Iván Hinojosa viajó hasta La Araucanía para grabar las vocalizaciones de peces e invertebrados de una laguna los días previos y durante el fenómeno de este 14 de diciembre, con lo que busca comprobar si es la luz el principal controlador de los ritmos de las especies.
Con un kayak, un par de instrumentos y su curiosidad científica a flor de piel para experimentar en y con la naturaleza llegó a la Región de La Araucanía el doctor Iván Hinojosa, profesor asistente e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), donde es jefe del programa de Magíster en Ecología Marina.
Hospedándose cerca del Lago Tinquilco, el principal del Parque Nacional Huerquehue, allí instaló un hidrófono a cerca de 5 metros de profundidad en el agua y un micrófono a nivel terrestre. Mientras los días previos graba los sonidos del ambiente que registren estos aparatos, espera con ansias que llegue este lunes 14 de diciembre y así el eclipse solar que será total en comunas de dicha región, y así vivir la última fase de un experimento natural que no se quiso perder, pese a que desde que tuvo la idea hasta ahora hubo distintas situaciones que cambiaron los que serían los planes iniciales, pero no la motivación ni el objetivo: “evidenciar si la luz es el principal controlador de los ciclos diurnos y nocturnos de las especies o si estos son más bien endógenos”, resalta el doctor en Ciencias Biológicas.
En particular, Hinojosa, a través de los instrumentos en ocupación, ha estado grabando las vocalizaciones de peces e invertebrados que habitan el lago antes del eclipse solar y con lo que registre durante el evento astronómico analizará cómo este influyó en los patrones de las especies y, así, verificar si se ven afectados por el estímulo de la luz.
Un trabajo tan interesante como vanguardista. De ahí el ímpetu del investigador, sobre lo que destaca que el eclipse solar ofrece una instancia natural para experimentar poco común. “Están los patrones de día y noche de las especies bastante marcados por décadas y cientos de años, pero muy de vez en cuando tenemos estos eclipses solares totales”, afirma, que en este caso hará aparecer la noche al mediodía y por algunos minutos.
Al respecto, Hinojosa reconoce que si bien como científicos, dado los conocimientos y experiencias, tienen internalizado que el estímulo de la luz es clave para los ritmos de las especies, en tanto su presencia o ausencia diferencia el día de la noche, “hay escasos estudios científicos que demuestren cambios en los patrones conductuales en la vocalización de especies durante los eclipses solares”. Por eso, este trabajo en terreno para hacer mediciones y obtener datos concretos surgiera como una necesidad para él, en miras a generar evidencia empírica y aumentar los saberes.
Lo descrito se suma el hecho de que “no hay nada publicado sobre las condiciones naturales de los lagos y ríos de Chile (en cuanto a vocalizaciones), entonces no sé con qué me voy a encontrar”, cuenta expectante de una incerteza que no le hace flaquear en su convicción de que hallara información interesante y que es muy probable que compruebe su hipótesis tras oír las grabaciones y procesar los datos recabados.
Llegando a los resultados esperados, cree muy factible la posibilidad de publicar un artículo científico y, sobre todo, difundir el conocimiento para educar y sensibilizar a la comunidad y también a las autoridades, pensando, por ejemplo, en la toma de decisiones y políticas públicas.
Al respecto, Iván Hinojosa manifiesta que si con este experimento se evidencia que la presencia o ausencia de luz controla los ritmos de la fauna, será una razón más para hacer imperante el cuestionar y reflexionar en torno al exceso de iluminación y contaminación lumínica que hay y se sigue instalando en una multiplicidad de entornos, desde ciudades hasta playas, porque con esta luz artificial se están alterando los patrones de las actividades de las especies, lo que podría tener severas consecuencias en sus conductas y ciclos, vinculándose ello con el riesgo de gatillar otros impactos ecológicos que podrían aún no estar dimensionados ni abordados.