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Personas en situación de calle una deuda del Estado que persiste

En Bío Bío hay más de mil personas en esa condición, pero falta un enfoque más allá de los planes invierno para ayudarlas a superar esa realidad.

Por: Diario Concepción 30 de Agosto 2016
Fotografía: imagenPrincipal-3381.jpg

En Bío Bío hay más de mil personas en esa condición, pero falta un enfoque más allá de los planes invierno para ayudarlas a superar esa realidad.
 

Carolina Abello Ross
carolina.abello@diarioconcepcion.cl

Según el catastro de personas en situación de calle, realizado por el Ministerio de Desarrollo Social en 2011, en Chile había 12 mil personas en situación de calle y 870 en la Región del Bío Bío. Cifras que, según estimaciones, ya habrían aumentado a 15 mil y mil, respectivamente. 

Para conocer más de esta problemática, las carreras de Trabajo Social y Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello (Unab), en conjunto con el Hogar de Cristo, organizaron el seminario "A 10 años de la incorporación de las personas en situación de calle al sistema de protección social chileno, ¿cuáles son los temas pendientes y los nuevos desafíos?", instancia que reunirá a expertos nacionales e internacionales.

Y es que una de los tareas es evitar que estas personas, que están solas, desprotegidas y sin un techo donde pasar la noche, mueran de hipotermia cada invierno. Sin embargo, también la idea es tener objetivos más a largo plazo con ellos. 

Claudia Covarrubias, asesora nacional de Desarrollo, Área Adulto Mayor y Área Personas en Situación de Calle, del Hogar de Cristo, precisó que el Estado recién implementó políticas para tratar el problema hace 13 años, "pese a que el Padre Hurtado empezó en 1044, pero la política pública abrió sus ojos a este tema el 2003, y eso para nosotros es preocupante. Creemos que es relevante que el Estado lo esté mirando, pero falta mucho por avanzar, no podemos quedarnos con dispositivos de calle que trabajen en el invierno. Si queremos que no se mueran, está bien, pero si queremos que salgan de la calle requerimos más que eso todo el año". 

A juicio de la experta, falta trabajo en el ámbito del empleo, de la salud mental, de la rehabilitación en el consumo problemático de drogas, "y acá el responsable no es sólo Desarrollo Social, acá hay ministerios que no han aparecido, como Salud, que se requiere una voz de ellos para las personas que tienen problemas graves en esa área". 

Covarrubias informó que están desarrollando un proyecto que revisa la experiencia internacional en este tema "y además se está consultando a las personas en situación de calle qué necesitan para salir. Estamos analizando los resultados, pero ya concluimos que nuestros programas de Hogar de Cristo no necesariamente están respondiendo a sus necesidades, por eso estamos analizando nuestra oferta". Precisó que falta un acompañamiento permanente para ellos, no sólo en los inviernos, terapia en salud mental y por eso falta un equipo profesional que trabaje con ellos, y eso, lamentablemente, no lo tenemos en todos nuestros programas". 

Por qué están allí

Claudia Covarrubias explicó que muchas veces la gente llega a las calles porque "para ellos la calle es una alternativa menos dañina que estar donde estaban antes, que probablemente sea una casa, como personas que han sufrido violencia o maltrato, y la casa no les da una sensación de seguridad, y la calle sí. Muchos de ellos se han ido a la calle obligados porque es una situación menos dolorosa que la que tenían antes", dijo y agregó que sólo a través de un proceso pueden darse cuenta de que ése no es el mejor lugar para estar, en el que debe haber reinserción laboral, inclusión en vivienda y otras cosas, para que puedan salir de esa condición. 

Además, en el catastro se encontraron con un alto consumo de alcohol, drogas y de enfermedades mentales, lo que no es tratado con una política pública, "y yo diría que la gran deuda del Estado son los ministerios del Trabajo, de Educación y de Salud, que no están presentes en esta realidad". 

Por qué se quieren quedar

Guillermo Villagrán, director de la carrera de Trabajo Social de la Unab, explicó que como universidades tienen el rol de develar fenómenos que otras personas no ven, "y también creemos que el Estado no ha asumido esto porque no comprende la realidad de una persona en situación de calle como algo abordable. Pero el Hogar de Cristo y otras instituciones nos ha ido dando las claves para generar estas políticas". 

