Según cifras del INE, en 5 años aumentó en 26,1% el porcentaje de adultos mayores que trabajan en la Región del Bío Bío; en 2015, de 880.910 personas ocupadas, el 12,8% eran mayores de 65, unas 112.610 personas.

Viernes 19 de agosto de 2016.
felipe.placencia@diarioconcepcion.cl

Raúl Contreras tiene 82 años y trabaja como contador en una empresa donde la mayoría de sus compañeros son jóvenes. Le gusta mucho lo que hace, y siente que a su edad es un privilegio, pero no esconde que, al menos en su caso, también es una necesidad, pues con su pensión no le alcanza. "La pensión no permite vivir tranquilo con el fantasma de las deudas", confiesa. Su historia es llamativa, pero el suyo está lejos de ser un caso aislado. Según cifras del INE, en 5 años se disparó en 26,1% el porcentaje de adultos mayores que trabajan en la Región del Bío Bío; en 2015, de 880.910 personas ocupadas, el 12,8% eran mayores de 65, unas 112.610 personas. Esa necesidad quedó en evidencia en el XIII Informe de Deuda Morosa de la USS y Equifax, que para junio de 2016, consignó que los tramos de deudores morosos de 60-69 años y sobre los 70, fueron los que experimentan el mayor crecimiento anual con 23% y 25%. 

En tanto, las personas de 65 años o más con pensión básica solidaria, aumentó en de 42% en relación al mismo mes del año pasado.

No alcanza

¿Por qué este segmento etario se ha disparado a nivel de deudores morosos? ¿Cuánto deben en promedio? Según los resultados expuestos por el director de la carrera de Ingeniería Comercial en la Universidad San Sebastián Concepción, Luis Felipe Slier, el promedio de deuda per cápita es de $489.515, monto que presentó, eso sí, una baja de un 5%, ya que a junio de la temporada pasada fue de $515.500, muy inferior al del año 2013, cuando tuvo un peak de $701.580.

"Para pagar arriendo, pagar gastos básicos y para alimentarse no alcanza", evidenció Contreras, quien trabajó más de 30 años como profesor para pensionarse finalmente de AFP. Hizo clases de biología y química en el Liceo Almirante Pedro Espina A-21 de Talcahuano, de donde es oriundo, y también fue rector en el colegio particular Juan Bautista Etchegoyen. Luego hizo un giro para trabajar en contabilidad, área en la cual desempeña hasta ahora en una empresa penquista.

"Debo tener 60 años o más trabajando, qué menos (…) y voy a trabajar hasta que las velas no ardan", resaltó Contreras, quien en la actualidad cumple horario de lunes a viernes, siete horas diarias, resaltando que la empresa es "bastante flexible".

Quiebra

El tema no es menor y hay políticas de Gobierno dirigidas a este importante segmento que a veces se ve sobrepasado por la rutina laboral y las deudas.

Por ejemplo, durante el día de ayer la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento realizó una charla de derecho comercial en la comuna de Nacimiento, en la Casa de la Cultura y Las Artes, la que fue dirigida por el superintendente nacional, Andrés Pennycook y el regional, Alejandro Elgueta.

"Nosotros lo que estamos haciendo es difundir e informar sobre la ley 20.720, que contempla una serie de procedimientos y que viene a reemplazar la antigua Ley de Quiebra, que busca hacer de manera más expedita la solución de crisis patrimonial", detalló Elgueta tras salir de una firma de convenio con la Universidad del Desarrollo sobre la materia, la misma que realizarán hoy en la Universidad de Concepción.

"La renegociación busca que las personas que se vean en esa situación, que tengan más de dos obligaciones vencidas, por más de 90 días y que superen las 80 Unidades de Fomento, es decir, que deben ser casi $2 millones y que no le han notificado demanda, pueden hacer una solicitud a la Superintendencia y de esa manera recapturar sus pasivos.

Así, quien inicia este procedimiento se ingresa a un sistema concursal de renegociación para lograr que las antiguas obligaciones queden extinguidas.

"De esta forma se logra una nueva carga financiera mensual, un nuevo plazo o periodo de pago", acotó Elgueta.

Para Raúl Contreras, la idea es que el sistema de pensiones sea mejor, pero entiende que los cambios también tienen costos para el fisco.

"Creo que el modelo se puede mejorar, es una vida que se entrega", opinó Contreras.