Ciencia y Sociedad

Copas UdeC iniciará fase que ampliará su aporte científico

La Anid seleccionó al centro de excelencia alojado en Departamento de Oceanografía para recibir un financiamiento que extenderá su quehacer por, al menos, 5 años. En este ciclo se llamará Copas Coastal y reemplazará al Sur-Austral.

Por: Natalia Quiero 19 de Septiembre 2021
Fotografía: Copas Sur-Austral

Ampliar el desarrollo de la ciencia marina de vanguardia en Chile junto con potenciar la transferencia del conocimiento a la sociedad permitirá la nueva fase de financiamiento para la que la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (Anid) seleccionó al Centro de Investigación Oceanográfica Copas de la Universidad de Concepción (UdeC), alojado en el Departamento de Oceanografía de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, en el marco del Cuarto Concurso Nacional de Financiamiento Basal para Centros Científicos y Tecnológicos de Excelencia 2021. Así, extenderá su funcionamiento por cinco años con la posibilidad de renovar por el mismo periodo.

La doctora Camila Fernández, académica del Departamento de Oceanografía, asumirá la dirección del Copas Coastal que reemplazará a Copas Sur-Austral y liderará la evolución de una trayectoria de casi 20 años de historia crucial para Chile y que ella como investigadora ha aportado a escribir. La existencia del Centro ha sido clave en los avances que en las últimas dos décadas ha habido en volumen e impacto de los estudios oceanográficos realizados a nivel nacional, en un contexto en que el trabajo liderado y desarrollado por los científicos desde la UdeC, donde también se alojan el Instituto Milenio de Oceanografía IMO, el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola Incar y varios laboratorios, han posicionado a la casa de estudios como líder en oceanografía de Latinoamérica en el ranking de Shanghái.

Evolución del Copas

Con el nuevo financiamiento se iniciará la tercera generación del Centro. La primera partió en 2002 con el Copas del Fondap que duró 10 años y abordó el Pacífico Sur Oriental. En 2008, parte de este se transformó en Copas Sur-Austral que pasó al financiamiento Basal para establecer un centro de excelencia en oceanografía y transferencia de conocimientos que se centró en los mares patagónicos de Chile, con una estación de trabajo en Caleta Tortel y que operará bajo ese paradigma hasta 2022 cuando empiece el ciclo Coastal.

Este continuará el quehacer del Sur-Austral, pero abrirá horizontes geográficos y científicos para abordar nuevos retos de cara a un mejor futuro. “En su renovación, Copas ha querido mirar hacia el océano costero en todo Chile”, destaca la doctora Fernández. El acento será apoyar a la adaptación de la población al cambio global, concepto para referirse al conjunto de alteraciones al sistema planetario que la presión humana está generando e incluyen problemas ambientales y ecológicos como la sobreexplotación de recursos naturales, pérdida de biodiversidad, contaminación, calentamiento global y cambio climático. Por eso, habrá nuevas líneas de investigación pluridisciplinaria y se mantendrá la mirada integral del océano para abordar los componentes físicos, químicos, geológicos, biológicos y sociales que alberga. Un foco será observar, describir y/o predecir modificaciones en el ambiente costero y funcionamiento del océano producto de la actividad humana y cambio global.

Otra innovación que releva es la creación de “Motor” (Modelamiento, Tecnología y Outreach, transferencia). “Esta unidad buscará generar proyectos de transferencia en temas emergentes y nuevas tecnologías. Con ello queremos contribuir a llenar el vacío que existe hoy en Chile en ingeniería oceánica y oceanografía operacional”, afirma. “Para observar mejor nuestro océano hoy y predecir hacia el futuro necesitamos mejorar nuestros sistemas de monitoreo y modelación de datos y para ello necesitamos desarrollar nuevas tecnologías, ojalá en Chile y queremos hacer desarrollo tecnológico”, resalta como una de las grandes proyecciones.

El nuevo ciclo

Copas Coastal tendrá las líneas de investigación “Forzantes oceánicos y atmosféricos” liderada por Diego Narváez; “Ecosistemas costeros en evolución” a cargo de Fabián Tapia; “Biogeoquímica costera” dirigida por Marcelo Gutiérrez; y “Sustentabilidad y conservación de pesquerías” por Susannah Buchan.

El centro es apoyado por diversas instituciones nacionales como el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia, el Instituto de Fomento Pesquero, y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada. También colaborarán investigadores de distintas casas de estudio del país, facultades de la UdeC y de centros de investigación del mundo.

Hay que destacar que la doctora Camila Fernández es la única mujer directora entre los nueve centros adjudicados en el Cuarto Concurso y que también es investigadora de los centros Incar e Ideal, Cnrs-UdeC y del Laboratorio LIA Mast. Además, el doctor Silvio Pantoja, quien ha dirigido Copas Sur-Austral por 13 años asumirá como director alterno en su etapa como Coastal.

