Los grupos o artistas dedicados a los covers ganan tanto seguidores como también detractores: por un lado entretienen y producen ingresos, y por el otro, le quitan espacio a quienes componen música propia. Compositoras y protagonistas locales se refieren a esta especie de relación de “amor y odio”.
Nuestro país ha avanzado en la gestión de riesgos de desastres, pero tal vez no a la velocidad que se requiere.