Ciencia y Sociedad

Estudio pone en valor y aporta a la conservación de la frutilla blanca

Esta especie es nativa de Chile y hoy vive a la sombra de su par roja. Tesis de bioingeniero de la UdeC, con trabajo de campo hecho en Contulmo y análisis en el Centro de biotecnología, confirmó importancia de hongos como biofertilizantes para mejorar cultivo de la planta.

Por: Diario Concepción 25 de Noviembre 2021
Fotografía: Centro de Biotecnología UdeC

La frutilla blanca, nativa de Chile y de gran valor cultural para la etnia mapuche, hoy vive bajo la sombra de lo que algún día fue su apogeo en la flora de la Región del Biobío. Este fruto, emblemático de la Cordillera de Nahuelbuta, poseía gran valor comercial, agrícola y de arraigo de pertenencia para los lugareños. De hecho, era común encontrarlo de manera silvestre y era altamente comercializada. Sin embargo, a través de los años fue perdiendo lentamente terreno en frente a la frutilla roja por su mayor rentabilidad en la agricultura. Pero, desde la ciencia se busca aportar a poner en valor a esta especie, de relevantes propiedades organolépticas y nutricionales, y avanzar en su conservación.

Y es que Claudio Ulloa, bioingeniero de la Universidad de Concepción (UdeC) y oriundo de la comuna de Contulmo en la provincia de Arauco, donde la frutilla blanca es símbolo, en el marco de su tesis estudió durante cuatro años a esta fruta y en particular el comportamiento de los hongos micorrízicos arbusculares, que son aquellos que se asocian con las raíces de las plantas a través de una simbiosis, en el cultivo de este fruto a nivel de invernadero y uno de sus principales resultados es el alto poder biofertilizante de estos hongos.

El trabajo contó con el apoyo y guía de la investigadora Marcia Monreal y de Homero Urrutia, investigador del Centro de Biotecnología (CB) de la UdeC, donde se utilizó la infraestructura del Laboratorio de Microbiología Ambiental y Biopelículas para análisis de muestras.

El trabajo

Parte importante del estudio se desarrolló en un invernadero situado en Contulmo desde junio de 2018 a enero de 2019, donde se monitoreó el crecimiento en tres tipos de muestras: plantas sin inóculos (S/T), con hongos micorrízicos (C/T) y con fertilizantes comerciales (B). Durante la realización del experimento se evaluaron los parámetros de crecimiento vegetativo, rendimiento de la planta y porcentaje de micorrización de la raíz. Los resultados del estudio de Claudio Ulloa arrojaron que las plantas con micorrizas tuvieron mejores parámetros que las sin inóculos y similares a las sometidas a fertilizantes comerciales.

De esta forma, la tesis comprueba la capacidad de micorrización de las raíces de la planta de frutilla blanca y también la utilidad de las micorrizas arbusculares como biofertilizante para este cultivo, por lo que el investigador resalta el valor del uso de este hongo para potenciar el cultivo de esta fruta.

Motivaciones y proyecciones

La decisión de desarrollar esta investigación sobre la frutilla blanca, cuenta su autor, fue que “cada año se está haciendo más escaso el fruto en la zona”. Y eso se refleja en su precio. “En el año 2005, el kilo de esta frutilla rondaba los $5.000 y la gente los pagaba, pero con los años el kilo, incluso, llegó a los $30.000 que la gente no estaba dispuesta a pagar y es así como los agricultores ya han dejado de lado su cultivo”, resalta.

Con este escenario como realidad, surgió como inquietud qué hacer, desde el propio campo de acción y herramientas, para resolver la problemática, pensando en el mejoramiento del rendimiento del cultivo como solución, sobre lo que Ulloa advierte que “es curioso el poco conocimiento que hay de este fruto, siendo que es la madre de la frutilla roja y la tenemos aquí abandonada”. De hecho, como ejemplo de ello está que muchos proyectos centrados en esta especie nunca se llevaron a cabo.

Algo que cambió con la idea e ímpetu de los investigadores UdeC, que contaron con el apoyo de la Municipalidad de Contulmo, docentes y productores de la zona para probar el fertilizante con muy buenos resultados.

“A modo de proyección, todavía quedan plantas de frutillas silvestres, entonces se podrían sacar hongos micorrízicos para inocularlos y beneficiar los cultivos”, destaca el investigador.

Y respecto a los resultados del estudio, confiesa que se vio un aumento en el vigor de la planta y no en el rendimiento del fruto que era el principal objetivo. “Con la experiencia de esta investigación nos dimos cuenta que las micorrizas ayudan mucho al crecimiento vegetativo de la planta, pero habían otros microorganismos que ayudaban más a su rendimiento. Quizás más adelante se pueda hacer una mezcla entre estos microorganismos con hongos y con bacterias”, plantea, y en la misma línea, para beneficiar a la conservación de la frutilla blanca y su cultivo, destaca que “hay muchas empresas que se encargan de producir micorrizas, entonces si sabemos que estos hongos favorecen a la planta, estas muestras se podrían llevar a un laboratorio, luego producirlas en masa y crear un biofertilizante que los agricultores lo puedan ocupar”.

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