Ciencia y Sociedad

Jornadas sobre economía ambiental reunieron la ciencia con la política pública

Actividad es organizada por Nenre EfD-Chile, alojado en la UdeC campus Chillán, y cosiste en el encuentro anual de la Iniciativa Medio Ambiente para el Desarrollo en el país, que es parte de una red internacional de centros de investigación que buscan solucionar los problemas ambientales más urgentes.

Por: Natalia Quiero 17 de Octubre 2021
Fotografía: Nenre EfD-Chile

Un espacio de diálogo y reflexión entre la ciencia con la política pública para impactar en el bienestar de las personas, medio natural y progreso nacional busca ser el encuentro anual de la Iniciativa Medio Ambiente para el Desarrollo Chile o Environment for Development Initiative (EfD) Chile, que realizó su séptima versión en formato híbrido el 14 y 15 de octubre.

La actividad se organiza por el Núcleo Milenio de Investigación en Economía Ambiental y Recursos Naturales (Nenre), alojado en el campus Chillán de la Universidad de Concepción (UdeC) desde 2013 y pertenece a EfD, red internacional de centros de investigación que busca contribuir a resolver los problemas ambientales más urgentes. El objetivo del centro nacional es promover la gestión sostenible del medioambiente y el desarrollo inclusivo del país a través de la generación de conocimiento sobre problemáticas relevantes y de impacto para la toma de decisiones políticas.

Y comunicar los resultados a quienes toman decisiones o diseñan políticas en miras a hacer tangible su potencial de impacto es el espíritu del encuentro, resalta la doctora Marcela Jaime, académica de la Escuela de Administración y Negocios de la UdeC y directora de Nenre EfD-Chile. “Es muy fructífero, porque uno ve que la investigación que realizamos y que a veces es muy abstracta o tiene resultados muy numéricos tiene implicancias y puede llegar a la voz de quien puede ejercer un cambio positivo en la sociedad”, manifiesta.

También destaca que “se busca contribuir a la formación de capital humano avanzando”, por lo que participan estudiantes de pre y postgrado para socializar sus investigaciones y recibir retroalimentación de expertos. Opina que estos espacios son clave para potenciar las capacidades de los investigadores que se están formando y resolverán los retos del futuro.

Encuentro 2021

Gestión de recursos marinos, desarrollo productivo, problemas de salud relacionados al ambiente, gestión de residuos o cambio climático fueron los temas abordados en la séptima versión del encuentro, donde se dieron a conocer fórmulas usadas por otros países para solucionar los problemas.

El foco el primer día fue la sesión “Acuicultura, externalidades y soluciones desde las políticas públicas”, en la que expuso el doctor Håkan Eggert de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), moderó Jorge Dresdner, académico UdeC, y comentó Alejandro Barrientos, representante de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.

La instancia se centró en los impactos que la actividad acuícola puede generar en la comunidad y medioambiente y cómo las políticas pueden disminuir los efectos nocivos y favorecer a la industria. Algo clave en Chile: la acuicultura es importante actividad económica y si se trata de salmones es el segundo principal exportador, con una industria concentrada en el sur y aledaña a ecosistemas como fiordos.

La jornada de cierre se enfocó en “Aspectos de género de la adopción e impacto de tecnologías que mejoran la salud ambiental: evidencia y aplicaciones para el diseño de política” a cargo del doctor Marc Jeuland de la Universidad de Duke (Estados Unidos). Fue moderada por el doctor Walter Gómez de la Universidad de la Frontera y contó con comentarios de Pilar Lapuente, de ONU Medio Ambiente; Cristóbal de La Maza, superintendente del Medio Ambiente; y Eduardo Schleef, representante de la Seremi de Medio Ambiente de la Araucanía.
El espacio resaltó lo trascendente de que las políticas en materia energética mejoren las condiciones de vida de todos los hombres y mujeres, acortando brechas que impactan en el bienestar como las desigualdades energéticas y contaminación intradomiciliaria. Se expuso que estudios en distintos países y contextos no dejan de evidenciar que las mujeres están más tiempo dentro de los hogares a cargo de labores domésticas, crianza de hijos o cuidado de personas enfermas y sufren más las consecuencias de la contaminación del aire al interior de las viviendas. La cocina o calefacción pueden ser fuentes contaminantes que mermen la salud, donde el acento para Chile está en el gran uso de leña con el reto sociocultural de la transición energética hacia fuentes limpias e incorporación de nuevas tecnologías.

Nenre EfD-Chile

Además de la UdeC, en Nenre EfD-Chile participan las universidades de Talca, del Bío-Bío, de la Frontera, del Desarrollo y Católica de Chile. Además, colabora con la Universidad de Duke y el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar), y está a cargo de “Sustainable Energy Transitions Initiative” de EfD. Esta red se estableció en 2007 y los centros EfD están alojados en instituciones académicos de 13 países del Sur Global. Su coordinación la hace EfD Global Hub, ubicada en la Escuela de Negocios, Economía y Derecho de la Universidad de Gotemburgo y recibe apoyo financiero de la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional.

