Ciencia y Sociedad

Diabetes: el daño que avanza en silencio y que urge prevenir

Sus impactos son graves, pero sus síntomas suelen ser tardíos. Y las complicaciones se pueden evitar con pesquisa, pero idealmente con hábitos que protejan de su desarrollo, el que va en una preocupante alza de casos.

Por: Natalia Quiero 17 de Noviembre 2023
Fotografía: Carolina Echagüe

Una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardiacos y cerebrovasculares, y amputación de miembros inferiores es la diabetes. Por ello durante este mes, en el marco de su día mundial el 14 de noviembre, se potencian los esfuerzos para concienciar su impacto en miras a robustecer su diagnóstico oportuno, control y prevención.

La diabetes es un grave problema de salud pública global por su gran prevalencia y la más fuerte alarma la enciende que su situación empeora a través de los años por la tendencia al alza en la incidencia. Y un tan claro como cercano y preocupante ejemplo es Chile: la Encuesta Nacional de Salud de 2010 reveló que cerca del 10% de la población adulta era diabética y la cifra subió al 12,4% para el último informe que se produjo en 2016-17.

Así que impulsar acciones para combatir a la patología con sus repercusiones es una necesidad vital y urgente, y la mejor arma que se tiene es la educación.

La alerta

La doctora María Alejandra Ortega, médica internista de Clínica Biobío, explica que “la diabetes es una enfermedad crónica en la que el azúcar en la sangre se eleva sobre los valores normales como consecuencia de un déficit relativo o absoluto en la producción de insulina”.

Las fallas en este proceso y el exceso crónico de azúcar en el torrente sanguíneo es lo que va generando distintos daños orgánicos de distintos tipo que terminan por gatillar problemas graves o enfermedades, entre las que menciona la retinopatía, nefropatía y neuropatía.

Y existen varios tipos, pero las más conocidas son la diabetes mellitus 1 y 2. “La diabetes tipo 1 es autoinmune y no existe prevención, pero la tipo 2 es la más común y se puede prevenir con estilos de vida saludable”, asegura.

En ese fenómeno la gran alerta. La diabetes 2 es integrante protagónica de las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) y los modos de vida que prevalecen en la sociedad contemporánea desde etapas tempranas del ciclo vital están volviéndose factores de riesgo en vez de protectores que contribuyan a prevenir o reducir chances de desarrollar la afección. Una que, muestran las evidencias, aparece cada vez a edades más jóvenes y así las comorbilidades que impactan gravemente al bienestar y ponen en peligro la vida.

Autocuidado y control

Es que una alimentación malsana, sedentarismo y sobrepeso u obesidad, expone la doctora Ortega, son los primordiales factores de riesgo de diabetes y otras ENT como dislipidemias e hipertensión. Condiciones que están interrelacionadas en su desarrollo y son grandes factores de riesgo cardiovascular, mientras las patologías que afectan al corazón y vasos sanguíneos son la primera causa de muerte en Chile y el mundo.

Ante este escenario advierte que “en el autocuidado estamos fallando”. Lo que está enfermando y matando son primordialmente las conductas que con decisiones desde la conciencia y voluntad se pueden cambiar y así las tendencias epidemiológicas que se ven poco auspiciosas. Por ende, a sensibilizar y promover la responsabilidad personal en el cuidado de la salud deben apuntar los esfuerzos de las acciones públicas y personales.

Lo clave es saber que mantener una dieta saludable y actividad física regular, que redunda en un peso normo-saludable, son protectores de la salud. Tanta es la relevancia que la médica les define como “pilares del tratamiento de la diabetes tipo 2”. Es decir, los hábitos de vida sana son básicos para controlar la diabetes con su daño, si bien también aclara que se usan fármacos acorde a necesidades de cada persona.

En este contexto, asegura que “entre más precoz se haga el diagnóstico de diabetes, hay menos riesgo de desarrollar enfermedades asociadas o comorbilidades”.

Ahí lo vital de acudir a consultas médicas periódicas para pesquisar e iniciar temprano el abordaje de una silenciosa diabetes, porque en etapas iniciales no suele manifestarse de forma notoria y normalmente sucede cuando ha avanzado y también su daño. Eso sí, precisa que “síntomas que sugieren diabetes son baja de peso, polidipsia (incremento anormal de la sed), poliuria (aumento de la necesidad de orinar), y polifagia (persona tiene apetito independiente que coma)”.

Desde allí, la doctora Ortega enfatiza que deben chequearse con mayor ahínco, al menos una vez al año, quienes presentan factores de riesgo como exceso de peso, vida inactiva o dieta poco saludable. Afirma que también deben evaluarse constantemente personas con antecedente familiar de la patología y mujeres cuyos hijos pesaron más de cuatro kilos al nacer o que tuvieron diabetes gestacional.

