Ciencia y Sociedad

Doctor Fernando Heredia: “Ninguna mujer debiese morir de un cáncer del cuello uterino hoy”

El académico UdeC y director Sociedad Chile de Ginecología Oncológica releva que hay métodos para prevenir y pesquisar a los que toda mujer en Chile tiene acceso. Sin embargo, es la tercera neoplasia con mayor incidencia y la sexta en mortalidad. Concientizar que se puede evitar todo letal desenlace es el gran reto social nacional e internacional.

Por: Natalia Quiero 02 de Abril 2023
Fotografía: Contexto

Que para 2030 el 90% de niñas que son parte del grupo objetivo estén vacunadas contra el VPH; que se llegue al 70% de cobertura en la detección de alto rendimiento para el VPH en las mujeres con foco en los 35 y 45 años; y que 90% de las lesiones precancerosas y cánceres invasivos al cérvix tengan acceso a tratamiento eficaz y oportuno.

Esa es la “Estrategia 90-70-90”, acción global que en agosto de 2020 impulsó la Organización Mundial de la Salud (OMS) para eliminar a 2030 al cáncer del cuello uterino (CaCu) como problema de salud pública bajo los pilares de prevenir, pesquisar y tratar. Es lo que también busca cada 26 de marzo el Día Mundial de la Prevención de una patología oncológica en Chile es tercera neoplasia más frecuente en incidencia y sexta en mortalidad (datos del Ministerio de Salud).

Prevenir el CaCu

La principal concientización es que son cánceres y víctimas fatales que se pueden evitar, porque hay avances científicos, tecnológicos y en medicina que lo permiten y están al alcance de todas las mujeres de Chile como parte del Auge/GES que da acceso al abordaje adecuado a cada caso, desde pesquisa a tratamiento.

Es que “esta enfermedad da una posibilidad única: prevenir y diagnosticar un cáncer antes de que se produzca. La biología de este cáncer es súper predecible, entonces es súper prevenible y por eso nadie debiese morir de un CaCu hoy. Pero, se siguen muriendo las mujeres porque no se vacunan, no se controlan y llegan a la consulta cuando el cáncer es sintomático”, asevera el doctor Fernando Heredia, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC) que actualmente dirige la Sociedad Chilena de Ginecología Oncológica y preside la rama de Oncología de la Asociación Americana de Ginecólogos Laparoscopistas.

Por lo mismo, el gineco-oncólogo enfatiza que las distintas estrategias “no están enfocadas a diagnosticar este cáncer, sino que no se produzca” y lamenta que “una mujer a la que diagnosticamos de un CaCu es un fracaso de todos los métodos de prevención y pesquisa que se hicieron o no en ella”.

Posibilidades únicas

Con el fracaso se refiere a llegar en etapas avanzadas del tumor que crece en el cuello del útero o cérvix y tiene a la infección persistente del Virus del Papiloma Humano (VPH), que es de transmisión sexual, como causa de más de 95% de los casos. Sus cepas 16 y 18 son las más frecuentes asociadas a carcinomas invasores.

En cualquier cáncer ocurre si se llega tarde son menores las posibilidades terapéuticas curativas”, afirma y también que “este cáncer tiene características únicas”, en favor de su mejor abordaje y resguardo al bienestar, calidad de vida y la vida.

El doctor Heredia sostiene que “hay una vacuna contra el VPH, es parte del Programa Nacional de Inmunizaciones y evita el contagio para las cepas del VPH más relacionadas con este cáncer y otros”. El grupo objetivo son niños y niñas de cuarto y quinto básico.

Segundo, tiene una etapa preinvasiva. Si se diagnostica y trata en esta no llega a ser un cáncer”, releva. “Y nadie muere por una enfermedad preinvasiva. En cambio, cánceres invasores o cuando la lesión precancerosa profundizó pueden producir muerte”, advierte.

Ahí la tercera posibilidad única en torno al CaCu de la mano del rol vital de la pesquisa que parte con la toma regular de una citología al cuello uterino que se conoce como Papanicolau o PAP. Esta prueba detecta anomalías celulares y presencia de VPH. Ante un resultado positivo (o según otras posibilidades) se accede a un examen de mayor especificación para identificar la cepa de VPH.

Largo desarrollo

La trascendencia de aprovechar estas posibilidades únicas es que el “problema” del CaCU es que la fase precancerosa es asintomática. “No hay ningún síntoma para sospechar que alguien tiene una lesión precancerosa. Tampoco son lesiones visibles a simple vista, en un examen ginecológico rutinario en la consulta no se verá y debe ser mediante un examen específico”, destaca Fernando Heredia.

Pero, son fases muy largas, ahí lo vital y enfático en la regularidad en la pesquisa. Las evidencias muestran que las infecciones por el VPH son transitorias en 90% de los casos y que el desarrollo de CaCu puede tardar 10 y hasta 20 años desde la infección, persistencia y lesiones por este agente.

