Ciencia y Sociedad

La lectura como motor de desarrollo y bienestar en el ciclo vital

Hoy se celebra el Día Internacional del Libro y fomentar el hábito lector, por su impacto, es uno de los propósitos.

Por: Natalia Quiero 23 de Abril 2021
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El vehículo para explorar nuevos mundos, una puerta de entrada al conocimiento, un instrumento que fortalece los afectos, un material que construye un refugio. Hay tantas formas de definir a los libros como lo es su diversidad en temáticas, formatos, propósitos de lectura y lectores, pero todas unidas por el innegable hecho de que leer juega un rol fundamental en la formación y desarrollo integral del ser humano durante todo el ciclo vital.

Es que no hay una etapa en que la lectura no tenga un efecto positivo para la vida y poner en valor a los textos para fomentar el hábito lector en la población de toda edad están entre los principales objetivos del Día Internacional del Libro, que se celebra cada 23 de abril.

Leer durante toda la vida

Desde la gestación y durante la infancia, leer es una forma en que niños y niñas se relacionan con su madres, padres o adultos significativos, potenciando los vínculos afectivos entre ellos, según explica en primer lugar Jimena Toledo, encargada de la Biblioteca CRA (Centro de recursos Para el Aprendizaje) de la Escuela Darío Salas Díaz de San Pedro de la Paz y presidenta comunal de la Red de Bibliotecas Circulares CRA. “Cuando leemos en voz alta a ese bebé que está por nacer empieza a conocer las voces y de alguna manera vamos estableciendo un vínculo no sólo padre y/o madre hijo o hija, sino también con el libro”, sostiene la especialista en Gestión de Bibliotecas Escolares Públicas y Fomento a la Lectura Escolar y Juvenil. Sonidos que bebés son capaces de reconocer una vez nacidos cuando esas personas les hablan y leen, y cuando se comparte la lectura junto a hijos e hijas, a través del paso de los años, los afectos y relaciones familiares siguen fortaleciéndose. Algo que no deja de ocurrir hacia la juventud y adultez cuando con otras personas como amigos y parejas se puede compartir el gusto por leer un tema, título o autor.

Cuando se les lee e inicia la relación con los libros desde la primera infancia, tempranamente se fomenta el gusto por estos y el hábito lector y eso implica que también “temprano contribuimos a desarrollar el intelecto y a fortalecer sus aprendizajes”, añade Toledo. Es que “la lectura incentiva la imaginación de niños y niñas, ayuda a conocer y entender el mundo y amplía la manera de abordarlo, de posicionarse en diferentes realidades”, manifiesta Yenny Ariz, doctora en Literatura Latinoamericana y jefa de carrera de Pedagogía en Educación Media en Lenguaje y Comunicación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), destacando el papel formativo y educativo de los libros y de leer como herramienta de acceso a múltiples saberes. También, recorrer los relatos va ampliando el vocabulario.

Todo ello se traduce en más creatividad, en mayor comprensión del entorno y empatía por otros, en mejor capacidad para expresar ideas y sentimientos y también para reflexionar y cuestionar o argumentar, en fortalecer el pensamiento crítico, resalta la académica y también que en tanto se avanza en edad ninguna de estas favorables consecuencias de leer dejan de materializarse y, al contrario, sólo se van potenciando en la medida en que se va accediendo a más textos que abordan distintas o más complejas temáticas, apropiadas a la etapa vital.
Como resultado, los efectos de leer impactan en las más diversas dimensiones y durante toda la vida, desde el desempeño escolar y académico hasta las relaciones sociales y una mejor toma de decisiones y resolución de problemas.

Entretención y salud mental

Durante toda la vida se cristaliza también un relevante papel de entretención que cumplen los libros y leer en general, enfatizan ambas expertas. Algo que tiene una trascendencia que no se puede desmerecer, pues puede tener un impacto directo en la salud mental y muchas personas, amantes previos de leer o recientemente conquistados, lo han evidenciado durante este complejo año de crisis sanitaria, viendo a la lectura como gran aliada para apaciguar las agobiantes jornadas de encierro y aislamiento e incertidumbre que por más de un año se mantienen en Chile dada la emergencia de la Covid-19.

“Leer es una vía de escape en estos tiempos, porque generamos una desconexión de esta realidad un poco cruel que estamos viviendo y nos conectamos con el texto”, plantea Jimena Toledo. Una conexión que puede ser entre un individuo y el libro, entre un grupo familiar que lee en conjunto o entre personas con intereses similares y/o que participan en clubes de lectura que se reúnen virtualmente para compartir sus experiencias propiciando instancias que hacen olvidar lo que está sucediendo afuera y entran al mundo de posibilidades que ofrecen los libros.

 

Leer desde la niñez es ideal, pero nunca es tarde para enamorarse de la lectura

Como la cercanía a leer tiene impactos en distintas dimensiones desde el inicio de la vida, idealmente el hábito lector se debe fomentar desde las etapas más nobles.

