Ciencia y Sociedad

Representante del ESO en Chile: “La búsqueda de respuestas fundamentales para la humanidad se está haciendo desde Chile”.

El astrónomo Luis Chavarría, quien visitó la UdeC, ahondó en las ventajas y desafíos nacionales que implica que el país tenga instalados los más avanzados telescopios y cada vez más consolide su posición de capital mundial de la astronomía.

Por: Natalia Quiero 04 de Febrero 2024
Fotografía: Astronomía UdeC

Con 39 metros, el Telescopio Extremadamente Grande (ELT, por las siglas en inglés de Extremely Large Telescope) es el mayor instrumento observacional terrestre jamás diseñado y así de magnas sus funcionalidades que operarán desde Chile en años próximos.

Es la propuesta del Observatorio Europeo Austral (ESO) para la nueva generación de telescopios ópticos que requiere la astronomía del presente para el futuro y se construye en el Cerro Armazones en la Región de Antofagasta, en las alturas del Desierto de Atacama, conocido como el más árido del mundo y configura las características ambientales que le hacen el mejor lugar para hacer observación astronómica en el planeta.

Por algo es que “capital mundial de la astronomía” se ha vuelto un lema para el país y una posición de liderazgo cada vez más consolidada con la implementación de las más avanzadas infraestructuras observacionales que se van sumando a las que existen hace décadas, muchas también de la mano del ESO que llegó hace 61 años.

Un contexto de creciente proyección internacional de tan diversas como enormes implicancias a nivel local, que se deben valorar y aprovechar, que abordó el representante del ESO en Chile, el doctor Luis Chavarría, en su reciente visita a la capital penquista como invitado por el Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción (UdeC) para que diera la charla de cierre de la cartelera veraniega de actividades de divulgación que se desplegó durante enero.

El ojo más grande del mundo comienza a tomar forma” se tituló la exposición en la que el astrónomo chileno trató detalles de la construcción del ELT, el hito de la llegada de los primeros segmentos de su espejo, la ciencia que se realizará con este instrumento, y el mundo de oportunidades que su implementación y operación significan para el desarrollo del país y sus profesionales de diversas áreas.

Las mayores preguntas

El ELT va a ser el telescopio más grande del mundo y apunta a responder las preguntas más grandes que tenemos en astronomía hoy”, resaltó Chavarría. Éstas son si hay vida más allá de la Tierra, si es posible que haya vida en planetas que orbitan estrellas distintas al Sol, si el ser humano está solo en el Universo, si hay otro lugar del Universo que se pueda habitar en unos siglos más.

Interrogantes tan personales como colectivas de la humanidad desde sus orígenes, que en el interés de entender el mundo ha desarrollado la ciencia y se ha desafiado a ir cada vez más lejos en sus objetivos. El ELT con su tremenda envergadura es un claro ejemplo de la magnitud de los esfuerzos que impulsan para esa sed de conocimiento, sobre lo que enfatizó que “la búsqueda de respuestas fundamentales para la humanidad se está haciendo desde Chile”.

Los retos

Y la complejidad técnica y retos para dar vida al ELT están a la altura de su envergadura, por lo que aseveró que hay mucho que se ha tenido que inventar.

Primero explicó que el tamaño de los telescopios se designa por el diámetro de su espejo más grande. Los 39 metros del ELT son por su mayor espejo y es tan grande que es imposible que sea sólo una pieza y se construirá a través de la perfecta unión de 798 segmentos hexagonales. “El nivel de precisión para que estos segmentos estén completamente alineados unos con otros es de nanómetros”, aseguró. Algo pionero.

También destacó que “el domo donde estará el telescopio pesa 6 mil toneladas, tiene que rotar y hacer todos sus movimientos con una precisión menor a 0,1 milímetros. Eso nunca se ha hecho y lo debemos hacer ahora”. Por otro lado, el edificio que le albergue requiere de un sistema antisísmico tan potente que debió ser desarrollado para el proyecto.

En este sentido, el representante del ESO aseveró que “esperamos que el ELT esté terminado en 2028 y que en 2030 podría haber resultados interesantes”, en relación con los datos que provea su operación para responder esas inquietudes esenciales.

 

“Con los grandes observatorios se abre una oportunidad tremenda para Chile”

Las preguntas que abordará el ELT son parte de la existencia de la humanidad que llegan a un punto culmine con su investigación”, manifestó el astrónomo Luis Chavarría.