Vacuna y control contra el impacto letal del cáncer de cérvix

Las posibilidades de prevención y pesquisa únicas del cáncer de cérvix no se condicen con una morbimortalidad que le transforman en problemática de salud pública a nivel nacional e internacional y lo posicionan como un cáncer muy complejo desde el punto de vista social.

Este cáncer afecta generalmente a mujeres jóvenes, que están en el apogeo de su actividad productiva-profesional y criando a sus hijos. Eso influye no sólo una persona, sino en todo un núcleo familiar que debe adaptar su vida a la ocurrencia de un tumor en pacientes de estas características”, advierte el gineco-oncólogo Fernando Heredia. Estudios revelan que el diagnóstico se da primordialmente entre los 35-44 años de edad y rara vez se desarrolla en menores de 20 años.

También plantea que “afecta principalmente a mujeres de estratos socioeconómicos medio o bajo, porque tienen menor acceso a control periódico u obligaciones sociales o familiares que generan que posterguen su consulta”. No significa que mujeres de otros grupos no padezcan esta enfermedad, pero suelen no acceder a controles periódicos o son inadecuados.

Además del riesgo letal del cáncer, está la gran afección al bienestar y calidad de vida que implica el diagnóstico por su impacto en la salud mental individual y familiar, y de tratamientos que son complejos. “En el cáncer el tratamiento generalmente es radical. En casos muy seleccionados se pueden plantear tratamientos conservadores de útero, pero el grueso de mujeres va a ir a una cirugía o a una radio-quimio terapia concurrente”, advierte.

Al contrario, cuenta que “el tratamiento a lesiones precancerosas del cuello es local, homologable a sacar un lunar de mal aspecto. Con eso y un seguimiento adecuado es súper baja la probabilidad de que vuelva a salir una lesión”.

El vital control

Es evidente lo vital de la prevención y detección precoz a través de diversos métodos disponibles, cuyo acceso debe sustentarse en el control ginecológico anual que deben tener las mujeres, con énfasis desde el inicio de la actividad sexual.

En estas instancias se abordan varios aspectos clave para cuidar la salud sexual y reproductiva, que incluyen prevenir el CaCu, entre lo que el especialista menciona “la revisión de métodos anticonceptivos, buscar la patología mamaria de manera activa, y educación acerca de hábitos sexuales e higiene”.

En la consulta puede existir la toma del PAP o no, que depende mucho del sistema de atención. Ideal es el acceso una vez al año, como se sigue muchas veces en consulta privada. Pero, la frecuencia puede variar según resultados previos y factores de riesgo. En el sistema público y según el Plan Auge toda mujer desde los 25 años tiene derecho a un PAP cada 3 años si es negativo; cuando es positivo se realizan otras pruebas y según estas se determina el manejo posterior y frecuencia del PAP.

El espacio de más años se explica por la larga evolución de la lesión por VPH y dar mayor cobertura a nivel poblacional, releva Heredia.

Métodos eficaces

El acceso masivo al PAP ha sido un avance radical para combatir al CaCu y se debe seguir avanzando en este y otras materias.

Este es una estrategia costoefectiva, asevera. Es un examen sencillo de tomar, se puede hacer en una consulta rutinaria y para ello están capacitados tanto médicos como otros profesionales de la salud. Además, es barato para pesquisar una enfermedad cuyo tratamiento tiene un costo mucho más alto en lo económico, personal y social.

El PAP no es un examen muy exacto, pero sí muy específico: cuando está alterado, generalmente hay algo y generalmente no es cáncer, sino que son lesiones precancerosas”, asegura.

El test de VPH que analiza con técnica de PCR, es más caro y no es asequible para toda la población, pero cuando se puede acceder es recomendable, ya que “si hay un PCR alterado casi siempre se va a encontrar con una lesión, porque es 10 veces más sensible y específico que un PAP”, asevera.

El desarrollo de vacunas contra el VPH es otro método altamente costoefectivo que destaca Heredia. Ideal es que se administre antes del inicio de la actividad sexual para que sea previo a la exposición al VPH. Es que su acción que se logra con dos dosis es prevenir la infección y por ello cada escolar de Chile que está en cuarto y quinto básico la recibe gratuitamente. Desde 2014 empezó a administrarse a las niñas y en 2019 se incluyó a varones.

Aunque quienes no son parte del grupo pueden vacunarse de forma particular. “En las mujeres es una estrategia costoefectiva hasta un poco antes de los 50 años, que es la etapa en que más sexualmente activo se es. Pero, si una mujer de mayor edad quiere vacunarse no hay problema, sólo es menos costoefectiva”, sostiene el gineco-oncólogo.

Mayor acceso aconsejable para robustecer las armas en la lucha contra este cáncer, porque la cobertura masiva genera un gran impacto, por lo que tutores de infantes deben permitir su administración y las mujeres consultar a su médico para que la prescriba. Ello sin descuidar las distintas estrategias de prevención y pesquisa que, finalmente, son las que permiten proteger y salvar vidas con su calidad.

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