Ciencia y Sociedad

Científicos de Concepción aportarán a la protección de áreas de valor astronómico

Los doctores Rodrigo Reeves de la UdeC y Ricardo Bustos de la Ucsc son parte de los seis investigadores nacionales que conforman la Comisión Asesora que tendrá que proponer áreas de interés científico para la observación profesional para que éstas sean protegidas.

Por: Natalia Quiero 22 de Octubre 2020
Fotografía: UdeC/Ucsc

Hace poco fue presentada por los ministros de Ciencia y Medio Ambiente la Comisión Asesora de Áreas de Interés Científico para la Observación Astronómica; selecto grupo de especialistas que trabajará para definir y recomendar, a fines de 2020, zonas del territorio nacional que deban protegerse del impacto de la contaminación lumínica por su valor científico.

Y en éste hay dos expertos de la Región del Biobío. Se trata del doctor Rodrigo Reeves, director del Centro Para la Instrumentación Astronómica (CePIA) y académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción; y el doctor Ricardo Bustos, director del Laboratorio de Astro-Ingeniería y Microondas y académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Ellos trabajarán junto a María Teresa Ruiz, Amelia Ramírez, Eduardo Unda-Sanzana y Manuela Zoccali, y contarán con la colaboración de la astrofísica Paulina Assmann, Seremi de Ciencia de la Macrozona Centro Sur (también representante de Concepción) y de Luis Chavarría, director del Programa de Astronomía de Anid.

Una necesidad

En opinión de los científicos, la creación de esta Comisión es un hito que materializa el valor de la ciencia como motor de desarrollo del país que ha venido mostrando el Estado. “Por primera vez vamos a tener un mecanismo legal que proteja a los sitios destinados a desarrollar trabajos científicos y astronómicos”, resalta el doctor Ricardo Bustos, ya que “la Astronomía y su aporte a la sociedad depende de condiciones medioambientales que deben ser protegidas para poder asegurar su funcionamiento óptimo con miras hacia el futuro”, enfatiza el doctor Rodrigo Reeves.

Es que las condiciones naturales hacen que los cielos del norte chileno sean reconocidos globalmente por su alta calidad para observar, estando allí el 40% de la capacidad de observación astronómica mundial; pero es una calidad que no se puede dar por hecho sin cuidarla y hay que hacerlo ahora, ya que la contaminación lumínica emanada desde ciudades, industrias o faenas mineras cercanas a centros de observación astronómica va en aumento, “limitando las posibilidades de realizar investigación científica de calidad”, lamenta Reeves. La iluminación puede afectar la profundidad con la que los telescopios pueden detectar objetos más débiles, por ejemplo.

En este sentido, advierte, “que Chile posea zonas geográficas y atmosféricas privilegiadas para el desarrollo de la astronomía no asegura la llegada de nuevos proyectos científicos internacionales de gran envergadura. Hay otros factores que deben tenerse en cuenta para poder contar con desarrollo científico adecuado y sostenible en el tiempo”, como un escenario lumínico óptimo. De hecho, plantea que si no se dan las condiciones adecuadas para que los observatorios puedan funcionar a largo plazo (30 años o más), si las zonas siguen degradándose, se podría perder el atractivo que hoy tiene nuestro país para la ciencia internacional, impidiendo que lleguen nuevos proyectos e incluso que los existentes comiencen a fugarse. De ahí que crear criterios de evaluación específicos, normas y promover la fiscalización en terreno sea una necesidad. Y la Comisión es un puente para lograrlo.

Aporte de la Ingeniería

La presencia de los científicos en la Comisión se ve como un reconocimiento al trabajo por el progreso científico-astronómico que se hace desde las universidades de la Región del Biobío y específicamente el de los doctores Rodrigo Reeves y Ricardo Bustos que, liderando diversos proyectos, contribuyen desde la Ingeniería. “La Astronomía no es sólo observar y ciencia pura, hay mucha ingeniería en los observatorios que se desarrolla en ámbitos como la instrumentación y la operación de los instrumentos, y en la búsqueda y medición de la calidad de los sitios astronómicos”, explica Bustos. En dicha senda los académicos locales han avanzado.

Bustos, entre múltiples trabajos, desde el Laboratorio que dirige ha trabajado para analizar zonas del norte de Chile para instalar telescopios o radiotelescopios, detectando nuevos lugares. Se destaca también la construcción del radiotelescopio MIST, trabajo de colaboración internacional financiado por Anid y la Ucsc, que al estar operativo permitirá generar investigación sobre los orígenes del Universo.

Reeves ha enfocado su trabajo en la investigación y desarrollo de tecnologías de punta para su uso astronómico, su posible utilización en ciencias afines y aplicaciones de interés amplio. Además, es gestor del Leigthon Chajnantor Telescope, liderado por la UdeC, la Universidad Normal de Shanghai y el Instituto Tecnológico de California, que busca trasladar desde Hawái un telescopio dedicado a la astronomía submilimétrica para que se emplace en el Llano de Chajnantor (Región de Antofagasta) y que, de concretarse, se controlaría desde dependencias de la UdeC.

Comisión Asesora y desafío 2020: se deben presentar, al Ministerio de Ciencia, áreas sugeridas como relevantes para la observación, junto a criterios para su protección.

Definidos los sitios de interés: los proyectos que estén en las áreas o próximos a éstas deberán hacer ingreso al SEIA a través de un Estudio de Impacto Ambiental.

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