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Carlos Stuardo, subprefecto (r): “Arenas llegó a decir que yo era el autor del crimen de Matute”

Por: Carolina Abello 30 de Marzo 2018
Fotografía: Raphael Sierra V.

El detective siguió por dos meses la hipótesis que afirmaba que “Coke” había sufrido un ataque sexual, pero el comisario enviado de Santiago lo sacó del caso.

En 1999, el entonces comisario Carlos Stuardo integraba la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de Concepción, cuando fue asignado a la desaparición de Jorge Matute Johns de la discoteca La  Cucaracha.

“Al principio se sospechó de peleas porque ahí había peleas todos los días, pero lo descartamos porque no era Matute el involucrado en ellas. Luego se supo que ese día había una fiesta tecno en la disco y se sabe que había muchos homosexuales, entonces infiltré colegas en el ambiente homosexual y así supimos que esa noche asistió gente de Chillán y Los Ángeles al local”.

Al descartar rápidamente la tesis de la golpiza, Stuardo se quedó con la línea investigativa que siguió por cuatro años la ministra Carola Rivas.  Esto, porque dio con el relato de un testigo que pidió reserva de su identidad y que le reveló que a las discotecas alejadas de la ciudad asistían hombres homosexuales, mayores y con recursos económicos, que llevaban una doble vida, y que para obtener sexo emborrachaban o introducían drogas en los tragos de los jóvenes para luego llevárselos en sus vehículos y abusar sexualmente de ellos.

“Ésa fue mi línea investigativa desde un principio. Uno, como policía estudió para esto,  siempre mis sospechas, muy bien dirigidas, fueron a eso. En la discoteca se comentaba que esas personas eran de un estatus social alto, y que les gustaban los jóvenes, y yo creo que sólo seguí mi olfato policial.  Allí pasaba de todo, había  drogas y alcohol. Yo debo haber entrevistado a unas 60 personas, y que nadie se hubiera imaginado que eran de tendencia homosexual”.

Pero sus pesquisas finalizaron de forma abrupta con la llegada del comisario Héctor Arenas a Concepción,  jefe de la Brigada de Ubicación de Personas y uno de los investigadores estrella de la era de Nelson Mery, enviado a la zona con plenos poderes para aclarar la desaparición del universitario. Esto, porque en esos días en Bío Bío rondaba el rumor de que había policías involucrados en lo ocurrido a Jorge Matute.

Al sospechar que Matute había sido víctima de un ataque sexual, Stuardo le sugiere a Arenas que empadronen los moteles de la zona, lo que realizó.

Sin embargo, unos días después lo llamaron a la jefatura en la PDI. No era su jefe quien lo requería, sino Héctor Arenas.

“Resulta que yo había ido por esos días con mi pareja a un motel, y justo Arenas registró mi patente, entonces a él le dio con que yo era el policía involucrado en la muerte de Matute, cuando era tan absurdo: si yo hubiese estado involucrado en algo, tendría que haber sido muy poco inteligente de haberle dado a Arenas la idea de empadronar los moteles”, reflexiona hoy el subprefecto (r) Stuardo.

Retenido en el cuartel, mandó a llamar a su compañera de ese entonces para que declarara, “y ella quedó asombrada cuando a ella le preguntaron sobre si yo había atropellado a alguien, cosas así. Me tuvieron horas retenido, fui muy maltratado,  y ahí yo me decepcioné de todo, porque me sacaron del caso y se me hizo mucho daño,  pero ahora se sabe que si hubieran seguido mi hipótesis habrían descubierto la verdad”.

La vida sigue

Tras lo ocurrido, Stuardo fue asignado a investigar el crimen de Katherine Castro Oyarce, una mujer que apareció enterrada en Hualqui, tras haber estado 65 días desaparecida, y que fue asesinada por un conocido, caso que tenía conmocionado a la zona, al suponer que se estaba frente a una situación similar a la ocurrida con el universitario.

“Me designaron ese caso porque en la Bicrim me tenían mucha confianza. Yo de inmediato supe quién había sido el autor, costó un par de meses sacar ese caso, pero lo saqué”.

Hace 8 años, Stuardo dejó la PDI con el grado de subprefecto, y hoy  reflexiona sobre lo ocurrido  con Arenas.

“No sé aún el porqué me trató de culpar a mí, la verdad es que  él tiene un método muy especial de trabajar. Hay que recordar que  a los siete  jóvenes procesados los detuvieron para Año Nuevo, y fueron muy maltratados.  ¿Qué hubiese pasado si alguno de ellos se hubiese suicidado en la cárcel por la presión? La opinión pública habría dicho que era el autor. Arenas fue considerado mucho tiempo como el mejor policía, y yo no me explico por qué”.

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