Tras aquella difícil noche que se vivió en el Bío Bío, los sectores afectados han sufrido grandes cambios en cuanto a infraestructura. Sin embargo, habitantes de Dichato, Talcahuano y Caleta Tumbes aún tienen reparos en temas que afectan directamente a sus comunidades.
Sin lograr establecer comunicación alguna con el nivel central e, incluso, con las propias provincias hasta entrada la mañana, las autoridades regionales no pudieron dimensionar el nivel de destrucción provocado por el terremoto y posterior tsunami. La incomunicación contribuyó a tomar decisiones erróneas y entregar información que costó cientos de vidas.
Pasaron diez años, pero todos recordamos exactamente dónde estábamos en aquel momento. Fueron días sin luz ni agua, de solidaridad y tensión, de escuchar todo por radio y tragar saliva al ver imágenes de Alto Río o Dichato. Pasaron diez años y hay heridas que aún no sanan. No todo quedó en su lugar.
Terminar el Puente Chacabuco asoma, sin dudas, como la principal deuda de la reconstrucción en la intercomuna. Además, en Talcahuano también siguen esperando por una solución real y definitiva para su mercado.
Edificios y puentes fueron los primeros en mostrar sus debilidades, incluso, generando víctimas fatales producto de sus fallas. Recuperar la conectividad fue un largo camino, que aún no se concluye del todo, pues sigue en deuda la conexión del viaducto Chacabuco con la homónima calle.
El terremoto y tsunami no sólo dejaron consecuencias por la destrucción de infraestructura y la pérdida de vidas, el suceso también dejó heridas en la población y cambió profundamente las formas de relacionarse de la comunidad y en el estilo de vida de las personas.