Y es que dar vida a este instrumento responde al avance del desarrollo científico-astronómico y del quehacer del ESO en Chile de cara al mundo, a través de la construcción de observatorios en el norte desde hace más de seis décadas.

Cada uno, enfatizó, ha sido clave para generar ciencia que responda las principales respuestas de la astronomía y humanidad en cada presente. Así, cada uno materializa un necesario crecimiento: “Necesitamos telescopios cada vez más grandes porque mientras más grande tiene mayor resolución y mayor fineza podemos detectar en las imágenes”, aclaró.

Hitos del avance

Para ahondar en la evolución del ESO en Chile, Luis Chavarría contó que “el primer observatorio está en La Silla en Coquimbo. Hoy tiene 3 telescopios de 3,6 a 4 metros funcionando más una decena de telescopios invitados que pertenecen a algunos de los países que nos financian, que son 16”.

En los noventa, en Antofagasta, se construyó el Paranal y lo destacó como “el observatorio óptico, observa la luz que podemos ver con nuestros ojos, más moderno del mundo“. Consta de 4 telescopios de 8 metros y se pueden combinar para funcionar como uno de casi 100 metros, resaltó. Es el Telescopio Muy Grande (VLT, por la sigla en inglés de Very Large Telescope).

“Luego nos movimos al Llano de Chajnantor donde instalamos Alma junto a dos partners. Este observatorio son 66 antenas o radiotelescopios, observa la luz en longitudes de onda de radio y puede combinarse para funcionar como uno de 16 kilómetros”, detalló.

El ELT se construye a 24 kilómetros del Paranal, cuya operación fue crucial para confirmar que existen otros planetas o sistemas planetarios. “Hoy se conocen más de 5 mil exoplanetas y queremos responder si otros planetas pueden ser habitables. Para ello se requiere un telescopio más grande que pueda observar con mayor detalle sus atmósferas y es lo que pretendemos hacer con el ELT”, sostuvo.

Desde y para Chile

Ante la evolución científica, tecnológica y astronómica para profundizar el conocimiento, Chavarría planteó que el crucial rol de Chile para responder inquietudes que están en la esencia humana debe llevar a responder cómo el país puede sacar el máximo provecho al gran campo de desarrollo científico, tecnológico, económico, social y cultural que puede y debe significar el ser capital mundial de la astronomía.

“Somos campeones mundiales en la astronomía y eso puede ser muy motivante, sobre todo para las nuevas generaciones, niños, niñas y jóvenes. Con los grandes observatorios se abre una oportunidad tremenda para Chile”, afirmó.

En este sentido enfatizó que no se trata tan solo de que el territorio chileno sea destino para mirar un cielo con una operación que se aborda desde otras latitudes.

Por un lado, el 10% del tiempo de observación de los instrumentos instalados en Chile se destina a profesionales que trabajan en instituciones chilenas, por lo que las carreras ligadas a la astronomía tienen gran campo laboral. Pero, relevó que personal técnico y profesional de muchas otras áreas, desde ingenierías hasta las ciencias sociales y humanidades, son necesarios para trabajar en el diseño, construcción y operación de los observatorios que también precisan cumplir un rol como agente socioeducativo hacia la comunidad general. Además hay valor turístico.

Un potencial de impacto transversal que también se materializa dentro de los procesos de construcción e implementación que requieren innovar o inventar métodos y tecnologías, lo que se transforma en conocimiento que actores implicados generan y se llevan para transferir e integrar en otros trabajos o proyectos. Por ejemplo, la construcción de un edificio con vanguardistas sistemas antisísmicos que se inventaron para la estructura que albergue al ELT.

Todas son materias que se deben evaluar, prever y considerar para ubicarlas en la agenda pública y la toma de decisiones a distintos niveles en pos del progreso regional y nacional.

Y Chavarría aseveró que “divulgar sobre astronomía y la construcción del ELT es una forma de impulsar el siguiente paso de Chile y cómo puede sacar el mayor provecho posible de tener a los telescopios más grandes del mundo en su territorio”. Y por eso concluyó que “lo peor que podemos hacer en astronomía es quedarnos arriba del cerro: hay que bajar a contar las cosas maravillosas que estamos haciendo para incentivar a las nuevas generaciones”.

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