La escalada de violencia, los asaltos, el acoso callejero, entre otros aspectos que afectan directamente a las mujeres son las causas predominantes para que éstas se inscriban en talleres de defensa personal.
En él aprenden técnicas de autodefensa, orientadas a repeler o impedir una agresión y así salvaguardar su integridad física. Dicha acción está resguardada en la ley de legítima defensa, específicamente en el artículo 10 número 4 del Código Penal.
Pese a ello, éste se ajusta cuando se trata de “agresión ilegitima, la necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla o falta de provocación suficiente por parte del que se defiende”. La autoridad por su parte, reitera el llamado que ante un acto delictivo, por ejemplo, siempre se remienda a no enfrentar a los antisociales.
El primer acercamiento es a causa de la curiosidad, llegan acompañadas con una o un par de amigas y tímidamente se arman de valor para dar los primeros golpes.
María Teresa Castro, instructora de Boxeo en Hualqui, Chiguayante y Concepción, explicó que “las mujeres van perdiendo de a poco el miedo a golpear a alguien, tienden a pedir disculpas en medio del entrenamiento o creen que por las diferencias físicas, al ser más pequeñas y más delgadas, no podrán enfrentar una situación que ponga en peligro su integridad”.
Gentileza María Teresa Castro
Pero no sólo eso, las más jóvenes deben enfrentar los cuestionamientos dentro de las propias familias por querer aprender técnicas de artes marciales. “Aún se cree que es una disciplina para hombres”, puntualizó Castro.
La sensei y Cinturón Negro en Shinkyokushin, Fabiola Vásquez, afirmó que en su academia la presencia de mujeres ha sido una constante. En su mayoría, las que llegan al segundo piso del Gym Génesis buscan alcanzar la independencia y el acondicionamiento físico.
“Más allá de las técnicas, que por supuesto son importantes, las artes marciales les otorgan a quien la práctica, sea hombre o mujer, confianza en sí mismo. Entonces, adoptas una actitud diferente”, aclaró.
A su juicio, el delincuente siempre dirige sus acciones ante el más débil y para muchos, erradamente, la mujer representa eso, por tanto las artes marciales son útiles para romper con esos estereotipos.
Esa misma realidad es la que motivó al departamento de la Mujer y Equidad de Género de la Municipalidad de Chiguayante a realizar esporádicamente talleres destinados a mujeres víctimas de algún tipo de violencia de género.
Gentileza Pablo Vega.
En lo que va del año han realizado tres exitosas jornadas y en la última, realizada el 18 de agosto, asistieron más de 30 mujeres que evidenciaron la demanda de esas actividades.
“La idea nació gracias a un convenio con el Estadio Árabe y respondía, en primer instancia, a desmasculinizar este tipo de disciplinas y, segundo, otorgar herramientas básicas a las mujeres en el caso de enfrentar escenarios de violencia”, contó el encargo de la unidad, Pablo Vega.
En el encuentro pudieron compartir experiencias mujeres de diversas edades, quienes se mostraron satisfechas al finalizar la extenuante pero gratificante jornada.
Todos los miércoles, entre las 18.00 a 21.00 horas, el Shihan Bujinkan Dojo, Wladimir Parra, realiza talleres de defensa personal.
Ubicado en avenida Los Carrera 1055, específicamente en el Club Deportivo Ciaf, llegan cada semana entre 8 a 10 mujeres a aprender las técnicas. En los encuentros, afirmó “vemos netamente técnicas de defensa o sea ataque a direcciones directas como: el cuello, pelo y puntos vitales. La idea es que en cada jornada los golpes sean más rápidos y efectivos”.
Gentileza Bujinkan Shintoku Dojo Concepcion
Con 18 años practicando artes marciales asegura que los estereotipos y los prejuicios se han ido derribando solos. La creencias de que los karatecas eran personas violencias ha quedado en el pasado y cada vez son más los padres que traen a sus hijos para practicar la disciplina.
Fabiola Vásquez hace un taller en el Colegio La Providencia de Concepción. No es la única, varios establecimientos han incluido en su lista de actividades extracurriculares las artes marciales.
“Muchos neurólogos invitan a los padres a inscribir a sus hijos a academias de artes marciales. La razón es para que les ayude en temas de concentración, relajación y disciplina”, aseguró la sensei.
Gentileza Fabiola Vásquez
Su opinión es compartida por Wladimir, quien considera ideal que todo niño tenga acceso a este tipo de actividades, ya que “les otorga valores como el compañerismo, saber trabajar en equipo y mantener una vida sana y en equilibrio”.
Ambos reconocen que los padres se rehusaban a que las niñas formaran parte de las academias, ahora, en cambio, ven con agrado cómo son ellos quienes las incentivan, las acompañan a las competencias y manifiestan su orgullo.
Las artes marciales y la defensa personal llegaron para quedarse con el único propósito de contribuir a una sociedad más justa tanto para hombres como para las mujeres.