Ciencia y Sociedad

Desde la UdeC se lidera informe global respecto a las invasiones biológicas

Aníbal Pauchard es uno de los tres codirectores del trabajo mundial que inició en 2019 sobre el que es definido como una de las cinco principales amenazas a la biodiversidad del planeta. En elaboración de documento aportan cerca de 90 autores principales de más de 40 países, que están reunidos esta semana para revisar avances del reporte.

Por: Natalia Quiero 03 de Diciembre 2020
Fotografía: Cedida | Aníbal Pauchard

Cerca de 90 expertos de más de 40 países participan esta semana, hasta el 7 de diciembre, del segundo encuentro de autores del informe global sobre especies invasoras de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes, por sigla en inglés), organismo que depende de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); trabajo científico internacional de largo aliento liderado por tres copresidentes y uno de ellos es el doctor Aníbal Pauchard, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción (UdeC), donde es también director del Laboratorio de Invasiones Biológicas (LIB).

El además investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad es el único científico sudamericano en el cargo que también ejercen los reconocidos académicos Helen Roy y Peter Stoett, de Reino Unido y Canadá, respectivamente. Situación que al doctor Pauchard le hace relevar con orgullo que “que desde Concepción y la Universidad de Concepción podamos participar y liderar informes globales muestra que la ciencia local tiene mucho que decir y puede tener impacto global, y que con las limitaciones de recursos que tenemos en Chile para hacer investigación, si estos son bien utilizados pueden llevarnos muy lejos”.

Es por ello que, el profesional, que también fue uno de los tres autores de Chile para el informe regional de las Américas de Ipbes (2018), asume la elección en un cargo de liderazgo para el reporte como mucho más que un reconocimiento a su propio trabajo investigativo, sino uno a la contribución que los equipos humanos de expertos de la casa de estudios han hecho en el desarrollo de estudios y generación de conocimiento en los ámbitos de las ciencias naturales y forestales a lo largo de muchos años, de lo que ha sido parte. En efecto, para él la selección significa que la investigación desarrollada y experiencias ganadas son útiles para el mundo, resaltando como “sumamente importante que la Región del Biobío se potencie como una zona de creación de conocimiento y no sólo de aplicación de este”, mencionando el rol y aportes en el trabajo aludido como uno de tantos ejemplos concretos que demuestran lo posible e importante que es.

Documento para impactar

El informe, cuyo trabajo inició en 2019 y que en un plazo de cuatro años debe traducirse en un documento oficial, buscar hacer un completo reporte sobre la situación planetaria de las invasiones biológicas, también conocida como especies invasoras o naturalización de especies exóticas, que son “una de las cinco amenazas más importantes a la biodiversidad”, advierte Pauchard.

Aclara que el fenómeno alude al proceso en que especies de flora y fauna, incluyendo microorganismos, que evolucionaron en un ecosistema llegan a uno nuevo, de manera accidental o intencional, y por sus características adaptativas son capaces de establecer poblaciones y reproducirse para volverse abundantes y naturalizarse en el hábitat. Esto “genera impactos y cambios en el ecosistema”, asevera, ya que “la llegada de especies exóticas se transforma en disruptiva. Los distintos ecosistemas del planeta han evolucionado de manera que han generado su propio conjunto de especies que interactúan y nos permiten ver los ecosistemas como los conocemos y un organismo invasor puede romper las dinámicas ecosistémicas naturales”, explica.

Así, las decenas de científicos del mundo, autores principales, aportarán con su trabajo para elaborar un reporte que compile la información mundial sobre todos los tipos de organismos invasores, es decir bacterias, hongos, plantas y animales, tanto en sistemas terrestres como acuáticos, en un total de seis capítulos, detalla. El reto es abordar la problemática de manera integral, por lo que el investigador comenta que, junto con los efectos en la naturaleza, abordarán la conexión entre el impacto en la biodiversidad con el bienestar de los seres humanos.
Y no se trata sólo de compilar el conocimiento, sino que es hacerlo para impactar, porque el propósito es “proveer de evidencia científica para que se incorpore en la toma de decisiones y diseño de políticas públicas a nivel global, nacional y local”, destaca Pauchard.

En la actualidad, el estado del trabajo es un “primer borrador”, que tras elaborarse se presentó a revisadores externos, recibiendo más de cuatro mil comentarios que están siendo analizados para responderse durante el encuentro de autores, para comenzar a trabajar en el “segundo borrador”. Todo debe ser supervisado por los copresidentes como el académico UdeC.

“Movimiento de especies en el mundo puede modelar el planeta del siglo que viene”

Que las invasiones biológicas sean una de las cinco principales amenazas para la biodiversidad global radica en los complejos efectos de un “problema 100% causado por la actividad humana”, advierte Aníbal Pauchard, de la mano de la movilidad entre países y continentes (por mar, aire o tierra) e introducción de especies para agricultura o acuicultura, entre otros fines.

