Nuevamente el Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado de Coronel fue el escenario de un motín generado por los jóvenes infractores de ley internados en el lugar.
La noche del jueves, cinco adolescentes de la llamada Casa 9 – sector que reúne a los imputados- se amotinaron y, al mismo tiempo, otros dos jóvenes de las casas 9 y 10 intentaron suicidarse, autoinflingiéndose heridas, situación que obligó al ingreso de personal de Gendarmería y al traslado de los heridos hasta el hospital de Coronel, donde se comprobó que las lesiones eran de carácter leve.
Para Iván Arriagada, presidente nacional de la Asociación de Trabajadores del Sename, se trató de un hecho grave -aún no se tiene información la causa que lo generó- pues generó una alta tensión a los funcionarios que tuvieron que enfrentar los primeros minutos antes de la llegada del personal de Gendarmería.
Si bien la causa de los hechos es materia de investigación, se cree que tuvo relación con la interceptación oportuna de personal de Gendarmería de una serie de elementos, que personas conocidas de los internos habrían intentado ingresar al centro a través del lanzamiento de estos desde el exterior del recinto, conocidos también como voladores. En uno de ellos se incautó droga y en otro una botella con alcohol.
Este hecho, que se une a otros como el ocurrido el 14 de octubre, donde cuatro jóvenes del mismo centro consumieron vidrio molido, refleja, según Arriagada, la precariedad en que trabajan los funcionarios del Sename y la necesidad urgente de que el Gobierno tome cartas en el asunto.