Aclaró que no siempre el objetivo de estos programas debe ser que las persona salgan de la calle, "porque cuando pensamos que deben salir, estamos decidiendo por ellas, y muchas veces ellos quieren estar allí. Primero hay que hacer un trabajo largo para que ellos salgan, y cuando no, hay que preparar a la ciudadanía para que acepte que hay gente que quiere estar en la calle, y que es su vecino, que es ciudadano y tiene derechos. Un alcalde que en ellos ve sólo un problema es un alcalde que no entiende que tiene un vecino que es distinto, y que se debe a ese vecino, que le va a ocupar la plaza para dormir, y lo va a tener que entender". 

Un dato que surgió en el seminario y que destacó Villagrán fue que las personas en situación de calle no son violentas, y que son ellos los que se exponen a ser agredidos en las calles, y antes fueron violentados en sus casas, "y se fueron porque la calle les brinda un espacio de protección. Es extraño, pero así es", dijo el académico. 

La labor del Gobierno

El seremi de Desarrollo Social, Juan Eduardo Quilodrán, detalló los programas de apoyo a la integración de las personas en situación de calle y destacó que "durante el segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, se asumió el desafío de fortalecer la política nacional enfocada hacia los hombres y mujeres que se encuentran en esta condición, basándose en el enfoque de derechos, con el objetivo de revivir los vínculos con la sociedad civil y el intersector público, para lograr -de esta manera, un compromiso de alcance nacional pensando en quienes son los beneficiarios de estos programas".

Junto con ello, Quilodrán valoró la implementación del Registro Social para Personas en Situación de Calle, destacando que "en las próximas semanas comenzaremos la implementación de este instrumento en 11 comunas de la Región del Bío Bío, que concentran el 90% de las personas en situación de calle. Esto nos va a permitir caracterizar a esta población. Pero la principal ventaja de avanzar en la lógica del registro es que la recolección de información será permanente y acumulativa, posibilitando un seguimiento a las personas que viven en esta situación y facilitando el acercamiento de la oferta pública, de servicios y programas que buscan prevenir, proteger y promover en ellas, mejores condiciones de vida. En cuanto al proceso, al cerrarse la primera etapa de encuestaje, el Ministerio estará en condiciones de entregar cifras globales y específicas de al menos el 90% de esta población. Mientras que en 2017 se extenderá el registro al resto de las comunas del país, actualizándose la información de las personas ya registradas en el año 2016".

En relación a la realidad de las personas que viven en esta condición, "el trabajo que se ha realizado durante los últimos años nos ha permitido conocer más esta realidad y saber, entre otras cosas, que el 70% de ellos tiene entre 25 y 59 años. Sin embargo, también existen otros datos interesantes como que el 77% trabaja o tiene una actividad que le reporta algún ingreso económico. Lo que además permite derribar una serie de prejuicios que existen al respecto", precisó la autoridad.
 

La experiencia de la solidaridad en Argentina 

En el seminario se conoció la realidad de Argentina, a través de la Red Rosario Solidaria. 

Jorgelina de la Torre, coordinadora de la ONG, dio a conocer la campaña "Frío Cero", la que expuso junto al voluntario Bruno Barberi. Realizan cenas solidarias, campañas para tejer mantas, entrega de desayunos, y las última es el perchero solidaria, donde los instalan en la ciudad donde la gente va a dejar ropa "pero de buenas condiciones y que pueda cobijar a otros en el invierno". Ambos coincidieron en que así se van generando vínculos entre ellos y los voluntarios, que los ayuda a mejorar su situación. 

En cuanto al rol del Estado, explicó que en Argentina todo está cambiando con el nuevo gobierno, "pero esto empieza por cada uno, porque si yo veo una persona que está pasando frío en la calle, no puedo decir: ¿Y dónde está el Estado? Debo decir: ¿y dónde estoy yo? Puedo preguntarle a esa persona dónde está y qué necesita. Buscarle una manta o algo caliente, no podemos ser indiferentes".

Por eso, Barberi agregó que el Estado debe trabajar junto a las ONG, y además sumando a las empresas, ya que destacó que toda la ayuda que ellos aportan es gracias a empresas que hacen donaciones anónimas, "y creemos que con eso no vamos a cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar la manera cómo ellos empiezan el día", agregó de la Torre. 

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