Ciencia y Sociedad

Académico UdeC lideró informe global sobre especies exóticas invasoras

Aníbal Pauchard, de Ciencias Forestales, compartió con dos especialistas la copresidencia del más reciente documento del Ipbes, que se desarrolló durante cuatro años con la participación de 86 especialistas de 49 países. Es la evaluación más exhaustiva realizada sobre una de los 5 principales impulsores de la pérdida de biodiversidad, para la que se analizaron más de 13 mil materiales.

Por: Natalia Quiero 09 de Septiembre 2023
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Una de las más graves amenazas ambientales a nivel mundial, pero infravalorada. Es la realidad de las especies exóticas invasoras (EEI), advierte el último documento sobre el problema de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes).

“Informe de Evaluación sobre Especies Exóticas Invasoras y su Control” plasma las conclusiones de la evaluación más exhaustiva que se ha realizado en esta materia en el mundo y tuvo a un especialista entre sus copresidentes. Se trata del doctor Aníbal Pauchard, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad de Concepción (UdeC), cuyo liderazgo reconocieron las autoridades universitarias, con quienes se reunió tras su arribo a la ciudad luego de participar el 4 de septiembre en la presentación del trabajo en Bonn (Alemania).

La reunión fue encabezada por el rector UdeC, Carlos Saavedra, y participaron la vicerrectora UdeC, doctora Paulina Rincón; lavicerrectora de Investigación y Desarrollo, doctora Andrea Rodríguez; y el decano de la Facultad de Ciencias Forestales, doctor Eugenio Sanfuentes, a cuyo plantel académico pertence Pauchard.

El científico compartió con Helen Roy y Peter Stoett de Reino Unido y Canadá, respectivamente, el rol de copresidencia del informe Ipbes, que se desarrolló por cuatro años y contribuyeron 86 especialistas de 49 países para revisar más de 13 mil documentos, incluyendo artículos científicos y aportes de pueblos indígenas y comunidades locales.

Amenaza al bienestar

“El problema de las especies invasoras es enorme, tanto para la naturaleza como para las personas y su calidad de vida, pero tenemos las herramientas de manejo, prevención y control para lograr la reducción de la amenaza. Pero, si no actuamos rápido va a seguir empeorando. Es muy importante tenerlo claro”, sostuvo Pauchard sobre las buenas noticias e interpelación.

Para abordar los resultados del informe, pero sobre todo la necesidad e importancia de realizarlo, hay que retroceder al previo.

El científico, quien se ha dedicado a estudiar las invasiones biológicas, explicó que se definió a las especies invasoras uno de los 5 principales impulsores de la pérdida de biodiversidad (nativa). Se suman cambios en uso de la tierra y espacio marino-costero, la explotación directa de los organismos, la contaminación y el cambio climático.

El punto es que nuestro bienestar está directamente relacionado con la vida en la naturaleza, que en sus diversos ecosistemas alberga a distintas especies con importante roles ecológicos y que proveen servicios ecosistémicos o beneficios que aprovecha el humano y son vitales. Por ejemplo, brindar recursos naturales que son alimentos o medicinas y sustentan dietas y economías.

Los resultados

Todo en peligro por las EEI, a la luz de las revelaciones del último informe Ipbes, para cuyo desarrollo Aníbal Pauchard fue convocado en 2019 y profundizó en la gran amenaza que implican las invasiones biológicas para los ecosistemas con su biodiversidad por los cambios drásticos y perturbaciones que propician, pero también permite alertar sobre sus impactos en la salud humana, sociales y económicos.

Primero, cuantificó que se han introducido más de 37 mil especies exóticas, tanto de flora como de fauna, en ecosistemas de todas las regiones del mundo, lo que incluye a América Latina, Chile y el Biobío. Y más de 3.500 de estas son altamente invasivas.

Entre los terribles efectos de la masiva problemática, el académico UdeC advirtió que “las EEI han sido un factor determinante en el 60 % y el único impulsor del 16 % de las extinciones mundiales de animales y plantas que hemos registrado”.

Y casi 80 % de los impactos documentados de las EEI alteran las contribuciones de la naturaleza a las personas, sobre todo en el suministro de alimentos, por lo que el problema también supone un riesgo para la seguridad alimentaria.

Además, la evaluación determinó que el costo económico mundial de las EEI superó los 423 mil millones de dólares anuales y que desde 1970 la suma se ha cuadruplicado, al menos cada década.

Coincide con que el 37% de todas las especies exóticas conocidas se han detectado desde dicho año y se condice con la tendencia al alza del problema producto del aumento del comercio mundial y viajes humanos, que están entre las razones primordiales del traslado e introducción de especies que no son propias de un ecosistema.

Así, se prevé un incremento si se sigue esta trayectoria, sobre todo por la exacerbación de otros factores que amenazan a la biodiversidad y pueden favorecer a las invasiones de especies exóticas, especialmente el cambio climático con su alteración en las condiciones normales de los ambientes. El fenómeno incrementa el riesgo de incendios forestales más devastadores e interactúan especies invasoras como el pino, propio de plantaciones forestales y que se considera una planta pirófila; punto al que puso especial atención el informe científico.

