Ciencia y Sociedad

Claudia Troncoso: “Los ambientes alimentarios domésticos son clave en la calidad de vida”

La investigadora de la Ucsc y experta en Salud Pública resalta a los entornos como pilares en formar y mantener los hábitos, advirtiendo que hoy se dan en un contexto que no favorece las conductas saludables.

Por: Natalia Quiero 18 de Febrero 2021
Fotografía: Agencia UNO

Según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017, 74,2% de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad en Chile. En la infancia y adolescencia el panorama no es mejor, ya que el más reciente Mapa Nutricional elaborado por Junaeb (2019), que incluye a escolares desde prekínder a primero medio, reveló que la prevalencia promedio de exceso de peso es 52%.

Estas cifras “son reflejo de inadecuados estilos de vidas, que se traducen en riesgos a la salud y calidad de vida de las personas, pero también en mayores gastos económicos derivados del incremento en la necesidad de atención sanitaria”, advierte la nutricionista Claudia Troncoso, magíster en Salud Pública Basada en Evidencias mención en Epidemiología para la Gestión y académica de la Facultad de Medicina e investigadora asociada al Centro de Investigación en Educación y Desarrollo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).

Es que existe una relación directa entre hábitos, peso corporal y probabilidad de desarrollar condiciones como diabetes e hipertensión, que según la ENS 2016-2017 tienen una prevalencia de 12,3% y 26,7%, respectivamente. En su conjunto, estas patologías crónicas junto con la obesidad, las dietas malsanas y el sedentarismo, que tienen un nocivo vínculo de causa-efecto, se asocian al mayor riesgo cardiovascular, que en 25,5% de los adultos chilenos es alto, siendo las enfermedades cardiovasculares la primera causa de muerte en hombres y mujeres.

Plato Gaba

Ambientes alimentarios

En la favorable vereda opuesta, la realización de actividad física regularmente y mantener una adecuada alimentación son factores protectores de la salud sin igual, por ende, las conductas alimentarias son clave. Estas, durante el ciclo vital, son la línea de investigación de Troncoso y ha puesto el foco en estudiar los ambientes alimentarios domésticos, que explica que se comprende como el entorno cotidiano que direcciona el comportamiento alimentario de una persona, familia y comunidad, y sostiene que “responden a uno de los pilares fundamentales en la formación y mantención de los estilos de vida”. En efecto, la nutricionista asevera que “los ambientes alimentarios domésticos son fundamentales en la calidad de vida de una persona”.

Al respecto, afirma que “en los domicilios y condicionado por distintos factores socioculturales, políticos y económicos, se forman los hábitos alimentarios familiares e individuales”. Mantención de los tiempos de comida, la selección o preferencia hacia algunos alimentos y las formas de prepararlos son parte de estos hábitos, sobre lo que no deja de resaltar que “los ambientes alimentarios son esenciales en la mantención y fortalecimiento de las culturas, soberanía y el derecho alimentario, lo que da identidad a una comunidad”, porque las costumbres y experiencias personales se entrecruzan con las tradiciones, saberes y vivencias culturales y sociales.

No obstante, la investigadora pone el acento en que “en nuestra región y país los ambientes alimentarios domésticos están influenciados por la globalización, en un entorno más bien obesogénico”. Aclara que entre sus múltiples efectos en la vida cotidiana, “la globalización ha condicionado a las culturas alimentarias, por ejemplo, modificando patrones alimentarios y homogenizando los sabores de las preparaciones culinarias y relegando a las comidas tradicionales y/o caseras a instancias limitadas de prácticas alimentarias familiares y comunitarias”. En desmedro, lamenta que se ve la disminución de la inclusión habitual de alimentos naturales y preparaciones caseras y el incremento del consumo de comida rápida o chatarra, productos ultraprocesados y de alta densidad energética y ricos en los llamados nutrientes críticos como azúcares, carbohidratos, sodio y grasas. Los ritmos de vida contemporáneos también inciden en tener menos tiempo para cocinar y hasta para comer adecuadamente.

En consecuencia, no sólo se ve una “alteración de las conductas alimentarias saludables”, advierte Claudia Troncoso, sino que, sobre todo, un espacio que contribuye al sobrepeso y obesidad independiente del rango etario, y así del riesgo de desarrollar patologías crónicas no transmisibles. Todo, en un contexto nacional donde el sedentarismo tiene 86,7% de prevalencia entre los adultos.

Cumplir las Guías Alimentarias para proteger la salud y prevenir patologías

Sí, diversos factores han influido en las conductas alimentarias de la población chilena volviendo menos protagonistas a los alimentos naturales y la comida hecha en casa, para la nutricionista e investigadora Claudia Troncoso la crítica situación sanitaria de la Covid-19 y la necesidad de confinarse, obligatoria o voluntariamente, que está ad portas de cumplir un año, ha conllevado un efecto favorable, pues asevera que “diversos estudios han reconocido que se ha presentado un aumento en las preparaciones de comida casera con alimentos naturales”. Permanecer en casa ha hecho que muchos se reencuentren con la cocina y que otros se hayan encantado con esta en búsqueda de actividades para pasar las jornadas, promoviendo, además, más instancias para comer en familia en caso de quienes no viven solos.

