Ciencia y Sociedad

Hipertensión: el avance de un peligro que acecha en silencio

Durante mayo se conmemoró un día mundial para concientizar sobre la afección que se caracteriza por la falta de síntomas iniciales, lo que conlleva subdiagnóstico y llegar tarde, perjudicando su control y favoreciendo riesgos cardiovasculares a los que se exponen personas cada vez más jóvenes por la alta y precoz carga de hábitos nocivos y obesidad.

Por: Natalia Quiero 27 de Mayo 2023
Fotografía: Cedida

Las patologías cardiovasculares son la primera causa de muerte a nivel nacional e internacional, con cerca del 30% de la carga de defunciones, y principales factores de riesgo de su desarrollo son las patologías crónicas no transmisibles como la hipertensión (HTA).

Una condición, igual que el grupo que integra, cada vez más prevalente. Es que es clara la tendencia al alza en su incidencia como su relación con hábitos nocivos que predominan en los estilos de vida de tantas personas.

Y eso se busca concientizar durante mayo, en el marco del Día Mundial de la Hipertensión (17 de mayo), en pos de prevenir, diagnosticar y controlar para reducir su impacto sobre la vida y su calidad.

La realidad

El cardiólogo Pablo López, especialista del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente y Clínica Biobío, explicó que la HTA es cuando se eleva de sus parámetros normales la presión arterial, que es la que ejerce la sangre al circular por los vasos sanguíneos tras ser bombeada por el corazón.

La presión arterial es uno de los principales signos vitales y sus niveles pueden variar por diversos factores como la biología, ambiente o estrés. Se distinguen casos de HTA aguda y crónica, y advirtió que si no se trata puede llevar a diversas complicaciones y graves afecciones como infartos agudos al corazón o accidentes cerebrovasculares con alto potencial letal.

Lamentablemente, hay subdiagnóstico”, sostuvo el facultativo, por ende, grandes brechas en la atención adecuada a la HTA con sus riesgos asociados, en un panorama que empeora “porque existe la regla del 30: 30% de las personas hipertensas lo sabe, de éstas sólo 30% está en tratamiento y de quienes se tratan sólo el 30% está con adecuado control”.

Por ello y por sus impactos alarma tanto la realidad local. La cifra oficial más actualizada para Chile es que la prevalencia de HTA es casi 28% y data de la última Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-17. Difícilmente bajó y probablemente creció, por lo que se hace evidente en la consulta: “se diagnostica cada vez más y más precoz, lo que se debe a la mayor intención del diagnóstico y a que la HTA se relaciona con factores de riesgo como obesidad”.

Y según la última ENS cerca del 74% de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, 10% más que en la versión previa. El número hace a Chile el país más obeso de la OCDE. Y sobrepeso y obesidad infantil supera al 50%.

Al respecto, el doctor López, comentó que “sobrepeso y obesidad son un exceso de peso que provocan que sea mayor el trabajo que necesita hacer el corazón para bombear sangre. Por tanto hay HTA asociada para hacer un trabajo adecuado”.

Sobrepeso y obesidad se relacionan directamente con hábitos nocivos de alimentación e inactividad física, demasiado presentes y en ascenso, que se instalan desde etapas tempranas de la vida junto con el daño orgánico y riesgos que provocan, y están cambiando el perfil epidemiológico de la población, apareciendo a edades jóvenes afecciones cuyo riesgo se asociaba al envejecimiento en épocas pasadas como es la HTA.

Diversos estudios estiman que 80% de las personas tiene un estilo sedentario y que el mínimo porcentaje de la población sigue las recomendaciones alimentarias. Mientras, prevalecen las dietas protagonizadas por excesos y primordialmente de nutrientes críticos como sodio/sal, del que el cardiólogo enfatizó su rol directo sobre el desarrollo de HTA.

Cambiar conductas

Sobre los factores de riesgo conductuales llamó a actuar, evitando desde temprano o modificando por conductas saludables que actúan de protectoras y retrasan procesos de deterioro y afección que también se relacionan con factores biológicos-genéticos.

Y es que hay casos en que la presión crónicamente elevada no se evitará, pero sí limitar gracias a hábitos sanos que son la base del autocuidado y abordaje de enfermedades que no se pueden separar de la responsabilidad de mantener chequeos médicos periódicos para evaluar el estado de salud e identificar factores de riesgo, pesquisar enfermedades para iniciar precozmente los tratamientos o controlar tratamientos y patologías.

Al respecto, el facultativo destacó la mayor agudeza en la búsqueda de HTA en quienes tienen factores de riesgo como antecedente familiar, sobrepeso y obesidad.

