Ciencia y Sociedad

Doctor Carlos Stehr: “Las hormonas tiroideas deben estar bien para que estemos bien”

Producidas en la tiroides, actúan en todo el organismo, resalta el endocrinólogo y académico UdeC. Sus alteraciones se manifiestan de varias formas que afectan el estado de salud. Pesquisar y controlar es clave en el bienestar.

Por: Natalia Quiero 29 de Mayo 2021
Fotografía: HORMONA TIROIDES

De pocos centímetros de tamaño, con forma de mariposa y ubicada en el cuello está la tiroides, seno de las que se podrían definir como directoras y baterías del organismo. “Es una glándula endocrina que produce a las hormonas tiroideas, que actúan en todo el organismo, pues regulan todas las células a nivel sistémico: corazón, cerebro, metabolismo, producción del pelo, función cerebral, intestinal, etcétera”, explica el doctor Carlos Stehr, médico intensivista y endocrinólogo, jefe de la Sección de Endocrinología y Diabetes del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UdeC). Es lógico que la tiroides, su función y la producción de hormonas “deben estar bien para que estemos bien”, enfatiza el también especialista de la UCI del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción. Y concientizarlo busca el Día Mundial de la Tiroides que se celebra cada 25 de mayo para promover el conocimiento sobre las patologías tiroideas y la importancia de su detección y control.

La prevalencia

Algo de suma relevancia dado su rol en el estado de salud general y la alta prevalencia de las alteraciones en la función tiroidea que se manifiestan de múltiples formas que podrían afectar la calidad de vida , ya sea por aumento en la cantidad de hormonas o disminución. El primer caso es el hipertiroidismo, cuya sintomatología menciona que “las personas se hallan como en un estado de nerviosismo, más aceleradas, temblorosas, con palpitaciones y hay una baja de peso”. El segundo es el hipotiroidismo, en donde “el paciente está con frío, cansado, somnoliento, desconcentrado e incluso puede parecer un cuadro de trastorno depresivo”. También se asocia a piel seca y aumento de peso.

Y es la alteración funcional más prevalente y una de las enfermedades endocrinas más frecuentes, advierte. La Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017, centrada en población mayor de 15 años, revela que la sospecha de hipotiroidismo es 18.9% en mujeres y 18.2% en hombres; 16.4% de la población tiene hipotiroidismo subclínico (sintomatología leve); y del clínico la prevalencia es 2.6% en mujeres, 1.8% en hombres y 5.2% en personas de 65 años o más.

La diferencia de género se da porque “una de las principales causas de hipotiroidismo es la tiroiditis crónica (tiroiditis de Hashimoto), una inflamación crónica de la tiroides y de las patologías autoinmunes más comunes”, aclara y “la mayoría de las enfermedades autoinmunes son más frecuentes en mujeres que en hombres”, afirma. En ese sentido, cuenta que “en pacientes con varias enfermedades de origen autoinmune y embarazadas se ha visto mayor prevalencia”. Asimismo, confirma que “en personas obesas es más frecuente el hipotiroidismo”. Y según la ENS (2016-2017) 28.6% de los hombres tiene obesidad y 1.7% obesidad mórbida; frente a 33.7% y 4.7% en mujeres, respectivamente.

El uso de ciertos fármacos, someterse a procedimientos quirúrgicos de la glándula y recibir radiación en el cuello aumenta la probabilidad de desarrollar alteraciones tiroidales funcionales. El antecedente familiar también es factor de riesgo, al igual que la edad.

Pesquisa

En efecto, todas estas poblaciones son foco de atención de la pesquisa activa de afecciones. Esta también se debe realizar si aparecen signos como pérdida de peso importante, caída del pelo, intolerancia al frío, insomnio, irritabilidad y síntomas relacionados al ánimo. En estos casos se recomienda consultar para descartar o diagnosticar e iniciar prontamente el tratamiento, comenta el especialista. En infantes en que se vea un retraso en el desarrollo y crecimiento normal para su edad también releva que se debe pesquisar.

Sin factor de riesgo y un desarrollo puberal normal, la pesquisa por prevención “debería partir a los 20 años”, aconseja. En la consulta se define la frecuencia de control.

Una detección que se hace a través de un examen de sangre que mide la hormona THC, que regula a esta glándula. Si se diagnostica una alteración funcional resalta que “son permanentes (crónicas), el tratamiento de sustitución hormonal es de por vida y se hace con levotiroxina, no hay otro”. Lo relevante es que hay pacientes que podrían buscar otras alternativas o discontinuar la terapia si se sienten mejor, exponiéndose al riesgo de descompensar la patología, que reaparezcan sus manifestaciones o volverse más vulnerables a la Covid-19, enfermedad en la que están puestas las alertas. “Si están con tratamiento, niveles hormonales normales y la enfermedad controlada, no hay más riesgo en los pacientes”, afirma.

Un mito

Una afirmación común es que las alteraciones a la tiroides son culpa del exceso de peso. Y si bien es real que el hipotiroidismo se asocia a un aumento “no son más de cuatro kilos y en general es por retención de líquido: al tratar al paciente y sustituir las hormonas que faltan se baja rápido. Que los pacientes suban 20 kilos y echen culpa a la tiroides es más mito que verdad”, aclara el doctor Carlos Stehr.

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