Copas: la necesidad de avanzar en la ciencia para afrontar el cambio global

Que Copas reciba financiamiento para que su quehacer se extienda, amplíe y potencie se asume como una necesidad país ante las manifestaciones y repercusiones locales del fenómeno de cambio global en el océano costero.

Papel y realidad del océano

A nuestro país lo recorren más de 4 mil kilómetros de costa en línea recta de norte a sur y el mar es pilar para economías locales y la nacional. Al respecto, el doctor Silvio Pantoja, académico del Departamento de Oceanografía de la UdeC, releva que “cerca del 50% de la población de Chile vive asociada, directa o indirectamente, el océano costero”.

Pero, en un contexto en que la humanidad y planeta dependen del papel vital del océano, sin importar lo lejos que se esté de la costa. Los mares ocupan 70% de la superficie de la Tierra y alberga una rica biodiversidad que provee recursos naturales como alimentos, minerales, energía y medicinas. Su esencial rol es también por ser regulador del clima y pulmón del planeta, pues por la fotosíntesis de organismos como algas y plancton se produce la mitad del oxígeno que respiramos y también absorbe cerca del 30% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la actividad humana. Por eso, se considera fundamental para mitigar los efectos del calentamiento global y cambio climático. Chile es uno de los 10 países más vulnerables al fenómeno.

El problema es que se estima que sólo se conoce 5% del océano por haber muchos ambientes difíciles de explorar como las fosas oceánicas, existiendo zonas submuestreadas o sin información. Además, los severos impactos antrópicos en ámbitos como la sobreexplotación de recursos marinos bajo la longeva y errada premisa de que era una fuente inagotable de recursos, además de la contaminación en las aguas por elementos nocivos como plásticos, antibióticos y CO2 tienen al océano y su biodiversidad degradados y vulnerables, amenazando su sanidad e indispensables funciones y así el bienestar humano.

Y la investigación que Copas viene haciendo hace tantos años permite afirmar que hay cambios patentes. “Están ocurriendo distintos eventos y situaciones de manera más frecuente o intensa, tanto por el calentamiento global y cambio climático como por el uso que tenemos del ambiente costero”, asevera Pantoja. Un ejemplo son las floraciones algales nocivas (FAN), conocidas como marea roja, que se dan en la zona sur. Y la doctora Camila Fernández resalta que “hemos trabajado una década en la zona centro y sur de Chile, siguiendo de cerca los cambios que se han estado produciendo y entendemos que los efectos del cambio global son una realidad país”, por eso había que abrirse a toda la costa chilena.

Ciencia en las decisiones

Es que destaca que mediante la ciencia y conocimiento que quieren generar se podrán obtener los datos necesarios para conocer el estado actual del océano y predecir su futuro en aspectos como zonas más vulnerables y podrían no ser aptas para actividades económicas a futuro, en cuáles se podrá contar con recursos pesqueros o eventos que podrían ser más recurrentes o intensos. Así, se podrá promover un mejor manejo de los recursos marinos y del océano costero o relevar otras medidas adaptativas.

De ahí que Copas no sólo ha buscado hacer ciencia de excelencia que publique sus resultados en reconocidas revistas, sino que ha sido clave y en Coastal se robustecerá abrirse a la sociedad para traspasar el conocimiento para que su potencial de impacto se materialice y, en el propósito actual, contribuya a tener un país más preparado para afrontar los retos del cambio global.

Una arista relevante ha sido la divulgación científica y educación a la población sobre el papel del océano, sus impactos y cómo cuidarlo. Pero igual de trascendente ha sido llegar con la evidencia a comunidades costeras, industria y, sobre todo, autoridades. “El objetivo es poner a la ciencia marina en la ecuación de toma de decisiones políticas, porque no creo que el océano se pueda sustentar si a estas no les ponemos conocimiento científico”, manifiesta Silvio Pantoja. Finalmente, son las políticas públicas las que pueden tener mayor alcance y muchas veces es la obligatoriedad la que impulsa las necesarias transformaciones.

Y ahí está el espíritu del “Decenio Internacional de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible 2021-2030” enmarcado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y ubica al desarrollo científico como clave para cumplir el número 14 “Vida Submarina” para conservar y utilizar sosteniblemente al océano, mares y recursos marinos. Se entiende esta década como una crítica para lograr los 17 Objetivos, que están interconectadas y donde el reto global, con el que Chile está comprometido, es alcanzarles en 2030 para asegurar la prosperidad de toda la humanidad y el planeta.

En este sentido, el académico dice que se han involucrado fuertemente como Copas en la generación de un sistema de observación continua del océano y que ven como urgente necesidad crear uno para alerta temprana, como símil al sismológico. Con la observación permanente de distintas variables oceanográficas y ambientales podría alertarse la posibilidad de que se den eventos de riesgo para tomar medidas oportunas que prevengan graves consecuencias, como las FAN, que generan impactos ambientales, ecológicos, económicos, sociales y sanitarios.

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