 

Economía ambiental: papel crucial al desarrollo sostenible

Tener un centro como Nenre EfD-Chile, generar instancias de encuentro entre sus científicos con encargados del diseño de políticas públicas y promover la economía ambiental en el país se entiende como una necesidad en el presente de cara a un mejor futuro, considerando el escenario global de emergencias ambientales, climáticas y ecológicas que acechan al mundo junto a los retos sociales en torno a la desigualdad y de lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU para alcanzarse dicho año para erradicar la pobreza y asegurar la prosperidad de toda la humanidad y el planeta.

Armonía e inclusión

En palabras simples y trascendentes, la economía ambiental se concibe como una interacción sinergética entre el desarrollo económico con el bienestar de las personas y del medioambiente, resalta la doctora Marcela Jaime, especialista en economía ambiental. El sentido de esta, explica, es que la armonía entre estas directrices permita tener un mejor país y mundo para las generaciones presentes y del futuro, donde sustentabilidad y sostenibilidad son conceptos clave, porque estas dimensiones que parecen antagónicas en sus objetivos pueden conciliarse en soluciones integrales, efectivas y de alto impacto para el corto, mediano y largo plazo.

¿La clave?: “la inclusión de la sociedad y un uso adecuado de los recursos naturales para que los bienes y servicios ambientales que disfrutamos los puedan disfrutar las generaciones futuras e idealmente no tengan que hacerse cargo de decisiones incorrectas que tomamos ahora”, reflexiona, sea en términos de producción, consumo o crecimiento. No se puede pasar por alto que la forma en que ha venido avanzando la sociedad, desde la era industrial, ha estado permeada por actividades productivas intensivas, grandes emisiones de gases contaminantes, sobreexplotación de recursos naturales, destrucción de la naturaleza y uso de químicos; eso ha traído a un presente en que el dañado estado del planeta clama por ayuda ahora para un mañana más auspicioso del que se vislumbra, pues de su sanidad depende el bienestar de la humanidad.

Rol en los ODS y realidad

En eso han sido tajantes reportes como “Haciendo las paces con la naturaleza, un plan científico para abordar las emergencias climáticas, de biodiversidad y de contaminación” de ONU Medio Ambiente, liberado en febrero de 2021, que contó con la participación del académico de la UdeC Ricardo Barra y reveló que el impacto de la actividad humana ha transformado 75% de la Tierra, que todos los problemas ambientales se entrelazan e instó a actuar velozmente para reducir el impacto de efectos que son inevitables por la alteración en el funcionamiento del sistema planetario que ha provocado la humanidad. Además, el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU entregado en agosto, concluyó que la actividad humana ha calentado el planeta a ritmo sin precedentes en al menos 2 mil años, que es inminente el aumento de temperatura de 1,5°C sobre la era preindustrial en pocas décadas (hoy es 1°C más caliente) y que podría superare con creces si no se hacen cambios radicales en las actividades, resaltando que la velocidad del calentamiento global (que acelera al cambio climático) transformará el mundo conocido en un futuro no tan lejano, aumentando problemáticas e inequidades que afectarán más a algunos territorios o comunidades. Y Chile es una de las 10 naciones más vulnerables a los impactos del cambio climático.

Eso hace tan vital cumplir los ODS, en una trama donde la economía ambiental actúa como protagonista. “El enfoque de la economía ambiental trata de generar conciencia de que si no tomamos acciones más serias en estas dimensiones, los efectos que vamos a experimentar como sociedad van a ser más agudos”, advierte la doctora Jaime y recalca que muchas de las decisiones que se toman hoy se sufrirán o agradecerán en dos o tres generaciones más, así como las actuales podrían decir lo mismo de lo que pasó hace varias décadas.

Políticas efectivas

Lo trascendental es que sean decisiones que favorezcan a los que viven hoy y a quienes vivirán mañana, y es ahí donde la ciencia tiene mucho que decir para generar nuevas y mejores soluciones y proveer evidencia que nutra a las políticas públicas o regulaciones que promuevan el desarrollo sostenible. El conocimiento es un factor esencial para que sean efectivas y para que los resultados se mantengan en el largo plazo también deben ser integrales para responder necesidades e intereses de los distintos actores que conviven en la sociedad, desde las comunidades hasta las empresas.

Eso hace tan importante al vínculo entre academia y mundo público como el que se materializa en el encuentro de EfD, pero como una labor que debe ser constante y en un diálogo bidireccional. La ciencia no sólo responde preguntas por curiosidad o para estar a la vanguardia y Marcela Jaime recalca que muchos investigadores, como en Nenre EfD-Chile, estudian problemas reales y sus resultados tienen el poder de promover el bienestar de la sociedad, pero no el de tomar decisiones y por eso deben ser escuchados por quienes son responsables de ello para que la ciencia se considere en la gestión de normativas, pues en estas está el poder de materializar el potencial de impacto del conocimiento e impulsar los avances.

Al respecto, reconoce que en Chile hay varios desafíos en materias que atañen a la economía ambiental como paradigma y políticas públicas, donde contaminación ambiental y calidad del aire o gestión del agua o de los recursos naturales son importantes, pero también fructíferos esfuerzos en ámbitos como manejo residuos y reciclaje, como las leyes que prohíben las bolsas plásticas o plásticos de un uso en el comercio, en discusiones que se han dado casi en paralelo que en Europa. Esos éxitos deben impulsar a seguir, porque demuestran que es posible avanzar en un desarrollo que favorezca a la economía, la sociedad y la naturaleza.

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