Y aclaró que “la HTA es asintomática en etapas iniciales, por eso es tan importante buscar y mantener tratamientos aunque la persona no siente nada”. Si hay síntomas son fases tardías y/o hay descontrol, porque aseguró que las manifestaciones clínicas son, en realidad, complicaciones asociadas a la HTA.

Presión arterial sana y el reto de no superar ingesta diaria de 5 gramos de sal

Para definir el tipo de estilo de vida un pilar lo constituye la calidad de la alimentación o dieta en relación con una serie de hábitos y conductas alimentarias. Dieta, hábitos y estilos que pueden ser saludables, es decir, beneficiosos y protectores de la salud. Y también pueden ser todo lo contrario: perjudiciales, nocivos, letales.

La nutricionista renal Mariel Lobos, académica de la Facultad de Medicina e integrante de Prosalud y del Núcleo de Vinculación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, resaltó que la alimentación que cuida la salud cardiovascular y general es la variada y equilibrada en la inclusión de nutrientes y otros componentes como fibra, protagonizada por alimentos naturales y comidas caseras.

Rol del sodio

Es la base y lo es porque distintos nutrientes y sustancias generan un efecto particular en el organismo que, de hecho, requiere de los diversos aportes nutricionales para poder funcionar.
Pero, en su justa medida, ni más ni menos, déficits y excesos son desbalances que conllevan repercusiones que podrían ser imperceptibles y también conducir a riesgos, complicaciones y enfermedades.

Y si hay que centrarse en la salud cardiovascular y presión arterial, la especialista advirtió que lo más perjudicial “son los excesos en el consumo de sal de mesa y sodio”.

El sodio lo contienen naturalmente distintos alimentos, además se añade a comidas y es un aditivo presente en los alimentos procesados y ultraprocesados al ser potenciador del sabor o preservante. Estos productos también se relacionan con riesgo de sobrepeso y obesidad, vinculados con la malnutrición por exceso.

Entonces, es común que el sodio se ingiera en exceso, se está bombardeado por este.

En condiciones de normalidad los riñones regulan los niveles de sodio y agua en la sangre. Sin embargo, un consumo mayor a 5 gramos de sal al día puede alterar este equilibrio”, precisó Lobos para comenzar a abordar el efecto negativo de la sal sobre la presión arterial.

Esa alteración se traduce en incremento de niveles sanguíneos de sodio y comentó que favorece la retención de líquidos que rodea a las células y volumen de sangre. “A medida que aumenta el volumen de sangre se ve incrementada la presión sobre los vasos sanguíneos y el corazón necesita aumentar su trabajo para hacer circular la sangre. Con el tiempo, este estrés adicional puede llevar a un endurecimiento de vasos sanguíneos, aumentar el riesgo de hipertensión arterial, cardiopatía y accidente cerebral”, detalló la nutricionista renal.

La dieta ideal

Por lo mismo, la académica sostuvo que la reducción de la ingesta diaria de sal a menos de 5 gramos es el pilar del tratamiento y control de la HTA, como también de su prevención.

En este horizonte, destacó que es clave “evitar o minimizar el consumo de alimentos procesados por su alto contenido en sodio oculto y preferir siempre alimentos en su estado natural (no envasados)”. En esa línea, hay que tratar de no consumir productos con sellos de advertencia en su etiquetado y sobre todo los “Alto en sodio” para este caso particular.

La nutricionista también puso el acento en las técnicas culinarias y aconsejó cocinar sin sal para añadir un poco al servir los alimentos, porque así se percibe más su sazón. Sobre ello, comentó que “hay que considerar que la sal independiente de su origen (rosada, de mar, Himalaya u otras), continúa teniendo sodio y que la diferencia es que algunas son menos refinadas en relación a la sal de mesa tradicional”.

Y lo que más recomendó fue “agregar condimentos, especias y hierbas en todas las comidas como orégano, ajo, laurel, romero, merquén, tomillo, salvia, paprika, ají de color, cúrcuma, jengibre u otros”. Porque estos pueden reemplazar a la sal con sus múltiples beneficios para dar sabor a las comidas, además de otras propiedades.

Por último abordó a la “Dieta DASH” para incluir sus recomendaciones más allá de reducir el sodio. Esta, precisó, también considera “reducir la grasa saturada y preferir el consumo de aceites monoinsaturados como oliva y canola en crudo; favorecer el consumo de granos integrales en vez de harinas refinadas; consumir 4 a 5 porciones diarias de vegetales frescos y lo mismo de frutas; consumo diario de legumbres o semillas; preferir el consumo de carnes blancas; y minimizar el consumo de dulces a la semana”.

Etiquetas