Las especies exóticas invasoras se pueden volver depredadores de flora y fauna nativa, pueden transmitir enfermedades o competir por ganar espacio, agua y alimento. “Incluso, hay patologías que afectan al ser humano causadas por organismos invasores”, afirma Pauchard, ya que tienen que ver con el movimiento de especies de un lugar a otro.

De hecho, opina que en la Covid-19 podría haber un ejemplo y fue uno de los autores de un artículo publicado hace poco en una revista de Ecología en que plantean que si bien el Sars-Cov-2 es un virus, como el humano lo está moviendo de un sitio a otro “podría considerarse una especie invasora. Y uno llega a este punto en que el movimiento de especies en el mundo puede realmente modelar el planeta del siglo que viene, porque, fundamentalmente, estamos cambiando nuestra biodiversidad”, enfatiza

Bienestar y cambio global

Así, claro es que este problema de origen humano también impacta al humano, ya que junto con el daño ambiental que es grave en sí mismo, puede haber a nivel económico, social y sanitario. La biodiversidad no es etérea ni sin importancia, es tan concreta y vital como los servicios ecosistémicos que nos da para nuestro bienestar; el funcionamiento y sanidad de las plantas nos entregan oxígeno y limpian el aire que respiramos, los bosques nativos son clave para mantener los caudales de ríos que luego proveen el agua que consumimos, las interacciones entre flora y fauna reducen el riesgo de plagas o transmisión de patógenos, y la naturaleza nos otorga los alimentos que comemos, los paisajes que vemos y los colores, aromas y sonidos que sentimos, por mencionar ejemplos.

La vulnerabilidad ante la afección de dichas dinámicas se exacerban con el incremento exponencial en magnitud y frecuencia de la movilidad entre países y continentes, si bien ha parado en el contexto de pandemia. Todo se da en un escenario de cambio global, que incluye al climático y alude a todos los cambios generados por la presión de la actividad humana, que avanzan abruptamente y en sinergia: “no es sólo la sumatoria de variables, sino su multiplicación. Si tenemos un bosque afectado por la sequía y así mayor ocurrencia de incendios forestales, una especie exótica que llegue va a invadir más rápido y eso podría generar más incendios, por ejemplo”, plantea Pauchard.

Políticas y educación

En ese sentido, el investigador de la UdeC cree fundamental abordar el problema con estrategias macro y estructurales o legislativas que permitan a las naciones reducir al máximo las posibilidades de invasiones biológicas, con un desarrollo consciente de la importancia de conservar la biodiversidad que tenga a la base el concepto de bioseguridad. Y es uno de los énfasis que quieren plasmar en el informe global de Ipbes.

Pero, no deja de mencionar la importancia de la educación a la población y el rol ciudadano, porque la invasión biológica y su prevención puede pasar, incluso, por la tenencia responsable de mascotas. En días recientes se ha difundido un trabajo entre la UdeC y el municipio de San Pedro de la Paz que sacará de las lagunas sampedrinas a tortugas de orejas rojas transformadas invasión luego de que personas, exdueños, las dejaran en esos sistemas acuáticos.

Y esa es sólo una de las tantas situaciones que se dan a lo largo y ancho de Chile, porque “las invasiones biológicas son un problema global, nacional y local”, afirma Pauchard. Él fue uno de los científicos que trabajó para elaborar el más completo inventario de especies exóticas naturalizadas en Chile, en un estudio liderado por la académica Nicol Fuentes, del Departamento de Botánica UdeC, presentado a mediados de 2020 y que halló 1.122 especies invasoras de todos los reinos de seres vivos. Pinos radiata y aromos, avispas chaqueta amarilla, trucha y salmones o los tipos de ratas más comunes que hay en nuestras ciudades están entre las cientos de especies exóticas que se naturalizaron en nuestros hábitats, causando daños ambientales y/o sociales-sanitarios.

Por todo, su llamado es a la responsabilidad y consciencia personal, comunitaria y nacional, en aspectos tan simples como asumir el cuidado durante todo el ciclo vital si se decide tener un animal exótico como mascota y robustecer el control de fronteras o los permisos de introducción de especies exóticas y su fiscalización, entre otros aspectos. “De ahí lo importante de generar evidencia con el informe global para que llegue a la sociedad en su conjunto. Como científicos podemos tener muy claro el problema o qué hacer, pero si no sacamos esta información para que llegue a los tomadores de decisiones o a la propia comunidad, este conocimiento no se transforma en acción”, concluye el doctor Aníbal Pauchard.

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