Menores golpeados, castigados sin comer o encerrados en baños con su ropa mojada fueron algunos de los maltratos que hubo en el centro de Lactantes Arrullo. Antecedentes están en manos de la Fiscalía.
Menores golpeados, castigados sin comer o encerrados en baños con su ropa mojada fueron algunos de los maltratos que hubo en el centro de Lactantes Arrullo. Antecedentes están en manos de la Fiscalía.
Carolina Abello Ross
carolina.abello@diarioconcepcion.cl
Dos años estuvo a cargo del Sename en la Región del Bío Bío, Jessica Flores. Entre 2010 y 2011, lideró la cuestionada institución y realizó diversas denuncias ante sus superiores, sobre lo que ocurría al interior de los centros, y que finalmente terminaron con su renuncia.
Pero este año, luego de que se destapara la crisis que vive el servicio, al conocerse muertes de niños en los hogares, fue el presidente de la comisión de Derechos Humanos del Senado, Alejandro Navarro, quien solicitó que Flores fuera llamada a declarar ante el fiscal Marcos Emilfork, que investiga las muertes ocurridas al interior del Servicio Nacional de Menores, cifra que aún no ha sido precisada, pero que según reveló el diputado René Saffirio, ascendería a 185 niños y adolescentes en los últimos 10 años.
La diligencia se concretó el pasado miércoles, y estuvo a cargo del fiscal Patricio Poblete. Se extendió por casi dos horas y media, y en ella Flores entregó todos los antecedentes que pudo recopilar durante los dos años que encabezó el servicio.
Las denuncias
Flores reveló que en la declaración entregó al fiscal todos los antecedentes de las denuncias de maltrato a menores que ella conoció encabezando el servicio, y que incluso fueron investigadas por el Ministerio Público. "Sin embargo, ellos se declararon incompetentes para investigarlas, ya que el maltrato infantil no está tipificado en la ley, por lo que los casos volvieron al tribunal de Familia", precisó Flores.
La ex directora explicó que a ella le tocó ver casos de cachetadas a los niños, tirones de pelo, niños castigados sin comer o que dejaban encerrados en un baño a oscuras por horas con su ropa mojada, en el centro de Lactantes Arrullo, donde llegan menores recién nacidos hasta 6 años de edad.
Flores conoció de estos maltratos por una de las educadoras, y de inmediato abrió sumarios en contra de las funcionarias. Ahí comenzaron sus problemas, pues como contrapartida, la Asociación de Trabajadores (Antrase) la denunció por acoso laboral, con 3 demandas laborales, lo que se agravó con la decisión de la ex directora de instalar cámaras en el Arrullo, con las que pudo corroborar lo que le decían las educadoras y que los horribles tratos que recibían los niños eran ciertos.
"Cuando hay niños que están ahí por una medida de protección, es porque ya fueron vulnerados sus derechos, y el Estado lo hace otra vez con esta tortura, porque dejarlos sin comer o bañarlos con agua helada es una tortura, y ellos son personitas que no pueden defenderse. Más aún, como Estado no lo reparas, sino que lo sigues dañando", dijo.
Flores recordó que en 2010 hubo las primeras sanciones a funcionarios y que solicitó desvinculaciones de funcionarios por estos hechos, tanto a la Dirección Nacional del Servicio como al ministerio de Justicia. De hecho, hubo protestas de trabajadores en su contra por este hecho.
"Yo le dije al ministro Felipe Bulnes que esa gente había vulnerado los derechos de los niños y que tenía un historial de maltrato, y estaban justificadas sus desvinculaciones, porque yo no podía entender que la asociación los estuviera defendiendo", dijo Flores, quien tras esa negativa esperó que asumiera como director nacional Rolando Melo para hacerle la misma solicitud, la que también le fue negada.
"Yo quería desvincular a 14 funcionarias, todas del centro de Lactantes. Y si me hubieran escuchado, no habría existido el informe Farfarello, porque son las mismas trabajadoras que aparecen mencionadas en el ese documento".
No hubo desvinculaciones
Jessica Flores se refiere al informe de la jueza Presidente de los Tribunales de Familia, Antonella Farfarello, quien visitó el centro de Lactantes en agosto de 2011, luego de que la Fiscalía se declarara incompetente en el caso.
En el documento, luego de tomar declaraciones a las funcionarias, entrevistar a los niños, revisar los sumarios en curso, las actas y las grabaciones de las cámaras de seguridad, la jueza concluyó que "en el centro han ocurrido hechos que dejan de manifiesto situaciones de maltrato por parte de algunas educadoras, que traen como consecuencia una manifiesta vulneración de derechos de los niños y niñas del establecimiento". Entre ellos, detalla negligencia física y emocional; abuso psicológico; maltrato físico y emocional".
Flores aseguró que estas personas siguen trabajando en el servicio, y toda esta información la dejó en manos del fiscal Poblete.
Sin embargo, la realidad seguía siendo ignorada por las autoridades, por lo que Flores decidió renunciar a encabezar el servicio. Incluso, porque en el mismo hogar murió una menor que tenía problemas neurológicos, pero conocedora de la realidad del centro, pidió una auditoría para esclarecer las causas de su fallecimiento, No supo en qué terminó, pues ya se había ido del servicio.
"Decidí renunciar porque pedí desvinculaciones de personas que tenían un historial de maltrato, que constan en la Fiscalía y en el informe Farfarello, y estas personas seguían en el servicio, y después me pidieron que llevara a otras personas por cuoteo político, yo dije: Me voy, esto es un chiste, no puedo seguir aquí".
Flores aseguró que hasta hoy cuestiona su decisión, pues piensa que pudo haber hecho algo más, "pero si me hubiera quedado habría sido cómplice, aceptando que se quedaran las maltratadoras y otras cosas que yo no estaba dispuesta a aceptar.
La ex directora precisó que ganó todas las acciones legales interpuestas por los trabajadores en su contra, "y yo en todos esos años lo pasé muy mal, pero estaba tranquila, porque sabía que con los años, la verdad de lo que pasaba en el servicio saldría a la luz, y así fue".