Azúcar y lo crucial de ver más allá de la sustancia granulada

Si la alimentación tiene rol preponderante en el riesgo o protección del desarrollo de diabetes tipo 2 y en su control, y esta enfermedad se caracteriza por niveles elevados del azúcar en la sangre, es crucial ahondar en el tema para promover el bienestar de las personas.

Y es ideal aprovechar a la Semana de Concientización Sobre el Azúcar, que se desarrolla del 14 al 20 de noviembre, para incentivar la reflexión sobre su consumo y la relación con el estado de salud.

Consumo adecuado

La palabra azúcar lleva inmediato a pensar en la blanca sustancia granulada, que suele asociarse con dulces delicias y riesgos. Y eso se debe abordar con matices.

La nutricionista Claudia Troncoso, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), explica que el azúcar se llama químicamente sacarosa y es un carbohidrato de absorción rápida o simple, y los carbohidratos son nutrientes esenciales para aportar energía al organismo y contribuir a funciones cognitivas como la concentración.

“Como alimento, su consumo adecuado asegura el aporte de glucosa al cerebro y músculos”, dice.

“El azúcar granulada es la forma más común de su consumo, pero otros alimentos como las frutas también aportan sacarosa. La diferencia es que la sacarosa de las frutas está acompañada de fibra, vitaminas y minerales, dando una connotación más saludable”, aclara la especialista en salud pública.

Es que las frutas y otros alimentos como papas o arroz también contienen carbohidratos, pero de absorción lenta o complejos y de mejor calidad. Así también hay otros productos que entregan hidratos de carbono simples.

Por ende “no necesariamente debemos consumir azúcar de mesa para tener energía”, destaca Bernardita Quiroz, nutricionista de Clínica Biobío.

Y es ideal limitar el consumo de azúcar, porque “la alta ingesta está directamente asociada a la malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad), resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, problemas a la vista y aparición de caries, entre otras”, advierte. Y cuando personas diabéticas consumen azúcar pueden sufrir descompensación de su condición, porque descontrola la glicemia.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcar no supere el 5% de la ingesta calórica diaria en adultos con índice de masa corporal normal (relación entre peso y talla). La profesional aclara que “equivale a 25 gramos o aproximadamente 6 cucharaditas”.

En este escenario es que ambas nutricionistas relevan que el gran peligro y motor del excesivo consumo de azúcar trasciende a lo que decida o notoriamente la aporta, como dulces preparaciones de repostería o lo que se añade a una infusión o bebestible en casa.

Muchos productos contienen azúcar, incluso si no son dulces, primordialmente los procesados y ultraprocesados y bebidas como jugos o gaseosas.

Los hábitos

Por lo mismo es que Claudia Troncoso asevera que “la ingesta de azúcar granulada y productos que la contengan debe ser moderada, porque lo importante no es excluir alimentos de una dieta, sino controlar el consumo”.

Y aclara que “no se puede erradicar totalmente, ya que alimentos de manera natural contienen sacarosa”.

De hecho, la recomendación de Bernardita Quiroz es que las personas sean conscientes del exceso de azúcar que tienen ciertas preparaciones para limitar su consumo a ocasiones especiales, como comer torta en un cumpleaños.

Porque afirma que la clave es “crear el hábito de comer saludable y también es saludable darse un gusto; es muy importante destacarlo, si nos restringimos mucho con la alimentación es muy difícil adherirse al cambio y crear el hábito”.

En ese sentido, asegura que no genera impacto para la salud y prevenir o controlar enfermedades comer en cantidad y calidad adecuada por un periodo acotado, para volver a una dieta malsana: se debe mantener la alimentación saludable y a su alero hacer excepciones, recordando que el consumo de cualquier alimento y nutriente en exceso es negativo.

Entre los consejos nutricionales que entregan para limitar el azúcar en el contexto de hábitos alimentarios saludables, además de evitar productos ultraprocesados y elegir las mejores fuentes de carbohidratos, está preferir los alimentos al natural, como frutas frescas o una infusión sin azúcar.

También es más sano preparar repostería o bollería en casa en vez de adquirir en comercios, porque posibilita controlar la cantidad de ingredientes que se ocupan.

Además, es crucial leer todos los ingredientes que notifica el etiquetado de un alimento para tener consciencia y decidir su adquisición o consumo.

Por último, si se desea endulzar hay varias opciones más saludables como stevia, tagatosa o alulosa, si bien la ingesta de edulcorantes no calóricos también debe acotarse a lo recomendado.

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