Según la experta en Fomento a la Lectura Jimena Toledo la tarea empieza en el periodo de gestación leyendo en voz alta a los bebés que están por nacer y seguir haciéndolo junto a ellos una vez nacidos. En la medida que infantes aprenden a leer no se debe claudicar, pues manifiesta que tanto la lectura en voz alta como la compartida son prácticas apreciadas por quienes participan de la experiencia y ello trasciende a la edad.

También es relevante disponer libros al alcance de niños y niñas, para que los asuman como objetos familiares con los que pueden vincularse. “La idea es que vayan conociendo y experimentando con libros en sus distintos formatos”, apunta. Hay físicos y digitales, con tapa dura o blanda, con imágenes, táctiles o sonoros, y de las más diversas temáticas. En este sentido, plantea que “la mejor forma de fomentar el hábito lector en los niños es escuchar sus intereses” y que “la lectura guiada con los niños en su primera infancia les permite ir descubriendo sus intereses”, para ofrecer materiales acordes a su etapa vital y gustos para que hallen en la lectura una actividad placentera.

Otro pilar fundamental es ver a padres, madres o cuidadores leyendo espontáneamente y disfrutando la lectura. “Cuando los hijos te ven leyendo es una imagen que repercute muchísimo, porque el ser humano actúa mucho por imitación”, afirma la doctora Yenny Ariz.

Nunca es tarde

Esto la lleva a plantear que, para generar una cultura de lectura en la comunidad, es importante erradicar la concepción académica de los libros como un instrumento que sólo sirve para conocer, que sólo se leen los grandes clásicos, porque eso hace a la lectura una actividad ocasional y obligatoria con la que muchos van generando distancia si no se lee un título que cautive. Y esa mala experiencia, reconoce, muchos la han tenido y hoy piensan que jamás habrá un libro que se disfrute.

Nada más lejos de la realidad, pues la doctora Ariz afirma que “el libro es un mundo muy diverso y no hay quien pueda decir ‘no hay un libro para mí’. Todos, desde nuestras experiencias de vida, podemos sentirnos conectados con los libros si sabemos buscarlo”. Por ello, si bien lo ideal es fomentar los hábitos desde la infancia, sostiene que “nunca es tarde” para empezar a relacionarse de manera más amigable con los libros. Como el mundo del libro es tan diverso “siempre va a haber algo que nos llame la atención, aunque no hayamos sido lectores durante nuestra vida”, afirma.

Lo anterior es relevante si se atiende que muchos en sus casas no se han familiarizado con los libros desde la infancia por no vivir con adultos amantes de la lectura o porque el costo de los materiales es para muchas familias impagables aún hoy, pero ahora las brechas se han ido acortando con Internet, coinciden Jimena Toledo y Yenny Ariz, que creen que esta herramienta ha democratizado el acceso a la lectura por la digitalización de los materiales.

Sigue habiendo barreras, gente en condiciones de vulnerabilidad afectada por las desigualdades sociales y problemas de conectividad, pero también que hoy son muchas más las posibilidades y menos las excusas para acceder a libros que están a sólo un clic de distancia, pues la gran mayoría está disponible en el mundo cibernético. Hay muchos liberados en distintas plataformas y otros han disminuido su precio que tradicionalmente los ha hecho ser vistos como un lujo.

Es cierto que se han generado nuevos vicios que vulneran los derechos de autor por la piratería, pero el desafío está en enseñar criterios para que se usen las buenas plataformas disponibles y se sepan usen bien, según plantea Toledo. Esto a usuarios de todas las edades y sobre todo a las nuevas generaciones que viven más vinculados con las tecnologías. Entre los portales recomendados para descargas gratuitas memoriachilena.gob.cl y bibliotecadigital.mineduc.cl.

Experiencia de lectura

Y si hay quien cree que leer un libro en digital no podrá igualarse a pasar las páginas de uno físico puede tener razón, pero sólo en lo personal. “Hay distintas clases de lectores. Hay jóvenes muy acostumbrados a leer en digital y estar con un libro les es complejo, y adultos a los que la luz de las pantallas les trae problemas”, apunta Yenny Ariz.

Lo trascendental es la experiencia de lectura, dice. Por ello, su opinión es que no se puede recomendar un formato como mejor o peor ni tampoco definir a un texto como de buena calidad y otro de mala ni que hay una cantidad mínima de material que se debe tener cerca para fomentar el hábito porque hay quienes necesitarán de sólo uno para soñar y lectores voraces que saltan de un título a otro.
Los criterios son tan diversos como las personas, los propósitos de leer y los libros que están esperando a su próximo lector.

* La Unesco fijó el Día del Libro para celebrarse cada 23 de abril por ser una fecha simbólica para la literatura mundial y como homenaje. Ese día, pero en 1616, fallecieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Además, la fecha coincide con el natalicio y muerte de otros autores relevantes.

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