Alimentación casera

Y ese es el camino que debería seguirse. La investigadora enfatiza que el desafío a nivel público y sobre todo personal, es orientar las acciones hacia los hábitos de vida saludable, donde la preferencia por la comida casera y la incorporación de alimentos naturales es la meta. Parte de ello es mediante políticas y programas estatales que lo promuevan, como lo ha sido la ley de etiquetado que incluye sellos de advertencia de nutrientes críticos, pero lo primordial son los cambios y lo que ocurra en los propios hogares y familias.

Uno de sus llamados es “repensar la alimentación o la forma en que nos alimentamos. Se debe comprender que lo más natural siempre va a ser más saludable: que un lactante reciba lactancia materna es mantener una alimentación saludable, que un preescolar o escolar lleve de colación una fruta es conservar una alimentación saludable, al igual que el preferir comidas preparadas en casa, en familia o acompañados”. “La alimentación saludable permite nutrirse de buena manera, además de entregar un espacio para la socialización y la mantención una adecuada salud mental”, destaca. Además, por supuesto, incorporando la actividad física en la vida diaria.

Guías Alimentarias

De hecho, todo ello son base de las Guías Alimentarias, que define como la herramienta que permite direccionar la adquisición de estilos de vida saludables en los ambientes alimentarios, desde los dos años de vida. Destaca que “en países como Perú o México entregan recomendaciones propias de las culturas gastronómicas de sus comunidades” y en Chile estas se conocen como las Guías de Alimentación Basadas en Alimentos (Gaba) con el “plato Gaba” como imagen gráfica que representa las 11 recomendaciones y que hace algunos años reemplazó a la Pirámide Alimentaria que se enseñó a varias generaciones como esquema de una dieta adecuada.

Las Gaba con sus recomendaciones “solventan las bases de estilos de vida saludable y el consumo de alimentos en calidad y cantidad saludable para las distintas etapas del curso de la vida”, precisa Troncoso. Todo con el fin de mantener hábitos que aseguren mantener un estado de salud óptimo y contribuyan a prevenir enfermedades crónicas no transmisibles como obesidad, diabetes e hipertensión y varios tipos de cáncer.

La realidad, que no parece descabellada al considerar la prevalencia de patologías crónicas en Chile que evidenció la ENS 2016-2017 es que el mismo informe reveló que hay un bajo cumplimiento de las Gaba. Un estudio aparecido en la Revista Chilena de Nutrición el recién pasado 2020 y realizado por el Consorcio de investigación Epidemiology of Lifestyle and Health Outcomes in Chile (Elhoc) analizó los resultados de la citada encuesta, cuenta Troncoso, y reconoce que de cinco recomendaciones de las Gaba medidas, 43,3% de los participantes no cumplió con ninguna y sólo 4,7% cumplía con 3 o más. En cifras, sólo 28,3% de los chilenos bebe más de 6 vasos de agua al día, 9,2% come pescado o mariscos al menos dos veces por semana, 24,4% consume legumbres al menos dos veces por semana y sólo 15% incluye más de 5 porciones de frutas y verduras diarias.

Por otro lado, revela que “las personas que presentaron un mayor seguimiento de las recomendaciones de las Gaba tenían un menor valor del perímetro de cintura y del IMC (relación del peso y talla), lo que reduce los riesgos de presentar enfermedades cardiovasculares”. Así, “los autores de este estudio concluyen que se presenta una asociación entre los estilos de vida y el cumplimiento de las Guías Alimentarias Chilenas”, releva.
De ahí que cumplir las Gaba son, entonces, a lo que deberían apuntar los cambios y acciones personales y familiares para proteger la salud a corto y largo plazo.

Recomendaciones básicas:

Las Guías de Alimentación Basadas en Alimentos (Gaba), que están disponibles en varios sitios web como https://www.colegiodenutricionistas.cl/descargasminsal, consideran 11 recomendaciones:

– Para tener un peso saludable, come sano y realiza actividad física diariamente.

-Pasa menos tiempo frente al computador o la tele y camina a paso rápido, mínimo 30 minutos al día.

-Come alimentos con poca sal y saca el salero de la mesa.

-Si quieres tener un peso saludable, evita el azúcar, dulces, bebidas y jugos azucarados.

-Cuida tu corazón evitando las frituras y alimentos con grasas como cecinas y mayonesa.

-Come 5 veces verduras y frutas frescas de distintos colores, cada día.

-Para fortalecer tus huesos, consume 3 veces al día lácteos bajos en grasa y azúcar.

-Para mantener sano tu corazón, come pescado al horno o a la plancha, 2 veces por semana.

-Consume legumbres al menos dos veces por semana, sin mezclarlas con cecinas.

-Para mantenerte hidratado, toma 6 a 8 vasos de agua al día 11.

-Lee y compara las etiquetas de los alimentos y prefiere los que tengan menos grasas, azúcar y sal (sodio).

*El “plato Gaba” es la representación gráfica de cómo debe ser la alimentación diaria, en cuanto a la cantidad en que se deben incluir los distintos grupos de alimentos.

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