La Vega Monumental fue el lugar escogido para dar inicio al proceso de fiscalización de productos del mar, en el contexto de Semana Santa. Actividad fue precedida por el seremi de Salud, Erick Jiménez Garay.
Las labores de inspección realizadas por la Unidad de Seguridad de la Seremi de Salud, permitió verificar el cumplimiento de las condiciones de higiene, origen y características organolépticas (físicas) de los productos, que se ajusten al manual de buenas prácticas de manufactura y las exigencias del Código Sanitario y del Reglamento Sanitario de los Alimentos, como la mantención de la cadena de frío, entre otras.
Entre las tareas de la fiscalización es controlar el transporte, acopio y expendio de mariscos y pescados y sensibilizar a la población respecto a la importancia de adoptar medidas de prevención, destinadas a controlar la aparición de enfermedades trasmitidas por los alimentos (ETA).
En relación a esto último, se han notificado 78 brotes de ETA, donde el 73,1% (471 personas) corresponde a la Provincia de Concepción. En cambio, en igual periodo en 2017 los casos llegaron a los 258.
“Este año hemos ejecutado a la fecha 117 fiscalizaciones a productos del mar en la Región, en el contexto del Programa de inspecciones de Semana Santa, que han dado origen a ocho sumarios sanitarios, donde los más frecuentes dicen relación con el quiebre en la cadena de frío o incumplimientos de buenas prácticas de manufacturas. El proceso de inspección se incrementará estos días, llegando a su peak durante Semana Santa, a objeto de garantizar la seguridad alimentaria de la población, evitando brotes de enfermedades transmitidas por alimentos”, declaró el seremi de Salud del Bío Bío, Erick Jiménez Garay.
En 2017, se realizaron 1.028 inspecciones que dieron origen a 58 sumarios y 819,05 kilos de productos marinos decomisados.
En la actividad, además, se recalcó la importancia de las medidas que deben tomar las familias para evitar el surgimiento de dichas enfermedades, entre ellas está: refrigerar bien los productos, no mezclarlos con otros alimentos, consumirlos siempre cocidos, mantener limpios mesones y cubiertos en los que se preparará el alimento, y lavar las manos con agua y jabón previo a la preparación.
Por su parte, aquellos que consumirán los productos fuera del hogar, deben asegurarse que los recintos estén debidamente establecidos y autorizados por la autoridad sanitaria.