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En Punta de Parra inauguran centro regional para tratamiento de adicciones

Iniciativa va dirigida a infractores de ley con riesgo de consumo leve, moderado y alto, estando sujetos a planes de intervención que pueden durar de 6 a 18 meses.

Por: Diario Concepción 03 de Enero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-7437.jpg

Iniciativa va dirigida a infractores de ley con riesgo de consumo leve, moderado y alto, estando sujetos a planes de intervención que pueden durar de 6 a 18 meses. 
 

Carolina Abello Ross
carolina.abello@diarioconcepcion.cl

 

Con 172 metros cuadrados, fueron habilitadas las nuevas dependencias del área de tratamiento de adicciones en el Centro de Educación y Trabajo Concepción, inauguradas hace unos días por el director regional de Gendarmería, coronel Christian Alveal; Bayron Martínez, director regional de Senda, junto al seremi de Justicia, Jorge Cáceres, y el fiscal regional (s) del Bío Bío, Pablo Fritz. 

Este nuevo espacio, habilitado con una inversión de $45 millones, estará al servicio de infractores de ley que presentan consumo problemático de estupefacientes, transformándose en la primera comunidad terapéutica con cobertura regional dentro de un recinto penal. 

El Centro de Tratamiento de Adicciones Allwe inició sus funciones el 30 de noviembre de 1999 al interior del Complejo Penitenciario Concepción, más conocido como El Manzano. 

Tras el cierre de esta unidad por las obras de reposición y reconstrucción integral que hoy se ejecutan, debió trasladar sus dependencias al Centro de Educación y Trabajo (CET) de Punta Parra, emplazado en un predio de 8.5 hectáreas, ubicado a 25 kilómetros de Concepción. 

Allwe que, en mapudungun significa "paso a paso", tiene capacidad para acoger a 20 usuarios, ofreciéndoles un plan de atención ambulatorio a mujeres y hombres, que presentan riesgo de consumo leve, moderado o alto, pudiendo extenderse de 6 a 18 meses. 

El coronel Christian Alveal valoró la gestión de la Unidad Técnica Regional de Gendarmería, en el diseño de una oferta integral de rehabilitación, que les permite a infractores de ley no sólo reducir el riesgo de reincidencia, sino desarrollar habilidades laborales y educativas.

"Hay una lógica de mayor respeto a su dignidad humana, una lógica de libertad que los acerca a su libertad plena con mejores herramientas para reinsertarse socio-laboralmente", añadió.

Agregó que con el apoyo de otros actores, Gendarmería puede contribuir aún más a la reinserción de los internos. "Este tipo de centro permite tratar a quienes tengan un uso problemático de alcohol y drogas para que puedan volver a sus vidas", dijo, y recordó que el centro se hizo colindante a El Manzano, "pero hoy está en un espacio abierto, cercano a la naturaleza". 

De primer nivel
 

La aprobación técnica del Centro de tratamientos de Adicciones Allwe responde a un convenio de colaboración entre Gendarmería y Senda, cuyo director en el Bío Bío, Bayron Martínez, elogió el alto estándar de las instalaciones y las condiciones de un entorno natural que favorece la reinserción. 

"Es súper importante colaborar con una temática que va directamente asociada a la comisión de delitos. No sólo se invierte en la recuperación de usuarios con consumo problemático, sino que en la reinserción de éstos a la sociedad". 

Agregó que las instalaciones de alto nivel ayuda a la recuperación de los internos, "lo que nos deja muy conformes y contentos. No solamente es una entrega de recursos, si no que hay un alto nivel de profesionales, y creo que a cualquier persona que tenga algún consumo problemático de drogas le gustaría recibir tratamiento en un centro de este nivel". 

En tanto, Jorge Cáceres puso el acento en los esfuerzos que realiza el Estado por bajar los índices de reincidencia del delito para construir una mejor sociedad. 

"Este centro de tratamiento contra las drogas y el alcohol es extraordinariamente importante para quienes cumplen condena y están intentando reinsertarse en la sociedad, con lo que se logra bajar la reincidencia en los delitos".

Bernarda Farías, una de las usuarias del CTA, contó que pasar por el lugar la ayudó en su reinserción social, "y en saber que yo era más que eso. Estuve más de 3 meses y fue súper bueno, tuvimos sicóloga, asistente social y un monitor que nos guiaba", dijo la mujer, quien cumple condena en el CET y aún le quedan cuatro años para recuperar su libertad. Por mientras, avanza en sus estudios y trabaja en el CET en el rubro Pastelería.

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