Propuesta de Gobierno contempla déficit público de 3,1% del PIB, que se costeará con endeudamiento.

 

 

Nicolás Parra Tapia
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Crecimiento económico, reactivación de la productividad y mantener la deuda fiscal en niveles bajos. Esos serán los principales desafíos que deberá sortear el Gobierno en la discusión del Presupuesto 2017, que comenzó ayer en el Parlamento.

Cerca del mediodía de este lunes, el ministro Rodrigo Valdés llegó hasta la Comisión Especial Mixta de Presupuestos para presentar el Estado de la Hacienda Pública, ocasión en la que la autoridad proyectó un déficit fiscal efectivo de un 3,1% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año. 

En palabras del propio Valdés, estos montos serán costeados mediante endeudamiento, debido a las bajas tasas de interés que existen a nivel internacional.

De este modo, el secretario de Estado anunció que para mitigar la deuda pública no se utilizarán recursos del Fondo de Estabilización Económica y Social (Fees), uno de los dos fondos soberanos donde Chile ahorra los superávit fiscales y cuyo valor de mercado alcanza los US$ 14.694 millones.

Pese a que –en general– la propuesta del Gobierno ha sido aplaudida por diferentes sectores, es precisamente el tema del endeudamiento lo que preocupa a diversas agrupaciones, tanto políticas como privadas. Esto, porque se estima que la deuda del Estado chileno durante 2015 superó los 42 mil millones de dólares, muy por encima de los US$7.335 millones que se debían en 2008 y que este año correspondería al 25,2% del PIB, de acuerdo al proyecto presentado por Valdés.

Sobre esta materia, el economista y director del Centro de Estudios de la realidad Regional (Cerr), Renato Segura, explica que el aumento del 2,7% en el erario fiscal –contenido en la propuesta del Ejecutivo y anunciado el viernes pasado por la Presidenta Michelle Bachelet–, "atenuaría el déficit fiscal".

"El ministro (Valdés) fue valiente y las cifras presentadas al Congreso frenarían en parte esta trayectoria de endeudamiento", aseveró Segura.

Eso sí, el académico afirmó que "no hay que dramatizar, porque Chile no está en una situación compleja. Nuestro país aún tiene margen razonable de endeudamiento, pero claramente la tendencia preocupaba, porque no se sabía cuándo iba a parar".

"Hay países que no supieron detenerse a tiempo y afortunadamente el proyecto enviado por el Gobierno augura una buena señal. De alguna manera el Ejecutivo está retomando el control de las finanzas públicas y eso es lo más importante", apuntó el especialista.

Productividad y crecimiento

"(Se debe) avanzar en productividad para recuperar el crecimiento, el cual proyecto que sea de un 1,75% para este año y un 2,25% para 2017".

Con esas palabras el ministro Rodrigo Valdés se refirió ayer a la necesidad de reactivar la economía nacional, ratificando el compromiso de la Presidenta Bachelet de aumentar en 10,8% la inversión en concesiones e inversión directa a través de las empresas públicas.

Con esto, el Ejecutivo espera dar un nuevo empujón a la situación económica nacional y limar las asperezas con el mundo privado, visión que no es compartida por Elizabeth Gómez, presidenta de la Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción (Cpcc).

La líder de la gremial penquista sostiene que "la preocupación del empresariado está en la implementación de las reformas, por lo que un presupuesto austero no marcará la diferencia a la hora de recuperar las confianzas".

En ese sentido, Gómez afirma que "sin reglas claras se dificulta la toma de decisiones".

Pese a las discrepancias, la presidenta de la Cpcc dice estar de acuerdo con la expansión del 2,7% en el erario fiscal y apunta que "el presupuesto ha sido abordado en forma coherente con la realidad del país".

"El Gobierno está dando muestras de austeridad acordes con el escenario económico actual de bajo crecimiento, lo que percibimos como una señal positiva", señala Gómez.

Por su parte, Ariel Yévenes, economista de la Universidad del Bío Bío, indicó que el proyecto ingresado por la Presidenta Bachelet contribuirá indirectamente a la reactivación de la economía.

De acuerdo al especialista, "un presupuesto más restrictivo, como el que se está discutiendo, tiende a abrir la posibilidad a que se puedan generar más incentivos monetarios, a mantener tasas de interés más bajas y que a través de eso se pueda fomentar la inversión".

"Por el contrario, si el déficit público se incrementa es mucho más difícil tener acceso a financiamientos y a tener políticas monetarias que reactiven la economía", explicó Yévenes.

Prioridades

El aumento del 2,7% en el gasto público corresponde a las cifras más bajas desde 2003, cuando el presupuesto se expandió en 1,5% y contrasta con el incremento de los otros proyectos aprobados bajo la segunda administración de Michelle Bachelet, con crecimientos del 4,4% en 2016 y del 7,4% en 2015.

A raíz de esta situación, el Gobierno ya anunció que habrán algunos ministerios –entre ellos Deportes y Energía– que sufrirán bajas relevantes en sus capitales, lo que podría afectar indirectamente al Bío Bío, considerando que la generación energética es parte importante dentro de la matriz productiva de la Región. 

Respecto a este punto, el seremi de Hacienda, Renzo Galgani, llamó a la calma, puesto que los "proyectos de energía son privados, financiados muchas veces por la banca, por lo que la injerencia que pueda tener esa cartera es menor".

"El Ministerio finalmente funciona como regulador, fiscalizador y gestionador de buenos proyectos, entonces, de pronto, la Región no se vería afectada", comentó la autoridad.