficie por paciente psiquiátrico hospitalizado, personas que se encuentran en internación provisoria con las que cumplen sentencia de medida de seguridad, situación irregular de hacinamiento y convivencia que sólo se registra en esta unidad del país”.

En su informe, Gendarmería da cuenta de que, luego de que los pacientes consumieran marihuana, se los contuvo con grilletes largas desde una de las extremidades inferiores a las camas. Sin embargo, asegura que al ingresar la enfermera del turno nocturno, pidió a los gendarmes que hicieran lo mismo, pero con las cuatro extremidades de los pacientes en estado alucinógeno, a lo que estos se negaron.

Además, coincidieron con Gendarmería en cuanto a que el recinto no cuenta con la infraestructura suficiente para ejercer medidas de control y vigilancia permanente. “El edificio no cuenta con muro perimetral externo, los muros adyacentes al patio tienen altura deficiente para evitar ser traspasados, el edificio no cuenta con torres de vigilancia y el número de funcionarios dispuestos para la vigilancia es desventajosamente mejor al establecido en los protocolos internos de seguridad y custodia, disponiendo sólo de 10 gendarmes por turno para la guardia de 11 pacientes internos, en tanto que la proporción del personal de custodia debe ser de dos vigilantes por cada persona sujeta a ella”.

La decisión de lo que ocurrirá en recinto depende la Corte de Apelaciones, que esta semana debería revisar ambas acciones judiciales.

 

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