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Mineduc cuestiona conveniencia de enseñar a leer en el jardín infantil

Aseguran que en establecimientos que se ha instalado esta práctica que puede tener negativas consecuencias en la vinculación que tendrá el niño con la lectura y con sus pares.

Por: Diario Concepción 06 de Septiembre 2016
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Aseguran que en establecimientos que se ha instalado esta práctica que puede tener negativas consecuencias en la vinculación que tendrá el niño con la lectura y con sus pares. 
 

Tania Merino Macchiavello
Contacto@diarioconcepcion.cl

Debieran estar jugando, pero en su lugar, niños de cinco años que asisten a jardines infantiles están dedicados a aprender a leer y a adelantar contenidos para lo que será su etapa escolar. 

Una realidad que el Ministerio de Educación calificó como preocupante y que se ha ido haciendo cada vez más frecuente. Como aseguró la subsecretaria de Educación Parvularia, María Isabel Díaz, "promover el interés por la lectura es uno de los objetivos de la Educación Parvularia, que los niños y niñas aprendan a leer, no".

Es que lejos de acercarlos al aprendizaje, lo que ocurre al imponer la presión de adquirir conocimientos que el currículum escolar ha considerado son adecuados para otras etapas de su vida, puede significar una posición de rechazo o cansancio a la vocación lectora o al ánimo de estudiar en cursos venideros. 

Contraindicaciones

Esto por que no solamente se imponen contenidos poco adecuados a la edad sino que la presión de aprenderlos, al destacar la excelencia o premiar a quien lo hace primero, dejando rezagados a niños que están enfocados en los quehaceres que realmente debieran mantenerlos ocupados en esa etapa. 

También puede implicar contraindicaciones para la formación del niño. A esa edad, argumentan los especialistas, el eje de aprendizaje para el niño debe ser el juego. Desde la Fundación familia, detallan que la relevancia de esta actividad radica en que permite aportar al desarrollo integral del alumno. 

Por ejemplo, en cuanto a capacidades físicas. "Para jugar los niños se mueven, ejercitándose casi sin darse cuenta, con lo cual desarrollan su coordinación psicomotriz y la motricidad gruesa y fina; además de ser saludable para todo su cuerpo, músculos, huesos, pulmones, corazón, etc., por el ejercicio que realizan, además de permitirles dormir bien durante la noche", detallan.

Otro aspecto clave es que se potencia el desarrollo sensorial y mental mediante la discriminación de formas, tamaños, colores, texturas, etc.; las relaciones afectivas, la creatividad, se introducen hábitos y conocimiento respecto de las propias capacidades y de su cuerpo. 

"La etapa escolar significa otro escalón en el progreso de sus juegos, ahora juegan en el colegio y al llegar a casa siguen jugando y poniendo en práctica lo que han vivido y aprendido en el colegio, imitando la realidad, representando por medio del juego simbólico todo lo que han vivido o quieren vivir, permitiéndoles exteriorizar sus emociones: alegrías, sentimientos, momentos difíciles, frustraciones, etc.".

Claudia Saavedra Norambuena, Trabajadora Social. Magíster en Políticas Públicas, Infancia y Familia y miembro de Educación 2020, explica que "en el jardín infantil niños y niñas no sólo aprenden a vivir con otros, sino que especialmente a compartir con ellos, cuestión que por cierto no es nada fácil a los 2 a 4 años, cuando están comenzando a reafirmar su identidad y una posición en el mundo".

Desarrollo de vocabulario

En su publicación sobre "Por qué es bueno que niños y niñas asistan al jardín infantil", Saavedra detalla que "la experimentación y el juego que se produce en el espacio del jardín infantil, les permite profundizar en las aproximaciones a un lenguaje oral más complejo, ampliando su vocabulario y acercándose a nociones matemáticas y físicas que después serán indispensables para procesos más complejos y claves para las habilidades requeridas en la escuela. El impacto de la asistencia a un jardín infantil puede observarse desde la enseñanza básica hasta la educación superior".

El desarrollo del vocabulario de un niño que asiste a un jardín versus el que no lo hace es realmente significativo, haciendo una gran diferencia no sólo en su capacidad de expresarse oralmente, sino también en su capacidad de comprensión, que se amplía considerablemente al conocer y utilizar más palabras. 

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