Carta al director

Independencia

Por: Diario Concepción 18 de Febrero 2018
Fotografía: Archivo

En enero y febrero de este año 2018, mucho se ha hablado entre los historiadores chilenos sobre el día y lugar en que se materializó la independencia de Chile, al cumplirse 200 años de dicho evento. Tanto Concepción como otra ciudad del país se disputan el haber sido el lugar en que dicho acto se efectuó.

Se ha ocupado para ello una serie de explicaciones y tesis para justificar la fecha y el lugar, aun cuando en el pensamiento colectivo de la ciudadanía se encuentra estampado desde niño que el 18 de septiembre de 1810 corresponde al día de la independencia. Incluso, se da como feriado dicha fecha, y todos hablamos de nuestra Fiestas Patrias, y que junto al día de las Glorias del Ejército, 19 de septiembre, pasan a constituirse en el calendario cuando ellas preceden un viernes, o están después de un domingo, una pequeña vacación nacional organizada ya de antemano, con ramadas, cuecas, asados, parada militar, viajes y otras manifestaciones patrióticas.

Muy en el olvido había quedado la verdadera fecha de nuestra independencia, correspondiente a la declaración hecha por Bernardo O’Higgins el 1 de enero de 1818 en los Morrillos de Perales, lugar cercano a Talcahuano, y su primera proclamación en la Plaza de Concepción, que hace más de 100 años lleva el nombre de Plaza de la Independencia por dicho acto. Otra ceremonia hubo el 12 de febrero de 1818, cuando O’Higgins nuevamente proclama (anuncia) en forma más oficial, en Talca y Santiago a la vez, la independencia con el objeto de conmemorar un año del día 12 de febrero de 1817, de la Batalla de Chacabuco, donde el ejército libertador derrotó a las fuerzas realistas, tomando posesión de Chile.

El problema radica en dos palabras. La primera es “declarar”, acción clara y concreta, de ejecutar un acto; y la segunda “proclamar”, anunciar un acto ya ejecutado, declarar es una acción única e irrepetible. Proclamar es un acto que se repite en el tiempo cuya acción es dar a conocer un hecho.

Pese a todo lo que se ha querido especular, respecto a la fecha y el lugar, el autor indiscutido de dicho acto, Bernardo O’Higgins, la fechó, según lo que se lee en el documento de proclamación, como “dada en el palacio directorial de Concepción a 1 de enero de 1818”, y a mayor abundamiento en todos los documentos, en que el general libertador Bernardo O’Higgins se refiere al día y lugar de la declaración de la independencia, jamás dio otra fecha que no fuera el 1 de enero de 1818 en Concepción.

Documento como el que se hado a conocer con el nombre de testamento político de O’Higgins, enviado al presidente Manuel Bulnes, el 17 de octubre de 1842 que ratifica diciendo “yo Bernardo O’Higgins (el mismo que un 1 de enero de 1818 como órgano de la voluntad nacional, declaré la independencia de Chile en mi campamento cerca de la ciudad de Concepción)”, han querido algunos historiadores desecharlo atribuyendo al que la letra no es del libertador.

Incluso, algunos más osados han tratado de manifestar que, por estar enfermo, el prócer, dado los pocos días que separan las fechas de la redacción del documento de las de su muerte, no se encontraría en condiciones físicas y mentales. Lo que sí es cierto es que el 1 de enero de 1818 O’Higgins estaba en Concepción en los Morrillos de Perales firmando, sobre un tambor militar por mesa, como lo manifiesta la tradición oral, un simbólico documento que hace saber a la gran confederación del género humano “que el territorio continental y sus islas adyacentes forman de hecho y por derecho un estado libre, independiente y soberano, y quedan para siempre separados de la monarquía de España”.

Hoy, una calle de la población Juan Pablo II rinde honor a este acto, con el nombre de Independencia.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Historiador Archivo Histórico de Concepción

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