 

El pino es una de las especies exóticas invasoras presentes y más extendidas en Chile, que amenaza a nativas como la araucaria.

“La prevención de las especies exóticas invasoras es la opción más rentable”

Las invasiones que causan las especies exóticas en un ecosistema que no le es nativo es producto de un proceso que tiene origen en la acción humana.

Todo parte con la introducción al ambiente, puede ser accidental o intencional. Allí la especie exótica podría prosperar, reproducirse, naturalizarse e invadir. Eso da cuenta de su resiliencia, es capaz de resistir el estrés de vivir y propagarse en medio de condiciones que no le son naturales, lo que le vuelve más fuerte que una nativa que se hace más vulnerable, porque puede ser depredada por una exótica o porque esta compite por espacio y alimento. Así, de distintas formas impactan sobre los ecosistemas, sus funciones y contribuciones al humano.

No es que la introducción de la especie exótica intencional sea con fin dañino. De hecho, muchas se introdujeron en beneficio para las personas. Pero, el informe Ipbes no da lugar a dudas: los impactos negativos de las invasoras superan con creces a cualquiera positivo que pudiera tener su naturalización. No importa la belleza natural que pueda tener o su gran potencial de explotación e ingreso económico.

Problema global, impacto local

El documento del Ipbes explica que no toda especie exótica se convierte en invasora y que estas últimas son un subconjunto de las que hay constancia que se han naturalizado y dañan. A nivel humano, el mayor riesgo es para quienes tienen dependencia directa con la naturaleza, como los pueblos indígenas y comunidades locales.

En cifras, cerca del 6 % de las plantas exóticas, 22 % de los invertebrados exóticos, 14% de los vertebrados exóticos y al menos 11 % de los microorganismos exóticos son invasores. Y más de 2.300 EEI están en tierras bajo custodia y cuidado de pueblos indígenas, por lo que suponen una amenaza para su calidad de vida e incluso su identidad cultural.

Desde allí, Aníbal Pauchard comentó que las EEI difieren de un lugar a otro y los impactos son locales, pero es un problema global que enfrentan distintas comunidades en todo el mundo. “Incluso la Antártida se está viendo afectada”, afirmó.

Y el informe reveló que 34% de los impactos de las invasiones biológicas se registraron en América, 31% en Europa y Asia Central, 25% en Asia y el Pacífico, y cerca del 7% en África. Alrededor del 75% de los impactos negativos se han registrado en el medio terrestre, sobre todo bosques, zonas arboladas y zonas cultivadas, mientras 14% en hábitats de agua dulce y 10% en marinos.

La chinita arlequín está entre los insectos exóticos que han invadido ecosistemas nativos chilenos.

Situación de Chile

Y el académico UdeC aclaró que aunque el documento no ahonda en realidades de cada país, sino macrorregiones continentales, incluye datos y ejemplos de índole local y hay de Chile.

En el país, entre las muchísimas especies invasoras están el castor, visón, pino, eucalipto, salmón, rosa mosqueta o la chinita arlequín. Y es que un estudio publicado en 2020 que lideró la académica Nicol Fuentes del Departamento de Botánica UdeC identificó 1.122 especies naturalizadas en Chile entre flora y fauna terrestre y acuática.

Y Pauchard, que también integró el equipo del citado trabajo, a partir de la evidencia y su experiencia, aseguró que así como las invasiones biológicas son un problema patente se está bien encaminado términos científicos. “Chile tiene bastante investigación en EEI, tanto en animales como en plantas”, dijo.

No es que sea suficiente o que no haya brechas de conocimiento, porque existen varios aspectos que abordar sobre las invasiones biológicas y enfatizó que “nos falta trabajar más en el tema de hongos y otros organismos”.

Aunque, los mayores retos están en la acción que aborde el problema de las EEI para resguardar a la biodiversidad nativa y el bienestar de las personas. Y hay que avanzar y con sentido de urgencia. Porque es posible. “Para prácticamente todos los contextos y situaciones existen herramientas de gestión, opciones de gobernanza y acciones específicas que verdaderamente funcionan”, afirmó el académico UdeC.

Una política multilateral que una a distintos países y también multisectorial es clave, mencionó entre soluciones propuestas en el informe. “Todo tiene que ser con una gobernanza integrada. Es decir, que la sociedad general sea parte”, relevó. Participación que debe ir de la mano con campañas de divulgación, educación y concientización.

Y en cuanto al abordaje y horizonte, fue enfático: “la prevención es, sin duda, la mejor opción y la más rentable, pero la erradicación, la contención y el control también son eficaces en contextos específicos”.

En ese sentido, en Chile se ha destacado el quehacer del SAG para evitar que se produzcan nuevas invasiones, pero no al alero de una institucionalidad específica para ello. Y en miras al abordaje más integral y efectivo e impulso a los avances hay esperanzas, porque el científico manifestó que “hay un tremendo trabajo que se puede hacer en relación al Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) recientemente aprobado, porque se establece claramente el tema de especies invasoras”.

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